“El que se sindica incumple con una obligación a la que
militarmente ha renunciado y eso es algo que hay que poner
en valor porque los militares españoles sois gente
disciplinada”. Con estas palabras expresaba ayer José Bono,
en el transcurso de la tradicional copa de vino, su parecer
acerca de lo que para él es el Ejército. El ex ministro de
Defensa dirigió unas palabras a los presentes tras haber
recibido la distinción de Regular de Honor en el
acuartelamiento ‘González Tablas’ durante la celebración del
‘Viernes Regular’. Se mostró muy agradecido por recibir tal
distinción en el acuartelamiento en el que su padre sirvió
durante tres años y destacó la importancia que Ceuta ha
tenido siempre para su familia: “yo siempre he llevado el
nombre de Ceuta grabado en el corazón”, dijo.
José Bono agradeció a los militares los servicios que
prestan a España y destacó que el valor de los militares “no
es el uniforme, ni las divisas ni los galones sino su
disponibilidad porque un día juran estar tan disponibles
que, por España, están dispuestos a dar la vida hasta que se
mueren, incluso estando en la reserva”. Y es que para el
socialista albaceteño, quien elige ser militar lo hace para
toda la vida y “quien crea que una vez en la reserva se
queda libre de ataduras con España, entonces es un perjuro y
no es digno de ser un militar de honor”.
Haciendo gala de su españolidad y de unas ideas que no
siempre han gustado en el seno de su partido, José Bono
mostró su admiración por el Ejército, por su entrega y por
los valores que esta institución transmite porque “ésta es
una colectividad donde se aprenden cosas buenas y que
también es buena para los niños”, dijo en alusión a los
hijos de los militares allí presentes. Para él el sacrificio
que supone para los militares entregar su vida por la patria
es algo “absolutamente impagable” que, según él, tiene que
“evocar el sentimiento de quienes no son militares”.
En su discurso también se refirió a la indivisibilidad de
España porque, dijo, amar España es quererla entera e
íntegra “porque juntos valemos más que separados”. A este
respecto destacó el sentimiento español que se respira en
Ceuta, “probablemente mayor al de la mayoría de las
provincias españolas”.
Además de recibir la distinción de Regular de Honor, le fue
entregado, encuadernado, el expediente militar de su padre,
del año 1944, un detalle que le emocionó especialmente ya
que, dijo, “sólo mi pueblo, Salobre, en Albacete, era más
importante para mi padre que Ceuta”.
El título de Regular de Honor se viene concediendo desde
1979 y algunas de las personas que han sido distinguidas con
esta mención han sido: el presidente de la Ciudad Autónoma,
Juan Vivas; los generales de ejército José Faura Martín y
Alfonso Pardo de Santayana y Coloma; el que fuera delegado
del Gobierno hasta el año 2004, Luis Vicente Moro, y el
primer Regimiento de Tiradores de Epinal (Francia).
El ‘Viernes Regular’ estuvo presidido por el Jefe del Estado
Mayor del Ejército (JEME), el general del ejército Carlos
Villar Turrau, al que acompañaron en el palco presidencial:
el teniente general jefe de la Fuerza Terrestre, Pedro
Pitarch, que vino desde Sevilla; el comandante general de
Ceuta, el general de división Luis Gómez Hortigüela; el
presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas; y el delegado
del Gobierno en Ceuta, Jenaro García-Arreciado.
En el acto, también se realizó un pequeño homenaje a los
veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil que,
representados por el coronel Manuel Lancha, también
expresaron unas palabras a los presentes. El presidente de
la hermandad de veteranos de Ceuta, que depositó la ofrenda
floral a los caídos junto a José Bono, declaró que “siempre
seremos soldados, con todas las exigencias que este nombre
implica porque la milicia imprime carácter”.
En su discurso se refirió también al escudo de la hermandad
que “alude al desgaste producido en las vidas y fuerzas de
los veteranos soldados de los Ejércitos en cumplimiento del
juramento que solemnemente prestaron en su juventud, que no
tiene ni tendrá jamás fecha de caducidad”.
Lancha reconoció el cansancio de los veteranos del Ejército
pero no su derrota porque, como decía el mariscal Foch, el
vencedor en las Ardenas en la Primera Guerra Mundial, “las
victorias han sido siempre ganadas por soldados cansados”.
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