“Una balada de otoño, un canto
triste de melancolía, que nace al morir el día…” Así cantaba
Joan Manuel Serrat, con su voz de cabritillo y su genialidad
como poeta y compositor. Era yo mocita en Nador y la
tristeza de la melodía me embargaba “Llueve…Detrás de los
cristales llueve y llueve…” ¡Canción más penosa! No me
extraña que, con semejante acompañamiento musical ya
apuntara en la adolescencia maneras de introversión
cronificada y de mala hostia exógena, que no endógena. ¿Qué
que es eso? Pues viene a ser que, tu entorno te irrite y te
provoque cabreo.
Que es lo que a mi me provoca la lluvia cuando es torrencial
como en Galicia y, por culpa de la imprevisión de las
autoridades y de la falta de concurso de buenos ingenieros
de obras públicas, que ahonden en los cauces de los ríos,
sostengan los puentes, limpien las laderas y tengan un
mínimo de facultades de prevención, caen cuatro gotas y
media, lo que significa una y media de la normalidad del
pluviómetro en los países del norte y hay sistemáticamente
inundaciones de tintes catastróficos. Año tras año, riada
tras riada y las infraestructuras de puta pena por falta de
inversiones en obras hidráulicas. Me digan ¿Cuál fue la
última vez que vimos a una autoridad inaugurando un pantano?
Yo no me acuerdo. ¿Qué musitan? ¿Qué todos los pantanos son
“fachas” porque hacen recordar la fiebre pantanera o
pantanil de la época del Franquillo? Encajo la aseveración y
mando directamente a la mierda a quien haya dicho que, los
pantanos son “fachas” y encima me reservo mi opinión sobre
la inauguración del alumbrado navideño en Ceuta el día
primero de diciembre. Mi opinión es que, todos los años
debería inaugurarse algún pantano, pero no construido
anegando pueblos, porque eso es una perversidad y no hay
nada más triste que, cuando bajan las aguas, sobresalga el
campanario de la iglesia del pueblo inundado. Como servidora
ha visto en Navarra, creo que fue durante una visita a Olite.
Y era deprimente, casi tanto como la “Balada de Otoño” de
Serrat “Una balada de Otoño, a veces como un murmullo, a
veces como un lamento, a veces viento…” ¡No tiene malaje ¡.
Por cierto, cualquiera de las iglesias ahogadas de
cualquiera de los pueblos, antes de hundirla, mejor
vendérsela a los americanos que, como son la reserva
espiritual de Occidente, descienden de europeos y son más
occidentales que nadie, mejorando la presente y a mis
adorados ruskis, que para mi son “lo más”, como decía,
ofertársela a los yankis que, como son ellos de hacendosos,
la desmontarían piedra a piedra para trasladarla a Illinois
y resguardarla bajo una campana de metacrilato. Nuestros
hermanos americanos aman, antes que nada, el arte y el
patrimonio y si es religioso, sencillamente lo adoran y ya
que vienen a llevarse iglesias , de paso, sus ingenieros,
podrían ponerse en plan “Bienvenido Mr.Marshall” y dejarnos
hecho algún pantano. Porque dinero para grandes obras
públicas hay regular. ¿Qué tenemos una gran red de
autopistas? Si. De peaje. Mucho te quiero perrito, pero pan
poquito. Los gobernantes deben considerar que no están para
dislates ni para derroches, porque mantener el Estado de las
Autonomías, sus gobiernos y los tropecientos mil
funcionarios y cargos de confianza, ya cuesta un perraje,
así que, si los españolitos queremos disfrutar de buenas
autopistas como lo es el tramo Fuengirola-Algeciras, tenemos
que pagar y caro. Y si es época de vacaciones las tarifas
suben justo el doble. Es decir que, nuestros pobres
impuestos no se invierten en buenas autopistas gratuitas
para que sean usadas por el pueblo en general. Aquí, excepto
la polución, pocas cosas son gratis.
