El ex ministro de Defensa manchego, José Bono, pasó por
Ceuta el viernes para recibir el título de Regular de Honor
de manos del coronel jefe de Regulares nº54, José Ignacio
Asiaín Sastre. El que fuera titular de la cartera de Defensa
hasta principios de este mismo año, recibió con emoción esta
distinción que le permitió recorrer las instalaciones del
acuartelamiento ‘González Tablas’, donde, a principios de
los años cuarenta, su padre realizó el servicio militar
durante casi tres años.
“La ciudad de Ceuta está en mi corazón desde que nací porque
como mi padre hizo aquí la mili y eran épocas en las que los
muchachos, como era su caso, salían por primera vez del
pueblo siempre oía a mi padre contar las excelencias de
Ceuta y cómo descubrió el mundo en esta ciudad”, explicó en
el transcurso de su intervención durante la copa de vino que
se sirvió tras el acto del ‘Viernes Regular’.
La primera vez que estuvo en Ceuta fue con motivo de la
campaña electoral de 2004 y, aprovechando la ocasión, le
pidió al entonces comandante general, el general Yagüe, que
le enseñase el cuartel de Regulares 3 donde sirvió su padre.
“El general accedió aunque, como estábamos en campaña
electoral, había que hacerlo de un modo discreto. Así que, a
las siete de la mañana, después de haber dado el mitin la
noche anterior, tuve la oportunidad de sentir la emoción de
visitar el cuartel en el que mi padre, sesenta años antes
había estado”, recuerda.
Por todos estos recuerdos, José Bono confesó sentirse
nervioso antes de recibir la distinción de Regular de Honor
e, incluso, confesó que temía no poder controlar la emoción
a la hora de dar su discurso. Finalmente, pudo dirigir unas
palabras a los presentes ensalzando la importancia de
recibir tal distinción como hijo de un antiguo soldado de
Regulares 3, “una unidad que ha prestado grandes servicios a
la patria a lo largo de la historia”.
En el transcurso del acto se sintió aún más próximo a su
padre, fallecido en accidente de circulación en 1981: “sin
duda en ese momento hemos estado más unidos que nunca”.
Bono llegó a Ceuta acompañado por su mujer y también por el
único hermano varón de su padre que nunca antes había estado
en Ceuta pero para quien también era importante presenciar
este acto: “como un homenaje a la memoria de mi padre y a
los recuerdos de Ceuta que éste le transmitió a su hermano
menor tras finalizar la mili”.
Pero en las horas previas a este multitudinario acto de
‘Viernes Regular’ el ex ministro albaceteño también tuvo la
ocasión de contestar a algunas preguntas que, sin duda,
suscitaba su presencia en la Ciudad Autónoma.
P. Ha tenido usted la oportunidad de encontrarse con María
Antonia Palomo ¿qué le parece como candidata a la
presidencia de la Ciudad?
R. Yo no soy objetivo porque soy amigo de Mª Antonia Palomo.
Ella fue quien motivó mi primera visita a Ceuta.
Creo que es una mujer llena de fuerza, con el impulso propio
de quien se cree aquello que dice, de quien está en política
para servir a los demás y no para enriquecerse o hacer una
carrera. Yo me siento muy unido a lo que ella representa.
P. Aunque ya no forma parte del ejecutivo, ¿cuál es la
importancia que tienen, para el Gobierno de Zapatero, Ceuta
y Melilla?
R. El presidente ha vivido muy de cerca todas las
preocupaciones de ambas ciudades autónomas porque son
ciudades de las que algunos han puesto en duda su
españolidad y yo puedo asegurar que el presidente del
Gobierno tiene una idea muy clara y muy precisa de que Ceuta
y Melilla son tan españolas como lo puedan ser Córdoba o
Santiago de Compostela.
Cuando hemos tenido que poner la atención sobre estas
ciudades, especialmente con motivo de la entrada ilegal de
inmigrantes a través de la frontera que tenemos con
Marruecos, el presidente lo ha vivido con tal intensidad que
algunas veces hemos estado reunidos hasta altas horas de la
madrugada a la espera de acontecimientos y pensando mucho en
los ciudadanos españoles de estas dos ciudades. Le puedo
asegurar que estos no se pueden sentir más alejados que por
la distancia geográfica, pero la distancia emocional,
sentimental, es muy cercana.
P. ¿Qué opina de las críticas que ha recibido el Gobierno
central de anteponer sus relaciones con Marruecos a sus
relaciones con Ceuta y Melilla?
