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OPINIÓN - VIERNES, 20 DE OCTUBRE DE 2006

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

“Patatas rellenas”
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Carlos Arguiñano es una persona que ejerce de vasco en todos sus programas. Pero, al mismo tiempo, presume de lo español, de la exquisitez de su cocina, de la bondad de sus productos, de sus compatriotas cocineros, “los mejores del mundo”, de la singularidad de la cocina española en todas sus regiones citándonos siempre una relación de buenos restaurantes, desde las Islas Canarias hasta las Baleares, pasando por Extremadura, Castilla La Mancha, Castilla y León, Galicia, Cantabria… en todos los lugares de la piel de toro, donde dispone de excelentes amigos. Le falta (por lo menos nunca se lo hemos oído) referirse a Ceuta y Melilla, aunque puede ser cuestión de que algún Consejero de Turismo o Cultura se le ocurra cualquier día la idea invitarlo y, estamos seguros que, aparte de tener la oportunidad de conocerlo, disfrutaremos de su cocina y ganaremos su confianza aprecio.

Otra de las cualidades que adornan al magnífico cocinero vasco es su aprecio, aparte de sus compañeros de profesión, por los demás, y raro es el programa en el que no se refiere, alabando las labores que realiza cada uno en su profesión, a sus “amigos” los pescadores, los agricultores, los ganaderos, los conductores, o de cualesquiera otras profesiones, resaltando las dificultades de cada cual para el ejercicio de sus labores.

No deja pasar la ocasión, casi a diario, de citar a su familia (esposa, hijos y nietos) y últimamente se refería a su madre política, fallecida recientemente, a la que recordaba con verdadero cariño y aprecio y de la que alababa, aparte de sus virtudes como madre y abuela, sus habilidades en la cocina.

Tampoco se olvida de su Real Sociedad de San Sebastián, en horas bajas deportivamente hablando. Pero no todo son tristezas, pues igual nos cuenta el chiste del león sordo (aquel que se comió al músico cuando los demás leones presenciaban el concierto que el mismo les estaba ofreciendo por aquello de que la música servía para sosegar a las fieras), ni su pasión por las motos recorriendo todos los circuitos de España donde se celebran competiciones de este tipo.

Por cierto, Arguiñano, el Circuito de Velocidad de Jerez de la Frontera está a una hora y media, mas o menos, de Ceuta y creo que aprovechando cualquier competición podría girarnos una visita, en la que seguridad que sería provechosa para nuestra Ciudad y para que V. la conociera y disfrutara de su excelente cocina, que también aquí tenemos a un Aurelio del Campo, con mas de cincuenta años de profesión, destacando su restaurante primordialmente por sus pescados y mariscos, que le podrá sorprender gratamente con algunos de sus exquisitos platos.

Pero, a lo que vamos: hoy queríamos referirnos al menú de Carlos Arguiñano “patatas rellenas” del que, aparte de reconocer la sencillez con que se puede cocinar, nos hemos quedado con el relleno de cebolla, jamón y champiñón, la salsa de gelatina, de pimiento verde, crema de patatas con perejil y otra salsa de yema con pimentón. O sea, un gustazo antes de presenciar, siempre con noticias de crímenes, guerras, inundaciones y demás calamidades, las tragedias del telediario.
 

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