No por repetido deja de gozar del favor de todos los
cristianos, creyentes o no, un día tan señalado como el de
Todos los Santos para que cada familia recuerde a sus seres
más queridos. Día que celebraremos el próximo miércoles día
1 de noviembre.
Es el día en el que se visita el cementerio para honrar la
memoria de los que ya no se encuentran entre nosostros y con
ello, le acompaña un aspecto tradicional como es la compra
de flores para acompañar a los nichos.
Por esta razón, hemos querido conversar con algunos de los
vendedores de flores, para conocer de primera mano sus
impresiones sobre como viven los días previos a este
señalado día de Todos los Santos.
Se puede encontrar de todo. Desde claveles, clavellinas,
crisantemos, margaritas, gerveras, gladiolos y, sobre todo,
mucho cariño vendiendo las flores por el componente
sentimental que se denota al adquirir un ramo o una flor en
días tan señalados como estos.
Tal y como ha podido saber este rotativo, la venta para el
día de Todos los Santos aumenta ostensiblemente respecto al
resto del año y sólo puede ser equiparada al Día de la
Madre.
Los demás días se produce una mayor venta los domingos pero
no se puede comparar nunca con estos días de especial
importancia para la venta de las flores.
Ofreciendo consejos
Según comentaban los floristas consultados, suelen ofrecer
consejo a las personas que vienen algo despistadas y no
tienen claro cuál va a ser su compra porque, o no conocen el
tipo de flores más adecuadas o se dejan llevar por la
tendencia del mercado o simplemente adquieren las primeras
que ve para no complicarse la vida.
Comentar que los ceutíes están comenzando a acercarse a las
floristerías existentes en nuestra ciudad para adquirir los
artículos de género que puedan servir para adornar y honrar
de paso las tumbas de sus seres queridos en el cementerio.
Se compra casi sin parar. No se escatima ningún tipo de
esfuerzo por hacerse con las flores que adornen mejor el
escenario hacia donde van dirigidas.
De todas clases y todos los colores aunque se apuestan por
los tonos más sobrios y sin demasiado colorido.
Se busca la emoción y el recogimiento del instante en el que
al colocar los diferentes ramos de flores junto a la tumba
del ser querido pretende transmitir algo más que el simple
hecho en sí pueda comunicar y significar un recuerdo, una
brizna de aire fresco que haga por unos segundos aislarse de
la realidad y apoderarse de un segundo de sueño e ilusión.
Por último mencionar que es, en ese momento, cuando todos
piensan en las cosas buenas que compartieron y en los
anhelos que hacen detenerse por minutos ante un lugar frío
que permanecerá en el mismo sitio sin volver a la vida nunca
más.
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