R. Quien manifieste que el Gobierno de España antepone los
intereses de Marruecos al de dos ciudades españolas y de la
propia España no dice la verdad, dice una gran mentira y una
infamia porque no es así. Lo que no hace el Gobierno del
presidente Zapatero es el ridículo. Nosotros tenemos un
vecino que es Marruecos, con el que mantenemos unas
relaciones que tienen que ser buenas y que no estamos
dispuestos a jugar al hostigamiento o a las acusaciones
gratuitas. Queremos y deseamos la amistad con Marruecos.
Otras veces y en otros momentos si es verdad que se ha
utilizado a Gibraltar y a Marruecos o a cualquier otro
conflicto para tratar de tapar problemas internos pero no es
nuestro caso y por tanto, amigos sí, pero sobre la
españolidad de Ceuta y de Melilla no tiene que venir nadie a
darnos lecciones porque en el Partido Socialista, y
singularmente el presidente del Gobierno, lo tienen tan
claro como el agua.
P. ¿Cree usted que España adopta una actitud de sumisión
ante Marruecos tal y como denunció la semana pasada el
senador Pedro Gordillo?
R. Yo creo que hablar de sumisión de España a Marruecos es
poner en duda la soberanía de nuestro país o acusar,
prácticamente, de traición al Gobierno que se sometiera a un
Gobierno extranjero y creo que eso está tipificado en el
Código Penal. Por tanto yo en acusaciones de esta naturaleza
no quiero entrar y más bien las quiero atribuir a momentos
de nerviosismo de personas que dicen cosas que luego,
probablemente, ni siquiera piensan porque el PP querrá
gobernar en España, querrá que perdamos los socialistas,
querrá echarnos del Gobierno pero no creo que quieran
echarnos de la tierra y mandarnos a los infiernos. Con que
ganen las elecciones sería suficiente y por tanto, para
ganar las elecciones lo mejor es no caer en exageraciones y
ser moderado.
P. Su decisión de llevar al Ejército a vigilar el perímetro
fronterizo de Ceuta el año pasada fue muy criticada.
R. Yo, como ministro de Defensa lo que hice fue obedecer las
órdenes que recibí del Gobierno y el Ejército estuvo
presente en la frontera porque así lo decidió el Gobierno.
Eso no quiere decir que yo quiera escapar de mi
responsabilidad, que la asumo íntegra y totalmente. Hicimos
lo que teníamos que hacer que es preservar la línea
fronteriza e impedir que se produjeran pasos de la frontera
de manera ilícita, lo que pasa es que intentamos hacerlo de
la manera más razonable y más humanitaria posible porque
quienes cruzaban la frontera lo intentaban para vivir, para
comer y esto es una cosa que hay que tener muy en cuenta.
No podemos mirar para África como algunos miran diciendo:
señores de África, muéranse pero no me molesten. Ésa es una
actitud muy poco solidaria, muy poco ciudadana y muy poco
cristiana.
Yo no puedo estar de acuerdo con esos que cuando ven que una
patera o un cayuco naufraga y mueren sus ocupantes les da
mucha pena y entonan una oración por el descanso de su alma
pero cuando no se mueren y llegan hasta su ciudad o su
barrio lo que piden es que no les demos derechos, que no
vayan a las escuelas y que no les atendamos en los
hospitales.
El Gobierno tiene que velar por el cumplimiento de la ley,
no podemos dejar que la gente entre en nuestro país
ilegalmente. Nosotros estamos dispuestos a reforzar la
vigilancia en nuestras fronteras, a endurecer si es menester
las leyes pero no estamos dispuestos a endurecer el corazón.
P. Decidió abandonar la política aún siendo el político más
valorado. José Luis Rodríguez Zapatero le ofreció ser
candidato a la alcaldía de Madrid pero lo rechazó y ahora el
candidato es un completo desconocido, Miguel Sebastián.
R. Desconocidos somos todos hasta que se nos conoce. Yo lo
que puedo decirle de Miguel Sebastián, porque lo conozco
desde la época del Partido Socialista Popular de Tierno
Galván, es que es un brillante economista y un magnífico
gestor. Es un hombre de cuentas y no de cuentos y Madrid le
aseguro que tiene muchas cuentas abiertas y necesita un
gestor que resuelva problemas en vez de dedicarse a los
cuentos y a actividades que no son propias de los gestores.
Madrid es la ciudad de muchos políticos pero sobre todo es
la ciudad de los ciudadanos y a ellos es a los que hay que
mirar y a los que hay que atender.
Habrá alcaldes más preparados para ser alcaldes de políticos
que para ser alcaldes de ciudadanos y Miguel Sebastián es el
mejor candidato que podemos presentar para ser ese alcalde
que los ciudadanos de Madrid necesitan.
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