¿Han dictado ya en la Ciudad
Autónoma la norma que impide beber en la calle y, por
consiguiente, la celebración de botellones? En Andalucía
cunde el ejemplo, impelidos por la furia de los ciudadanos
que ven sus calles hechas un estercolero cada fin de semana
y que, encima no pueden dormir por la música y por las
peleas. Vale. OK la medida. Pero siempre con alternativas
serias, coherentes y muy en plan lógica kantiana que es la
mejor lógica que existe en el mercado. Porque, los
botelloneros, al menos en las ciudades que yo conozco, se
pasan muy mucho y son unos puercos que no recogen lo que
ensucian y no me refiero a las vomiteras ni a las meadas en
las esquinas que son difíciles de neutralizar si no es con
lejía y chorro de agua a presión .sino porque no utilizan
papeleras ni contenedores para el plástico de los vasos y
los envases y en una época en la que, toda la juventud tiene
una espectacular conciencia ecológica y se preocupan a tope
por el reciclaje de residuos no degradables, les da la
botellonitis, se ponen tibios y se vuelven bandíos y se
tornan, como diría el Delegado de Gobierno, esta vez con
idoneidad, asilvestrados es decir garrulos e ignorantes de
las normas mínimas de higiene y comportamiento que han de
presidir la convivencia.
Pero el tema no es prohibir, en plan estado policial,
bastante están jodiendo con las pamplinas antitabaco
mientras que, por las fronteras, se nos cuelan patologías
infecciosas de todo tipo sin control y sin protocolos
sanitarios ni cuarentenas. A ninguno nos apetece vivir como
en el Gran Hermano, controlados las veinticuatro horas del
día, sino que nos proporcionen toneladas de cultura y
conocimientos para ser capaces de autocontrolarnos desde la
razón y la convicción ¿Qué como se imparte el conocimiento
si el destinatario se niega a abrir su mente? Pues supongo
que con anuncios televisados llenos de mensajes subliminales
como flashes en medio de las seiscientos veinticinco líneas
¿Qué eso “también” está prohibido porque es un ilícito
lavacocos? No creo, si el Gobierno permite las ikastolas
vascas donde pudren el cerebro de los pequeñines y las
escuelas catalanas excluyentes con quienes hablan español,
eso significa que, en nuestra España los lavaderos o
pudrideros de cerebros son lícitos y están permitidos. ¿Qué
los parvularios y las escuelas dirigidos por los
nacionalistas son un presunto delito contra la salud pública
en su vertiente de intoxicación mental, espiritual e
intelectual? Si, son peor que la colza pero nadie se ha
atrevido todavía a ponerle el cascabel al gato o cascabelear
al felino hijoputa y llevar la problemática al Fiscal
General del Estado. Mucha hipocresía es lo que hay, se
permite que intoxiquen los cerebros infantiles y se
proscribe la intoxicación etílica, cuando lo que tienen es
que ordenar, por Decreto Ley la inmediata apertura de
Botellódromos juveniles, emplazados en los polideportivos,
donde los jóvenes no tengan que comprar garrafón baratero en
las tiendas de los chinos que abren veinticuatro horas, sino
habilitar barras y dispensar alcohol de calidad a precio
competitivo y sin impuestos.
¿Qué los polideportivos son cutres y desangelados? Vale y
deprimentes. Pero para algo pagan un sueldo a los concejales
que llevan el área de juventud, que no para diseñar campañas
cursis onegetistas que aburren a las ovejas. Si el concejal
no sabe organizar buenos fiestones todos los fines de semana
y gastarse unas pelas contratando a DJs y montando un buen
sistema de sonido con los chicos y las chicas que estudian
Imagen de Sonido en FP, entonces que se apunte a concejal de
cementerios para amuermarse con fundamento. Los fiestones
con DJs y go-gós, buena música y diversión hacen feliz a la
juventud, cuesta tres perras montarlos, la gente disfruta y
es necesario que disfrute y olvide frustraciones como la de
no poder comprarse una casa por culpa de la especulación
voraz y la usura bancaria y que su futuro de mileurista
depende de que adquieran una formación que, en países de
oportunidades auténticas como EEUU, Australia o Canadá, les
convertiría en jóvenes profesionales millonarios. Así que no
es extraño que, muchos jóvenes piensen como piensan, en el
mamarracho indigenista de Evo Morales ¿Qué que tiene que ver
Evo Morales con sus disfraces de indio con nuestros
mileuristas? Pues que Evo, es torpe e ignorante, pero tiene
la listeza de quien ha pasado muchas fatigas y late con el
latido del pueblo, así que se ha puesto a nacionalizar como
un demente y los tiburones del gas, del petróleo, de la
banca, de las finanzas y del mercado inmobiliario lo tienen
muy crudo y se ven porculeados cuando no encarcelados.
¿Qué protestan? ¿Qué en los fiestones la gente se puede
desmadrar y empezar con las pastis y el mamonéo? No. Porque,
se elige a los más calorro-macarra y se les nombra seguratas
y esos saben mantener el control del personal y encima son
estrictos porque adoran que alguien, por fin, confíe en
ellos y les de una responsabilidad. Creo que, la clave y la
llave no están en el prohibicionismo sin alternativas porque
ya está bien de esa especie de “guardianes de la virtud”
cuyas leyes nos obligan a todo, tratando de inmiscuirse
hasta en la esfera más íntima del individuo como es la de su
derecho fundamental a equivocarse, rectificar si le da la
gana y volver a meter la gamba, para enmendar de nuevo. Pero
no por miedo al castigo o a la represalia sino por
convicción y por opción humana. Triste sociedad en la que ha
llegado a constituir una especie de heroicidad el decir lo
que se piensa, porque, como tratan de controlar férreamente
nuestro pensamiento a base de amenazas de castigos, quien se
mueve un milímetro de la hipocresía y el silencio de los
corderos que impera y dice lo que todos piensan y nadie se
atreve por temor, a manifestar, entonces a esa sinceridad se
le llama “valor”.
¿No lo han palpado? Me refiero al tono de temerosa
admiración con el que se vocaliza la frase “Ese dice lo que
piensa” ¿Qué significa esa afirmación? ¿Qué el resto de la
sociedad calla por miedo al castigo? ¿Y vamos a tolerar a
Gobiernos, jueces y fiscales que nos repriman y castiguen
por pensar y vocalizar con libertad nuestros sentires,
quereres y padeceres?. Se quejan los jóvenes de que les
prohíben el botellón sin habilitarles botellódromos y
quieren beber para divertirse y evadirse. ¿Evadirse de qué
si lo tienen todo? No. Vamos a ser sinceros y a no mentir,
vivimos encadenados y reprimidos en un sistema en el que
tenemos libertad constitucional para pensar y expresar
nuestras opiniones siempre que esas opiniones coincidan con
lo que “Ellos” nos permiten opinar.
El pueblo español sobrevive tragando y mordiéndose la
lengua, de ahí que resulte más gratificante acudir a un
fiestón en un botellódromo y utilizar la lengua en paladear
bebidas espiritosas que, como contienen alcohol, son
antisépticas y cauterizan las heridas. ¿Qué si yo digo lo
que pienso? ¿Qué se han creído que soy una kamikaze
dispuesta a lanzarme al alba sobre Pearll Harbour al grito
de “Tora, tora”? ¿O que tengo el espíritu del Enola Gay el
avión que lanzó la primera bomba atómica?.No, cuando, de
refilón, expreso un sentir, es por casualidad… Aunque
Anatole France decía que “La casualidad es el pseudónimo de
Dios cuando no quiere firmar”. Y ahora nos vamos de
botellón.
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