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OPINIÓN - DOMINGO, 29 DE OCTUBRE DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Marketing y peladillas
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Ayer me contaron el acto celebrado por los peperos en el hotel La Muralla de Ceuta y sobre todo me hablaron del buen rollito imperante ¡que envidia!. Supongo que, para los ceutíes debe ser muy reconfortante y esa es la palabra “reconfortante”, tener a alguien en quien depositar sus ilusiones y expectativas, sabedores de que no las va a defraudar. ¿Qué si me voy a lanzar a trazar una hagiografía salpicada de almibaradas adulaciones sobre Juan Vivas? Ni de coña. El jarilleo se lo dejo a otros más susceptibles de capitalizar los halagos con palmaditas en la espalda. Yo escribo desde la Península, desde la barriada de El Palo, he sufrido la tala salvaje de los castaños del parque, la recalificación del bello pulmón verde de Gibralfaro , las disputas con los socialistas sobre la recalificación de la finca de la mamá del Alcalde y como colofón una especie de bancos-lápidas que, el susodicho, ha mandado emplazar en el parque, delicia de los grafiteros, sin respaldos para que se jodan los jubilados y pasando de la tradición andaluza de bancos de forja que son prodigios estéticos. Por supuesto que no le voy a votar, porque siento al Alcalde de la Torre muy lejano a mi sensibilidad y al PP malagueño una especie de coto hermético “reservado el derecho de admisión” que solo recuerda a los afiliados para convocarnos a algún que otro mitin para que hagamos bulto y aplaudamos al listillo de turno. Ni voto al Alcalde ni voto a nadie. No voto ni en las municipales y mucho menos en las autonómicas. Mi sufragio no le va a servir a Arenas, que parece no permitir alternativa más joven de recambio y ningunea a tipos auténticamente encantadores, hechos a sí mismos y válidos, como el senador Damián Caneda, con mi voto Arenas que no cuente jamás. Si ponen a uno que me guste entonces sí, pero no me motiva la falta de recambio de las piezas en el tablero de ajedrez de la política. Por mucho que le echen a los candidatos toneladas de marketing encima.

¿Qué por lealtad y por principios mi obligación es votar a la derecha, disculpen, centro reformista, para que no ganen los socialistas? Tienen razón, es un poco inmoral ser pasota en política, pero es que, en estos momentos, estoy siguiendo muy de cerca cada movimiento del ministro francés Sarkozy y comparado con el carisma indiscutible de este hijo de inmigrantes, lo que me están ofertando en Andalucía en general y en Málaga en particular, me parece desvaído, ligth, 0 calorías , chapucero, dedocracia por un tubo y de puta pena.¡Y miren que hay buena gente afiliada al PP! Pero los mismos nombres se mueven una y otra vez sobre el tablero, sin tener en cuenta que, las piezas, se usan y se gastan, se ponen mugrientitas y, al final, hay que irse al Corte Inglés y comprar otras nuevas. El marketing, para que sea eficaz, ha de aportar novedades y ampliar perspectivas, a no ser que se apueste sobre el caballo ganador porque, el equino se lo ha currado a tope y lo merece. Pero maquillar y remaquillar las mismas caras en distintos puestos o cometidos es repetitivo y lo repetitivo tiene efecto saciante y aburre. ¿Para cuando la repesca de nuevos valores en escuelas y facultades? ¿Para cuando los castings de gente joven y entusiasta para sustituir a las viejas glorias?.

Y no me sirven las soluciones tipo “Pepe Goteras y Otilio, chapuzas a domicilio” Porque hay soluciones de marketing electoral que están más manidas y más quemadas que el cenicero de un bingo y que son más tontas que bailar la música del telediario. ¿Qué si me refiero a “lo de siempre”? Por supuesto. En toda lista que se precie tiene que ir alguien muy joven, al igual que, en todo mitin como Dios manda tiene que haber un contingente juvenil detrás del orador aplaudiendo, digo yo ¿Por qué no pondrán un contingente de jubilados o de mujeres maltratadas? No se, tipo algún colectivo con problemas fuertes y duros a solucionar ¿Qué la juventud es mileurista y pasa unas angustias del carajo con la especulación inmobiliaria? Si. Pero hay que tener iniciativa y recambiar gente que pasa fatiguitas con otra gente que también las pasa canutas. Y también tienen que haber inmigrantes en un lugar visible. Si no hay inmigrantes no mola, porque poner a extranjeros da imagen de “sensibilidad” ante las minorías. Y el inmigrante tiene que resaltar para que se vea que está. ¿Qué si yo me pondría en el escenario en plan “minoría étnica” hispanorrifeña? No. En la Facultad lo pasé fatal porque me llamaban “caricatura étnica” y, tanto mis orígenes como mi condición sexual, que en El Palo se dice “zerzuá” pertenecen a mi más estricta intimidad y no hago de ellos bandera porque, mi única bandera es la roja y gualda y si va con el toro de Osborne mejor.

Recuerdo, hablando de marketing que, hace ya años, en España, vestía mucho incluir en las listas a un gitano, de ahí salió Juan de Dios Ramírez Heredia, buen hombre. Pero mis primos ya no están de último alarido, de hecho, no creo que incluyan a calés ni en las listas malagueñas ni incluso en las ceutíes y claro, eso hiere a algunos puristas y hace sentir a algunos muy discriminados con respecto a los musulmanes que son más señoritos y que, en las listas de algunos lugares dan la imagen. Pues yerran. Los que chamullan calé resultan “muy” lorquianos al son del, también camelamos naquerar.

¿Qué murmuran? ¿Qué se me nota algo decepcionada? No es eso, lo que estoy es triste por tanto potencial desaprovechado en aras al amiguismo y a la dedocracia. ¿Qué donde buscaría yo a los de las listas? Joder, me iría en busca de la gente de FP, de los más listos, de los de mayor nivel de Inteligencia Emocional y a las facultades a rondar a los becarios que pasan hambre investigando y a los hospitales a por las enfermeras y los del MIR y a los maestros jubilados, millonarios en sabiduría y experiencia, listas con presencia de jubilados y jubiladas de madres de familia con las barrigas calientes de tanto estar arrimadas a la cocina guisando el puchero con los avíos, currantes con talento de la FP, profesionales mileuristas, becarios que llegan a fin de mes dando clases particulares a los niños de la ESO, inspectores de la Udyco en excedencia, picoletos, policías locales. Gente corriente. Ni chupóptera, ni seguidista, ni que haga clientelismo. Gente que, todo lo que posea se lo haya currado, duramente y que sea inmensamente rica en humanidad, en generosidad, en sentimientos y en valores. Y a todos el test de IE inteligencia emocional, como en las empresas multinacionales, para determinar ese grado de empatía necesario para vencer convenciendo y para despertar admiración por la valía humana. ¿Qué estoy tabulando? Por ahora. Los deseos son algo muy peligroso porque todos sabemos que, cuando se desea algo con intensidad, de inmediato, el Universo entero comienza a trabajar y conspirar a nuestro favor. Y el Universo si que sabe de marketing.

¿Que andan murmurando? ¿Qué he acabado el artículo y aún no me he referido a las peladillas? No se mosqueen y no olviden que el doctor Chopra dice que el mosqueo enferma porque “no hay pensamiento torcido sin molécula torcida” Y además ¿Quieren hacer el favor de explicarme que es lo que tienen que verlas peladillas con el marketing?.
 

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