En España la costumbre y la
tradición mandan tener en propiedad la vivienda en la que se
reside, una pauta de comportamiento más propia de los países
mediterráneos que de los del norte de Europa donde el
régimen de alquiler está mucho más extendido gracias a un
mercado más extenso. La coyuntura española (con unos precios
por las nubes) ha obligado a las autoridades gubernamentales
a tomar cartas en el asunto y a trazar un plan que impuse el
alquiler. Con esa intención el Ministerio de Vivienda, que
comanda María Antonia Trujillo, ha dispuesto el SPA
(Servicio Público de Alquiler) un conjunto de medidas para
propiciar el intercambio de datos entre arrendadores y
arrendatarios. En Ceuta, la ministra y la Ciudad formaron el
convenio oportuno aunque, hasta la fecha, la iniciativa no
ha dado los frutos deseados.
Con la intención de reactivar en la Ciudad Autónoma el
régimen de alquiler, Emvicesa se reúne hoy con varias
inmobiliarias locales.El objetivo: paliar en algún aspecto
el problema de la vivienda mediante una fórmula de
colaboración en la que la empresa pública actuaría como
mediadora entre las empresas dedicadas al mundo inmobiliario
y las ayudas establecidas para el arrendamiento. Emvicesa no
quiere que se pierda ningún recurso inmobiliario, consciente
de que no está el horno para bollos en cuestiones de
vivienda. Las manifestaciones ‘por una casa digna y antes de
tener 80 años’ ponen de manifiesto que la subida de los
precios tiene un límite: la paciencia ciudadana ni más ni
menos. No se trata de nacer con un piso debajo del brazo,
sino de tener la posibilidad de poseer unos metros de suelo
sin tener que hipotecar media vida, mientras la otra media
se dedica al trabajo.
Esperemos, como esperamos siempre que se toma alguna
iniciativa, que sirva y que se materialice a pie de calle.
No hay solución definitiva a corto plazo aunque Emvicesa
quiere construir una salida de futuro.
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