El próximo día 22 de Octubre la Iglesia Católica celebra el
Domingo Mundial de las Misiones.
Ese día los mayores tendremos nostalgia y algunos nos
recordaremos con la hucha en la mano. Todos los católicos
debemos sentir la responsabilidad de ser misioneros con
nuestra oración, con nuestro sacrificio y con nuestra
cooperación económica para las misiones de la Iglesia
católica:
Una Iglesia que sigue aumentando en el mundo:
En los últimos 15 años ha crecido en 342 millones de nuevos
católicos:
En África se ha multiplicado por tres el número de
católicos; en Asia se ha multiplicado por dos y en América
ha aumentado un 66,8%.
Así, actualmente, de cada 100 católicos, 14 son africanos,
50 americanos, 10 asiáticos, 25 europeos y 1 de Oceanía.
Una Iglesia que necesita más sacerdotes:
El número de sacerdotes en Europa ha descendido de un modo
alarmante. Actualmente los sacerdotes europeos son 50.520
menos que hace 15 años.
Sin embargo, en Asia y en África el número casi se ha
duplicado.
La proporción actual en el mundo es así: De cada 100
sacerdotes, 8 son africanos, 30 americanos, 12 asiáticos, 49
europeos y 1 de Oceanía.
Una Iglesia que necesita más obras sociales y educativas:
En las misiones, durante los últimos 15 años, cada día la
Iglesia ha puesto en marcha 4 obras sociales y 10
educativas.
Las obras sociales se han multiplicado por cinco. Entre
hospitales, dispensarios, leproserías, hogares para ancianos
y minusválidos y jardines de infancia, actualmente hay un
total de 26.711.
Las obras educativas se han duplicado, sumando en la
actualidad 99.045.
En este aspecto África es el continente que más ha crecido.
Una Iglesia que necesita más ayuda para sus misioneros:
La Iglesia española concretamente tiene actualmente 17.515
misioneros, que son casi en su totalidad religiosos y
religiosas. El 56% de ellos proceden de Castilla y León, y
el 71% trabaja en América Latina.
¿Nuestro dinero a dónde va?
En el año 2005, las Obras Misionales han distribuido 139
millones de dólares, procedentes de donativos de todo el
mundo, siendo la contribución de España de doce millones y
medio de euros.
El 57% de este dinero ha sido para África, el 27% para Asia,
el 9% para América, el 4% para Europa y el 3% restante para
Oceanía.
Europa es el continente que más aportó, con el 49,66% de lo
recaudado, seguido de América, que aportó el 45,26%.
La recaudación total del año 2005 fue un 22,9% mayor que la
del año 2004.
Respecto a España, podemos decir que, en el año 2005, ayudó
a África y a América con algo más de tres millones de euros,
a Asia con tres millones y medio, a Europa con más de dos
millones, y a Oceanía con medio millón.
Los cinco países que recibieron más ayuda de España fueron:
Camerún, Uganda, Antillas, Filipinas y Guinea Ecuatorial.
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Este año celebramos el 80 aniversario del DOMUND, Domingo
Mundial de la Propagación de la Fé, y su lema es: “San
Francisco Javier, Testigo y Maestro de la Misión”.
También celebramos este año el V centenario del nacimiento
de San Francisco Javier, patrono universal de las misiones,
y bajo su protección ponemos todas las actividades que se
han de realizar en las comunidades cristianas con motivo del
DOMUND, por ser testigo y maestro, ya que su vida y escritos
son ejemplo para quienes perciben en su corazón la
responsabilidad misionera que brota del bautismo.
El Santo Padre Benedicto XVI, en su mensaje del 29 de Abril
de 2006 para la Jornada Mundial de las Misiones, nos anima a
ser misioneros, ya que toda la comunidad cristiana está
llamada a dar a conocer a Dios, que es Amor, que es el Buen
Pastor que no abandona a la oveja perdida y, gracias a ello,
los hombre de todos los tiempos tienen la posibilidad de
entrar en la comunión con Dios, Padre misericordioso,
dispuesto a volver a acoger en su casa al hijo pródigo.
Así pues, ser misioneros significa amar a Dios con todo
nuestro ser, es atender las necesidades de todos,
especialmente de los más pobres y necesitados, servir a
todos sin buscar el propio interés, sino únicamente la
gloria del Padre y el bien del prójimo.
También nos dice el Santo Padre que la Jornada Mundial de
las Misiones ha de ser una ocasión útil para comprender cada
vez mejor que el testimonio del amor concierne a todos, pues
servir al Evangelio no debe considerarse como una aventura
en solitario, sino como un compromiso compartido de toda
comunidad. Así todos debemos contribuir, con nuestra oración
y cooperación, a la difusión del reino de Dios en la tierra.
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