Me comentaba un compañero “Hoy hay que tener seguro médico
privado, Adeslas, Asisa, Sanitas Cajasalud o el del hospital
de Navarra, porque vas a la Seguridad Social y solo hay
inmigrantes y gitanería”Les juro que, lo de la gitanería me
mosqueó, porque no es para ponerse peyorativo con las
maneras de algunos morenos de verde luna, aunque reconozco
que, a veces han tenido sus diferencias con algunos
inmigrantes, pero a la Seguridad Social fue mi enfermo
marido cuando le tuvieron que operar y eso que somos de
Adeslas y las instalaciones de nuestros hospitales son
impecables ¡Pero donde se pongan las manos de los médicos de
la Sanidad Pública!. Pero lo de hacerse seguros médicos
privados es una especie de pandemia en Andalucía. ¿Qué si
existe un clasismo feroz? No creo. Yo no palpo clasismo. Lo
que palpo es un rechazo visceral hacia los profesionales de
la marginación y del subsidio de desfavorecido social.
Porque haberlos haylos, pese a que tienen todas las
oportunidades sociales de mejorar, pero hay quienes se
autoexcluyen y me parece perfecto, siempre que no haya que,
encima, subvencionarles por ello y los dineros se usen en
infraestructuras hidráulicas.
¿Qué tengo fijación con los pantanos? No. Son ustedes que
tienen celos porque no han construido en Ceuta un buen
pantano ¿Qué no hay sitio? Eso depende de las ansias de
expansión territorial, si los americanos compraron Alaska
supongo que nosotros podremos comprar Tetuán ¿Qué no les
interesa? Pues el paisaje de la Montaña bajo la luna, tan
solo eso, justificaría la inversión. Porque a ese paisaje
maravilloso hay que salpimentarlo con música andalousí, que
no con el muermo de la “Balada de Otoño”. Que a mi no me
sirve para este Otoño, ni para unos días finales de octubre
donde, en lugares emblemáticos como el Dunnes Store del
Eroski, ya han aparecido los primeros adornos de Navidad.
Nos copiamos de los anglosajones que cada vez tienden más a
que, la gente sea feliz y adelantan las fechas navideñas
conscientes de que, esa parafernalia luminosa y entrañable,
que es “lo nuestro” y que es, sencillamente maravillosa,
genera endorfinas, da calidez al alma, rezuma noradrenalina
y constituye una autoafirmación gozosa, de luz frente a la
oscuridad y de ser como Dios manda y añado que Dios manda en
todo lo bueno y lo bello del Universo.
Los malagueños no queremos las luces el uno de diciembre, se
hacen escasas, cortas, las queremos en noviembre, con olor a
castañas, pasados los difuntos, adornado el recuerdo con
orquídeas, superadas las calabazas del Halloween que hacen
furor entre los jóvenes, calabazas, gatos, murciélagos,
fantasmas, todo en adornos para el pelo y en bisutería. ¡Que
pasón ser tan occidentaloide y que, la colectividad se chale
en comandita por reafirmar y exhibir lo nuestro! Nuestras
raíces culturales que nos tienen enamoraditos y que queremos
ver regadas con buena agua de lluvia recogida por los
pantanos que se construyan y por el caudal de los ríos
cristalinos porque, a la empresa cabrona que polucione se le
pega el cerrojazo y se la obliga a limpiar con la lengua
hasta que las aguas hiervan de peces y de vida. Eso es ser
como Dios manda ¿Qué si Dios manda tararear con melancolía
la “Balada de Otoño”? Que cada cual tararee lo que le salga
de las entretelas, que yo voy a lo mío: pantanos de aguas
limpias, autopistas para todos, chucherías para los niños en
Halloween, Hospitales Públicos con los servicios de los
privados y luces de Navidad en noviembre. Oigan ¡Que
bonito!.
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