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DEPORTES - LUNES, 30 DE OCTUBRE DE 2006


los pequeños en plena clase. e.p.

polideportivo / escuela multideportiva icd
 

Un caos que se
organiza con paciencia

No sólo se practica deporte,
se intenta explicar a niños de 4 años
el concepto de orden
 

CEUTA
Susana Iñesta
susanainesta@elpueblodeceuta.com

Actualmente se reconoce que el movimiento activo del niño -cuya iniciativa asume él y que él mismo ejecuta- posee un papel preponderante en el conocimiento del propio cuerpo, en la autoconciencia, en la percepción de su propia eficiencia, en el aprendizaje, en el reconocimiento espacio temporal del entorno general.

Aproximadamente sobre os seis años, los niños toma conciencia de sí mismo, de su cuerpo y su adaptación al ambiente, del mundo que lo rodea.

En general, va adquiriendo el dominio de una serie de habilidades que van a configurar su madurez global, tanto intelectual como afectiva, por lo que es indispensable considerar la profunda relación de todos los aspectos que configuran la globalidad del niño, su integridad.

El niño descubre el mundo de los objetos mediante el movimiento, pero el descubrimiento de los objetos tan sólo será válido cuando sea capaz de coger y dejar con voluntad, cuando haya adquirido el concepto de distancia entre él y el objeto manipulado y cuando este objeto ya no forme parte de su actividad corporal, por lo que de objeto acción pasa a ser objeto experimentación.

A todo esto hay que sumar la importancia de del desarrollo socio afectivo. Ana Mur, técnico responsable de la actividad, asegura que cuando los niños llegan por primera vez a las clases no quieren relacionarse más que con sus amigos, por lo que se les estimula a que compartan horas de juegos con el resto del grupo, separandoles progresivamente de sus amigos.

La sicomotricidad es una resultante compleja que implica no solamente las estructuras sensoriales, motrices e intelectuales sino también los procesos que coordinan y ordenan progresivamente los resultados de estas estructuras.

Con el fin de que el niño llegue a dominar las diferentes partes del cuerpo, es necesario partir de una adecuada estimulación en el dominio corporal dinámico, por ejemplo las extremidades inferiores, superiores o el tronco. Se intenta que las muevan siguiendo la propia voluntad o realizando una actividad determinada, permitiendo no sólo un movimiento de desplazamiento sino también una sincronización de movimientos.

Esta coordinación dará al niño confianza y seguridad en sí mismo, puesto que se dará cuenta del dominio que tiene de su cuerpo en cualquier situación.

Ana mUr puntualiza la importancia de lo que estas clases aportan en cuanto al conocimiento del propio cuerpo de los niños: “Trabajamos también para confirmar el conocimiento de los segmentos corporales, que los niños aprendan a diferenciar la izquierda de la derecha, saber que es hacia delante o hacia atrás, por ejemplo”.

Todos podemos imaginar el caos que puede suponer intentar organizar un grupo de unos 24 niños tan pequeños. Ana Mur asegura que sólo es cuestión de paciencia y de separar a los grupos para que la actitud de trabajo cambie: “La primera vez que intentas organizar un fila para hacer un trabajo de relevos sale fatal, pero con el tiempo va mejorando”.
 


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