De verdadero vituperio u oprobio
puede catalogarse el acuerdo de la Parlamento Europeo por el
que se ha dado el si “al proceso de paz” que propuso el
grupo socialista en dicho Parlamento, con lo que se ha
logrado la “internacionalización del conflicto vasco” para
dar legalidad a una situación enmarcada dentro de los casos
más claros de terrorismo. Batasuna ha salido favorecida al
recibir este apoyo a sus “reivindicaciones” (en la acepción
literal de nuestra lengua: reclamar algo a lo que se cree
tener derecho) de independencia y anexión de Navarra y el
País Vasco francés. Y ponemos comillas a estos singulares
hechos que tal y como se han venido produciendo a base de
asesinatos, heridos, chantajes, atentados contra la
propiedad y de muchos más actos delictivos, no nos pueden
parecer justos ni en ninguna nación de la tierra hubieran
sido considerados ni tenidos en cuenta para atender demandas
de independencia y anexión de otros territorios, como se
trata el de Navarra y el del País Vasco Francés, cuando
existen en nuestra nación unos cauces legales y democráticos
para recabarlos y solventar cuantas diferencias o peticiones
se planteen y no con las acciones terroristas enumeradas.
Para colmo, “como señal de la buena voluntad de diálogo que
le ha ofrecido nuestro Presidente del Gobierno”, se ponen
sobre la mesa 156 revólveres, 155 pistolas y 9.000 cartuchos
del botín logrado en reciente atraco a un almacén de armas.
Han necesitado los etarras el sí del Grupo Socialista en el
Parlamento Europeo, o sea, un verdadero contubernio que,
fiel a las consignas de su Internacional, les ha prestado su
apoyo, sin tener en cuenta el precio pagado por ciudadanos
victimas de atentados (la mayoría de ellos a personas por el
solo motivo de cumplir con su deber, por el hecho de ser
miembros de las Fuerzas de Seguridad o del Ejército, por
practicar la noble actividad de la Política o ejercer de
profesionales de la Justicia), el continuo chantaje a
empresarios o el terror que se viene ocasionando
continuamente por los llamados Kale Barroka contra
propiedades o empresas. No existe, a nuestro parecer, una
justificación a este apoyo del gobierno español, ni creemos
que, por ejemplo, los socialistas galos, de plantearse una
acción de esta naturaleza por parte de los vascos franceses,
de los separatistas de Cerdeña o la petición de anexión de
la “Cerdaña Francesa”, como reclama cierto sector catalán,
apoyarían tales propuestas ni actuarían de la misma forma.
Se ha logrado lo que querían los separatistas radicales
vascos: la internacionalización del conflicto (¿) en
propuesta apoyada por el Grupo Socialista en dicho
Parlamento y promovida por una organización reconocida en
todos los foros políticos internacionales como terrorista y
así registrada en el seno del citado Parlamento Europeo.
No sucede lo mismo, en cambio, con las acciones que se
siguen por el Partido Nacionalista Vasco (aun cuando no
existe libertad para la libre opinión en un territorio donde
impera la de quienes no la permiten por medio del terror)
seguidas por los cauces legales, a través de propuestas
tramitadas democráticamente y que tendrán o no resultado
favorable a sus demandas, pero lo que si es cierto que no se
llevan cabo a sembrando la muerte, el terror, el chantaje o
el miedo para lograr sus pretensiones.
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