Díaz Triano se mostró convencido de que en la Ciudad, sus
autoridades “no han oído hablar” de la arquitectura
bioclimática y el ahorro energético que supone. “No deja de
ser una actuación pasiva de la energía solar. Es adaptar la
arquitectura de los edificios mediante muros, ventanas,
aislantes a la climatología local para que con poco
dispendio económico, tener edificios confortables donde las
oscilaciones de temperatura sean las mínimas entre invierno
y verano, tanto para refrigeración como calefacción. Esto
reduciría enormemente el consumo energético en calefacción y
refrigeración que es un gran problema económico y
energético, que tienen que ir afrontando ya”, apuntó.
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