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DEPORTES - VIERNES, 20 DE OCTUBRE DE 2006


soto mariscal. j.g.g..

fútbol / árbitros
 

Los árbitros de juvenil
no pitarán el domingo

El Colegio de Árbitros expresa
con esta medida su repulsa a la escasa sanción que ha tenido la agresión a un colegiado el pasado domingo
 

CEUTA
Redacción
deportes
@elpueblodeceuta.com

Menos de 300 euros y nueve partidos de sanción es lo que cuesta actualmente agredir a un árbitro de categoría juvenil. Una circunstancia que el Comité Técnico de Árbitros, reunido ayer por la tarde en su sede de la calle La Legión, consideró aberrante, y que ha supuesto la negativa de los colegiados a pitar la próxima jornada de liga en la citada categoría.

El presidente del Comité Técnico, Antonio Soto Mariscal, fue tajante ante la situación de inseguridad que vive este colectivo. “El Comité de Competición ha aplicado el reglamento. Pero lo que no se puede consentir es que un jugador que agrede a un árbitro sea únicamente sancionado con nueve partidos y una multa económica que no llega a los 300 euros”. Además, el presidente de los árbitros quiso recalcar la situación de impotencia que está sufriendo el sector en estos momentos, “los árbitros se encuentran dolidos e indignados y más de uno se ha planteado abandonar el arbitraje. Lo que pedimos es que se sancione como en otras competiciones, es decir, por partidos y no por periódos de tiempo. Nosotros no queremos sanciones de un año, que suponen únicamente que el agresor pierda nueve partidos. Nosotros pretendemos que se sancione por partidos y que hechos como el sucedido el pasado domingo conlleven una sanción de, como mínimo, treinta y tantos partidos”.

Con todo esto, los encargados de repartir justicia en los terrenos de juego están barajando otras iniciativas independientes del plante del próximo domingo, “esta situación ha llevado a parte del colectivo arbitral a plantearse la posibilidad de abandonar el arbitraje, y se ha puesto encima de la mesa la opción de acudir a la vía ordinaria. De esta manera serían los propios colegiados los que acudirían a los juzgados para denunciar las agresiones a las que están siendo sometidos.”, afirmó Soto.

En este sentido, hay que recalcar que la violencia traspasa los límites delimitados por los terrenos de juego, llegando incluso a producirse amenazas en los centros educativo, “algunos árbitros han sido amenazados por compañeros en los institutos y me parece que no estamos en los terrenos de juego para que nadie nos amenace”.

Por último, el presidente del Comité Técnico de Árbitros expresó la necesidad de que se produzca una especie de pacto social en este sentido. “Lo que está sucediendo es un problema de todos y tenemos que ser todos los que pongamos de nuestra parte. Necesitamos mayor protección en los terrenos de juego y una restricción de entrada en los campos. En estos momentos cualquiera puede acceder a las instalaciones, banquillos o campo de juego. Además, no son solamente los jugadores los que han agredido a los árbitros con patadas, puñetazos e insultos. En ocasiones, las agresiones han procedido también de padres y otros familiares, una actitud todavía más preocupante, por lo que es necesario un compromiso de todos en este sentido, y una mayor implicación a la hora de erradicar un problema de estas características.
 


El arbitraje se está convirtiendo en un deporte de riesgo

El pasado domingo, durante un partido de juveniles, uno de los jugadores de la Peña Madridista, Mohamed Ali Essaidy, propinó un puñetazo e insultó reiteradamente al árbitro del encuentro. Un hecho que se produjo después de que el colegiado del partido decidiese expulsar al jugador por insultar al público que estaba viendo el encuentro.

Este hecho no es un acontecimiento aislado ya que la pasada temporada fueron dos los trencillas, correspondientes a la categoría regional, los que fueron agredidos en el transcurso de un partido fútbol. Una situación que dista mucho de los valores que se supone debe difundir el deporte. Además, es de reseñar el hecho de que estos comportamientos se observen no sólo en las categorías juveniles sino que también se han producido entre los infantiles que practican este deporte.

De nada sirve que los jugadores de élite salgan a los campos de fútbol con pancartas defendiendo el Fair Play si los dirigentes no se emplean en atajar la la violencia en el deporte desde las categorías inferiores, acabando con el problema de raíz.

Todas estas circunstancias están haciendo del arbitraje un deporte de riesgo, tansformando la vocación de muchos jóvenes en miedo a pisar un campo de fútbol.
 


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