La AD Ceuta ha protagonizado su peor arranque desde su
retorno a la división de bronce en 1.998. Los caballas, que
partían con el objetivo de moverse en la zona media-alta de
la clasificación sin renunciar absolutamente a nada, según
palabras de la propia directiva el pasado verano, no han
respondido a las expectativas creadas y transcurridas ocho
jornadas -casi un tercio de la competición- son decimoctavos
con tan solo cinco puntos, tres goles a favor y siete en
contra. El equipo caballa es junto al colista Cerro Reyes
Atlético el único que no conoce la victoria y el menos
goleador del grupo cuarto. Entre los 80 equipos de Segunda
‘B’ sólo dos han marcado menos goles que el Ceuta, el Racing
‘B’ en el grupo I y el Amurrio en el grupo II; tanto
racinguistas como vascos son penúltimos con cinco y seis
puntos respectivamente. El Oviedo también consiguió tres
goles, pero los rentabilizó mucho mejor que el conjunto de
Orúe. Los ovetenses son decimocuartos en su grupo con 10
puntos, porque firmaron tres victorias y encajaron tres
goles menos que los ceutíes.
Pero por encima de los pobres números que presenta el Ceuta,
inferiores a los de la temporada pasada en la jornada octava
cuando el grupo de Ramón Calderé sumaba nueve puntos, lo más
preocupante son las sensaciones que desprende el equipo de
Carlos Orúe, que ha utilizado a 21 futbolistas y aún no ha
encontrado ni el sistema ni el once tipo para lograr la
primera victoria. El equipo blanquinegro está lejos de lo
que su entrenador quiere. La AD Ceuta es vulnerable en
defensa, no desborda por las bandas y no tiene pegada;
además es un equipo que no aprende de los errores, porque le
han marcado dos goles prácticamente iguales en el Alfonso
Murube: colada por la banda izquierda y medido centro al
área caballa para que Pedro Curtido (Marbella) y Sergio
Postigo (Linares) rematen sin oposición al fondo de la
portería. El Córdoba también sacó petróleo por el costado
izquierdo donde David Arteaga y Javi Moreno se asociaron y
el ex del Écija Balompié superó casi sin ángulo a Basauri.
Así las cosas, a excepción del 0-0 ante la UD Mérida de la
segunda jornada, el Ceuta siempre ha estado por detrás en el
marcador y le ha tocado reponerse para intentar darle la
vuelta a la tortilla. Los ceutíes, atenazados por los
nervios y con muy pocas ideas en ataque, cayeron ante el
Marbella y el Linares y sumaron un punto ante el Córdoda
gracias al gol de Javi Navarro tras pase de Alfonso. La AD
Ceuta es un desastre en casa porque ha sumado tan solo dos
puntos en cuatro partidos dejando escapar diez. Lejos del
Murube arañó tres puntos en Baza, Villanueva de la Serena y
Sevilla que perdieron todo su valor con los reiterados
tropiezos en su estadio. La afición, que acudió en un número
aceptable el pasado domingo al municipal, se marchó
desencantada y preocupada al entender que no es un problema
de actitud sino de aptitud. Los jugadores corren, pelean, lo
intentan, pero son incapaces de dar tres pases seguidos e
hilvanar jugadas de gol. Para más ‘inri’ las pocas
oportunidades generadas no se aprovechan, como ocurrió ante
el Córdoba en la primera media hora o en la última jornada
con la ocasión desperdiciada por Diego Herrera en el minuto
24 de la segunda parte.
Este Ceuta no carbura, desespera a su afición y se ha metido
en problemas al situarse antepenúltimo a cuatro puntos de la
permanencia y a dos puntos de la promoción. Queda Liga por
delante, 90 puntos en juego, pero el equipo debe ponerse las
pilas y empezar a ganar ya.
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