Los ciudadanos de Ceuta nos
estamos habituando a los comunicados, notas y comparecencias
de prensa del partido socialista. Todas ellas, acusando al
Gobierno de Juan Vivas de mala gestión, prevaricación,
engaño y lo último, cesión de soberanía al adjudicar
viviendas públicas a tres ciudadanos de nacionalidad
marroquí.
Lo curioso de estos comunicados es que, siempre coinciden
con las continuas polémicas suscitadas por la acción o
inacción del Gobierno presidido por Zapatero. En esta última
ocasión, concuerda con el incidente protagonizado por los
vehículos entregados al reino alauí, conocido por todos los
ceutíes.
En primer lugar y, en relación a esta última acusación,
aclarar que los criterios de adjudicación de las viviendas
mencionadas fueron fijados por la Comisión Local de
Vivienda, organismo con presencia de todos los grupos con
representación parlamentaria y por tanto, del PSOE ceutí.
Dicho órgano competente, determinó como prioritario, los
realojos derivados de las expropiaciones de Loma Colmenar.
En segundo lugar, significar que el artículo 13 de la Ley de
Extranjería, Ley 8/2000 de 22 de diciembre de reforma de la
Ley Orgánica 4/2000 de 11 de enero señala tácitamente que,
los residentes extranjeros en España pueden acceder al
sistema público de ayudas en materia de vivienda en las
mismas condiciones que los nacionales.
Por tanto, los tres ciudadanos extranjeros adjudicatarios,
expropiados de los terrenos mencionados, cumplen por tanto,
con los requisitos establecidos tanto, por la legislación
vigente como, con el criterio establecido por la Comisión
Local de Vivienda.
No obstante y, según la documentación expuesta por el
Diputado y Senador popular, Nicolás Fernández, en esta
cuestión nos encontramos con una mujer con permiso de
residencia caducado y madre de dos menores de nacionalidad
española, una mujer casada con un español y una mujer
invidente, que convivía con su madre enferma, que tenía
acreditado en el expediente que residía en Loma Colmenar
desde hacia años. Por tanto, sería este último caso, el
coincidente con las acusaciones del progresista partido
socialista aunque, tal y como hemos explicado, totalmente
inconsistentes y perniciosas.
Por todo ello, resulta lamentable, una vez más, comprobar
como una formación política de izquierdas, progresista y con
talante, puede utilizar a personas humildes que, cumplen con
los requisitos exigidos, para desviar la atención de la
política de exteriores de un Gobierno del mismo color,
sometida en todo momento a los intereses de Marruecos.
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