Ayer me contaron el acto celebrado
por los peperos en el hotel La Muralla de Ceuta y sobre todo
me hablaron del buen rollito imperante ¡que envidia!.
Supongo que, para los ceutíes debe ser muy reconfortante y
esa es la palabra “reconfortante”, tener a alguien en quien
depositar sus ilusiones y expectativas, sabedores de que no
las va a defraudar. ¿Qué si me voy a lanzar a trazar una
hagiografía salpicada de almibaradas adulaciones sobre Juan
Vivas? Ni de coña. El jarilleo se lo dejo a otros más
susceptibles de capitalizar los halagos con palmaditas en la
espalda. Yo escribo desde la Península, desde la barriada de
El Palo, he sufrido la tala salvaje de los castaños del
parque, la recalificación del bello pulmón verde de
Gibralfaro , las disputas con los socialistas sobre la
recalificación de la finca de la mamá del Alcalde y como
colofón una especie de bancos-lápidas que, el susodicho, ha
mandado emplazar en el parque, delicia de los grafiteros,
sin respaldos para que se jodan los jubilados y pasando de
la tradición andaluza de bancos de forja que son prodigios
estéticos. Por supuesto que no le voy a votar, porque siento
al Alcalde de la Torre muy lejano a mi sensibilidad y al PP
malagueño una especie de coto hermético “reservado el
derecho de admisión” que solo recuerda a los afiliados para
convocarnos a algún que otro mitin para que hagamos bulto y
aplaudamos al listillo de turno. Ni voto al Alcalde ni voto
a nadie. No voto ni en las municipales y mucho menos en las
autonómicas. Mi sufragio no le va a servir a Arenas, que
parece no permitir alternativa más joven de recambio y
ningunea a tipos auténticamente encantadores, hechos a sí
mismos y válidos, como el senador Damián Caneda, con mi voto
Arenas que no cuente jamás. Si ponen a uno que me guste
entonces sí, pero no me motiva la falta de recambio de las
piezas en el tablero de ajedrez de la política. Por mucho
que le echen a los candidatos toneladas de marketing encima.
¿Qué por lealtad y por principios mi obligación es votar a
la derecha, disculpen, centro reformista, para que no ganen
los socialistas? Tienen razón, es un poco inmoral ser pasota
en política, pero es que, en estos momentos, estoy siguiendo
muy de cerca cada movimiento del ministro francés Sarkozy y
comparado con el carisma indiscutible de este hijo de
inmigrantes, lo que me están ofertando en Andalucía en
general y en Málaga en particular, me parece desvaído, ligth,
0 calorías , chapucero, dedocracia por un tubo y de puta
pena.¡Y miren que hay buena gente afiliada al PP! Pero los
mismos nombres se mueven una y otra vez sobre el tablero,
sin tener en cuenta que, las piezas, se usan y se gastan, se
ponen mugrientitas y, al final, hay que irse al Corte Inglés
y comprar otras nuevas. El marketing, para que sea eficaz,
ha de aportar novedades y ampliar perspectivas, a no ser que
se apueste sobre el caballo ganador porque, el equino se lo
ha currado a tope y lo merece. Pero maquillar y remaquillar
las mismas caras en distintos puestos o cometidos es
repetitivo y lo repetitivo tiene efecto saciante y aburre.
¿Para cuando la repesca de nuevos valores en escuelas y
facultades? ¿Para cuando los castings de gente joven y
entusiasta para sustituir a las viejas glorias?.
Y no me sirven las soluciones tipo “Pepe Goteras y Otilio,
chapuzas a domicilio” Porque hay soluciones de marketing
electoral que están más manidas y más quemadas que el
cenicero de un bingo y que son más tontas que bailar la
música del telediario. ¿Qué si me refiero a “lo de siempre”?
Por supuesto. En toda lista que se precie tiene que ir
alguien muy joven, al igual que, en todo mitin como Dios
manda tiene que haber un contingente juvenil detrás del
orador aplaudiendo, digo yo ¿Por qué no pondrán un
contingente de jubilados o de mujeres maltratadas? No se,
tipo algún colectivo con problemas fuertes y duros a
solucionar ¿Qué la juventud es mileurista y pasa unas
angustias del carajo con la especulación inmobiliaria? Si.
Pero hay que tener iniciativa y recambiar gente que pasa
fatiguitas con otra gente que también las pasa canutas. Y
también tienen que haber inmigrantes en un lugar visible. Si
no hay inmigrantes no mola, porque poner a extranjeros da
imagen de “sensibilidad” ante las minorías. Y el inmigrante
tiene que resaltar para que se vea que está. ¿Qué si yo me
pondría en el escenario en plan “minoría étnica”
hispanorrifeña? No. En la Facultad lo pasé fatal porque me
llamaban “caricatura étnica” y, tanto mis orígenes como mi
condición sexual, que en El Palo se dice “zerzuá” pertenecen
a mi más estricta intimidad y no hago de ellos bandera
porque, mi única bandera es la roja y gualda y si va con el
toro de Osborne mejor.
Recuerdo, hablando de marketing que, hace ya años, en
España, vestía mucho incluir en las listas a un gitano, de
ahí salió Juan de Dios Ramírez Heredia, buen hombre. Pero
mis primos ya no están de último alarido, de hecho, no creo
que incluyan a calés ni en las listas malagueñas ni incluso
en las ceutíes y claro, eso hiere a algunos puristas y hace
sentir a algunos muy discriminados con respecto a los
musulmanes que son más señoritos y que, en las listas de
algunos lugares dan la imagen. Pues yerran. Los que
chamullan calé resultan “muy” lorquianos al son del, también
camelamos naquerar.
¿Qué murmuran? ¿Qué se me nota algo decepcionada? No es eso,
lo que estoy es triste por tanto potencial desaprovechado en
aras al amiguismo y a la dedocracia. ¿Qué donde buscaría yo
a los de las listas? Joder, me iría en busca de la gente de
FP, de los más listos, de los de mayor nivel de Inteligencia
Emocional y a las facultades a rondar a los becarios que
pasan hambre investigando y a los hospitales a por las
enfermeras y los del MIR y a los maestros jubilados,
millonarios en sabiduría y experiencia, listas con presencia
de jubilados y jubiladas de madres de familia con las
barrigas calientes de tanto estar arrimadas a la cocina
guisando el puchero con los avíos, currantes con talento de
la FP, profesionales mileuristas, becarios que llegan a fin
de mes dando clases particulares a los niños de la ESO,
inspectores de la Udyco en excedencia, picoletos, policías
locales. Gente corriente. Ni chupóptera, ni seguidista, ni
que haga clientelismo. Gente que, todo lo que posea se lo
haya currado, duramente y que sea inmensamente rica en
humanidad, en generosidad, en sentimientos y en valores. Y a
todos el test de IE inteligencia emocional, como en las
empresas multinacionales, para determinar ese grado de
empatía necesario para vencer convenciendo y para despertar
admiración por la valía humana. ¿Qué estoy tabulando? Por
ahora. Los deseos son algo muy peligroso porque todos
sabemos que, cuando se desea algo con intensidad, de
inmediato, el Universo entero comienza a trabajar y
conspirar a nuestro favor. Y el Universo si que sabe de
marketing.
¿Que andan murmurando? ¿Qué he acabado el artículo y aún no
me he referido a las peladillas? No se mosqueen y no olviden
que el doctor Chopra dice que el mosqueo enferma porque “no
hay pensamiento torcido sin molécula torcida” Y además
¿Quieren hacer el favor de explicarme que es lo que tienen
que verlas peladillas con el marketing?.
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