Hay términos o conceptos que para hablar de ellos de forma
correcta o de la forma más fiel a la realidad hay que
experimentar o por lo menos tantearla de cerca…o mejor aún
de muy, muy de cerca... Pues como ocurre en tantos otros
casos, la teoría de dichos términos, se queda corta o se
ajusta muy poco a la realidad práctica de dichos conceptos…
Y eso mismo, es lo que ocurre con ese término de difícil
descripción, tan cantado, alabado, escrito y nombrado… así
como prostituido por unos cuantos faltándole a su
significante/significado y confundiendo a la gran mayoría.
Si analizamos el término AMOR, por la definición que nos da
la Real Academia Española, encontramos, del latín:
- Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su
propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión
con otro ser.
- Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae
y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos
completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y
crear.
- Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o
algo…Tendencia a la unión sexual.
Si atendemos a Platón acerca la conceptualización del
término o lo más próximo a él, en la Grecia Antigua, que
define las relaciones interpersonales. Según él, existe un
placer físico, con lo que tendríamos una primera referencia
al deseo, que se obtiene del contacto con otros seres
humanos, pero estos placeres son peldaños intermedios para
ascender a lo sublime a la máxima espiritualidad, que sería
lo que llamamos AMOR. Para Platón lo importante, lo que
enriquece al ser humano es la espiritualidad, convertida en
lo que entendemos hoy día por AMOR, rechazando la materia,
el cuerpo, el sexo considerándolo como superable,
provisional y carente de realidad. Este será el núcleo que
explica el origen y posterior desarrollo del amor platónico.
Lo importante no será satisfacer el deseo con la descarga
orgásmica, sino la tranquila vivencia del sentimiento
amoroso, la suavidad de las caricias, el despertar del
sentimiento y las emociones…El placer no residirá en uno
mismo/a sino en el placer del otro/a.
El Platonismo, establece pues esta dualidad cuerpo/espíritu,
donde el cuerpo es lo despreciable, lo material y el
espíritu, lo sublime, lo noble…Y de aquí surgirá la
mentalidad occidental acerca ideologías y posteriores
escritos.
En el siglo XII nos encontramos con un AMOR HONESTO, en
cuanto no trasgredía las prohibiciones sexuales, CASTO Y
PÚDICO. En este sentido, la iglesia castigaba el amor
profano en cualquiera de sus manifestaciones, como opuesto
al amor sagrado, incluso aunque este fuera dentro del
matrimonio. “Adultero es también el que ama con excesivo
ardor a su mujer.” (San Jerónimo S.XVI).
En el siglo XVIII-XIX, nos encontramos con un AMOR
FLORESCIENTE, ILUMINADO E IDEALISTA es el AMOR ROMANTICO, en
el que se exaltan los sentimientos, las emociones, la unión
de los amantes, la atracción por las pasiones prohibidas, el
amor como objetivo a alcanzar…
Y alcanzando la época contemporánea, nos hallamos con el
AMOR como arte, como aprendizaje, en “El arte de amar” de
Erich Fromm, una de la obras más influyentes del pensamiento
contemporáneo, en ella, se elabora una teoría del amor que
se centra en la “necesidad profunda” con la que se encuentra
el ser humano de superar el estado de separación, acceder a
la fusión interpersonal y trascender a la propia vida
individual. Fromm concibe el AMOR no sólo como una relación
personal específica, sino como una actitud peculiar del
carácter maduro que se presenta de diversas formas: amor
fraternal, materno, erótico, a uno mismo, a Dios… Para este
autor, el amor no surge de manera accidental, ni se
“experimenta” más bien se aprende, se considera un arte,
algo que requiere dedicación y practica. El amor erótico del
que habla el autor sería lo más parecido al estar enamorado,
en ese amor erótico existe la “exclusividad” del ser amado,
en la que los dos seres se unen para formar un solo ser y no
existen más seres que ellos dos. La premisa fundamental de
esta teoría sería: Amar desde la esencia del ser y vivenciar
a la otra persona desde la esencia de su ser.
