Las elecciones están a la vuelta
de la esquina. Los partidos políticos empiezan a presentar a
sus líderes que, lógicamente, tendrán más o menos suerte en
la consecusión de los votos que una vez terminadas las
elecciones les valdrá para reflexionar los motivos, por los
cuáles, han sacado menos votos de los previstos cuando las
encuestas le daban dos o tres diputados más.
Ya lo he dicho, en muchas ocasiones, las encuestas,
dependiendo de quienes las hagan, no son muy de fiar. ¡Dito
sean los moniatos al horno con su dulce incluido!.
Las primeras elecciones que nos llegan son las de la llamada
“nación” catalana cuando, Cataluña, no fue jamás una
“nación”. Y si, en estos momentos, por obra y gracia de la
democracia, resulta que es una ”nación”·, hay que creer en
los milagros, sin tener la fe del carbonero. Grande es la
democracia, que tiene capacidad para hacer “naciones” de
simples condados, como el que hace churros. Servidor, qué
quieren qué les diga, contento, igual mañana me hacen duque
del Callejón del Lobo. Todo es posible y no sólo en Granada.
Al parecer, por lo visto y leído, que uno tiene la fea
costumbre de leer, estas elecciones tienen en común
denominador, todos contra el Partido Popular, al que hay que
arrinconar sea como sea.
Me da la sensación de que, esta táctica es un gran error
político, y quien siembra vientos recoge tempestades. El
tiempo, ese que nunca falla, dará o quitará razones.
El Partido Popular, puede caer mejor o peor, dependiendo de
a quienes se les pregunte por el mismo pero, de lo que no
cabe duda alguna,es que arrastra trás de si más de diez
millones de votos y eso hay que tenerlo en cuenta, guste o
deje de gustar.
Sigo opinando que, “todos contra los populares” es un grave
error político que, a los que han iniciado el acoso y
derribo, no les va a beneficiar en nada si acaso, les puede
perjudicar. Tiempo al tiempo.
Viendo ciertas actuaciones, de algunos que otros partidos
políticos, me da la sensación, no extraña, que estando en
democracia, todo parecido conla realidad es pura o mera
coincidencia, para esos paletos pueblerinos que como
programa llevan el insulto.
Y que conste, en acta, de una vez por todas, que no
pertenezco ni al Partido Popular ni a ningún otro partido,
pero siento vergüenza ajena, la misma que creo deben sentir,
todos los catalanes, de la actitud que emplean todos estos
pueblerinos en unas elecciones.
Cataluña, esa Cataluña que en la que estuve viviendo
ejerciendo de charnego conociendo, como creo conocer al
pueblo catalán no me cabe, duda alguna, que se sentirá
avergonzado y, por supuesto, no identificado con ese
lenguaje soez, burdo y barriobajero, empleado por esos que
dicen ser catalanes y sólo continúan siendo unos aldeanos
venidos a una gran capital que, aún, siguen manteniendo,
sobre sus cabezas las desgastada y raídas gorras con las que
salieron de sus pueblos.
Los charnegos, no todos, porque allí, buscando una vida
mejor llegamos muchos charnegos sin gorras, fajas, ni
chaquetas de pana, también se sentirán avergonzados, por el
qué dirán, de todos esos mal educados, analfabetos y catetos
de pueblo, que usan esa clase de lenguaje, queriendo ser más
catalán que los propios catalanes y a los que los catalanes,
los auténticos, desprecian por considerarlos de segunda
división.
Esos jóvenes, pueblerinos y aldeanos, que quieren ser más
catalanes que los propios catalanes han mostrado, una vez
más que son unos analfabetos, al escribir la frase “Folla´t
a la dreta”., por la sencilla razón de que en catalán el
complemento directo no lleva preposición. Una catetada más
de estos aldeanos que habrá llevado, a los auténticos
catalanes a pensar, de ellos, lo que siempre han pensado,
que son unos catetos de pueblo que sólo valen para lo que
valen.
Así se escribe, y se seguirá escribiendo la historia de
estos aldeanos que llegaron a Cataluña y, aún, no se han
quitado la chaqueta de pana, la faja y la gorra y que se
consideran más catalanes que los propios catalanes.
Todos ellos, grandes acomplejados, no les quepa la menor
duda, tienen el convencimiento pleno, que ha llegado la hora
de los charnegos y harán sus campañas de forma burda y
grosera, tal como corresponde a gentes sin preparación
alguna y que, por supuesto, continúan sin tener la menor
idea de qué es Cataluña.
Arturo Mas, al parecer, candidato idóneo ha mostrado no ser
más que un tonto ante notario y su propuesta de conceder la
catalanidad por puntos como los carnés de conducir, es una
mamarrachada, a pesar de que, algunos catalanes, hayan
acogido la propuesta sin decir esta boca es mía.
Son los mismos que le negarán el voto a Montilla por ser
charnego.
El candidato del PSC tiene escaso porvenir en estas
elecciones, por el simple hecho de que los clanes catalanes,
no aceptarán nunca que presida la Generalitat un charnego.
El día uno está ahí será, fácil comprobarlo.
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