Hoy, en el año 2006, si preguntamos en la calle, a las
personas, qué entienden por amor, encontraremos múltiples
respuestas entre sonrisas, sonrojos y demás evasivas o
“resistencias” a tal empleado y mal usado término, a menudo
prostituido y maltratado por los medios de comunicación,
lecturas y demás personajes mediáticos, que más que mediar
lo que hacen es separar y confundir a la mayoría…
Y es que si tenemos en cuenta que estamos en la Era de las
telecomunicaciones, Era en la que prima Internet, como
principal fuente para obtener información y/o transmitirla,
en la que la comunicación e información abreviada mediante
sms, es una de nuestras principales vías de la transmisión
de cotidianeidades y demás pensamientos, sentimientos,
emociones, cotilleos…
En la que la utilización de videoconferencias para
transmitir vivencias, experiencias, ya forma parte de
nuestro día a día… Atrás quedaron las cartas de amor que se
escribían los amantes ( como nuestros padres y abuelos…), el
romanticismo de unas bonitas palabras, de un poema… de una
llamada esperada en el hogar…
Y es que también somos, estamos siendo o mejor dicho seremos
y serán la generación de las comunicaciones, de la
información “en lata” pero “libre”, para lo bueno y para lo
malo, y si hablamos de lo negativo no podemos eludir la
influencia que ejercen los medios de comunicación en la
transmisión de mensajes y de conceptos en lo que se refiere
a VALORES, y más concretamente en lo que nos atañe al AMOR,
SEXO y al mundo de las emociones y sentimientos.
Por supuesto, somos todos “carne de cañón” de influencias y
de confusiones varias acerca de los conceptos anteriormente
mencionados, pero si alguien sale más afectado o
influenciado del “bombardeo mediático” esos son los niños/as
y los adolescentes, personas que están en su fase de
desarrollo psíquico y físico en el que la hormonas y demás
cambios bio-psico-sociales, junto con el aprendizaje
subliminal contínuo y repetitivo, tan estudiado por el
marketing televisivo y de las grandes multinacionales, hace
mella en sus cogniciones, percepciones y posteriores
relaciones afectivo-sexuales. Y porqué digo esto? Pues
porque los medios de comunicación han perdido valores tan
importantes como el AMOR, LA INTIMIDAD SEXUAL, LOS
SENTIMIENTOS, LAS EMOCIONES, LA LEALTAD EN LA RELACIÓN DE
PAREJA, EL RESPETO…
Ya vale todo! Y vende el morbo, la infidelidad, la
indiscreción, el aireo de los sentimientos como mercancía de
compra y venta, le están poniendo precio a la esencia de la
persona, sus sentimientos más recónditos y a la
intimidad…estamos entrando en un “terreno fangoso” en el que
podemos salir “manchados”.
Los medios han dejado de mostrar que la sexualidad procede
de la intimidad emocional y no simplemente de la intimidad
sexual. Se muestra el sexo como algo instintivo, de difícil
control hacia los impulsos de la libido, y lo más peligroso
de ese mensaje, que se transmite es que NO CONLLEVA RIESGOS.
Se muestra con cierto aire de exhibicionismo con un lenguaje
sensacionalista y conductas un tanto irresponsables. No se
transmiten mensajes, acompasando ese “SEXO”, de cariño,
ternura, intimidad emocional, sentimientos…
Y que duda cabe que el SEXO es placentero y saludable por sí
solo y no tiene porque ir acompañado siempre de afectos y/o
sentimientos y que practicarlo de manera responsable y con
un toque de pasión incrementa los estados de animo
positivos, pero ello no desvía la idea que pretendo
transmitir de “prostitución terminológica y conceptual” de
los términos mencionados.
Se están confundiendo los términos, y lo peor es que todo es
lo mismo: SEXO=AMOR; AMOR=SEXO y se olvidan de lo más
importante: Y es que el AMOR con o sin SEXO y/o el SEXO con
o sin AMOR, sin valores como la lealtad, el respeto, el
romanticismo y la madurez no lleva a ningún lado. “Agua de
Mayo”, transitoriedad, y poco enriquecedor para el espíritu.
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