Cada año, por estas fechas, ocurre
lo mismo. Los redactores se afanan por recopilar y
publicitar las charlas de “los corrillos” de la recepción
posterior al desfile del día de la Hispanidad. Y se habla
mucho y con poca prudencia en esos foros informales que no
son, en absoluto, el ágora de Sócrates. Ni peligro de
aproximación, ni el mínimo riesgo de acercamiento. Nada de
nivelón y sospecho que ningún filósofo, pensador ni doctor
en Ciencias Políticas.
Como mucho algún reputado máster en aferrarse al cargo,
varias licenciaturas en Reír la Gracia Cuando es Adecuado y
Conveniente y para salpimentar expertos en tesis doctorales
tipo “Como ser mediocre y verse catapultado a este preciso
lugar, realizar libaciones de la consabida copa de vino
español y pellizcarse para creérselo”.
Lo cierto es que me dan igual las titulaciones subjetivas,
es decir, que no existen más que en el limitado cerebro del
titulado. Prefiero los títulos objetivos ,en forma de
diplomas, enmarcados con sobriedad y colgados de alguna
pared porque “visten” mucho y dan una excelente imagen de
cara a la galería. Amen de predicar méritos académicos que
son auténticas inversiones, ya que los conocimientos se
llevan en las neuronas y tan solo una tragedia como el
Alzheimer te los puede arrebatar. ¿Qué si los de “los
corrillos” del ágape posterior al desfile tenían Alzheimer?
No lo se. La verdad es que creo que se sentirían cansados y
hambrientos, pero con sus egos profundamente satisfechos por
estar departiendo con tanta personalidad y tanta Realeza.
¿Qué si tengo envidia por que a mi jamás me invitan a
ninguna celebración? Pues no. Se equivocan. Alguna vez me
han invitado a “algo” pero no voy porque no tengo ropa
adecuada ¿Qué si ese “algo” es una recepción Real? Bueno, no
exactamente, yo estoy más al nivel de bodas de barrio,
bautizos, comuniones y salir vestida de marenga
procesionando tras la Estrella de los Mares, o pegarme pechá
de andar en zapatillas de deporte tras los pasos de Nuestro
Padre Jesús el Rico. Es mi mundo y es mi nivel y no quiero
otro. ¿Qué si quiero participar y enterarme de los
chismorreos de los corrillos?.
Paso. Pero luego hablan en los telediarios, escriben en los
tabloides y me entero muy a mi pesar y me llevo una
irritación del carajo, pensando que “lo que cuentan” puede
ser verdad. ¿Ustedes creen cierta la noticia del guiño del
Zetapé a la escoria batasuna “invitándoles” a cambiar de
siglas y conchabarse en otro partido político?. Si es una
fabulación resulta de una bajeza moral inaceptable. Si es
verdad no se trata de bajeza moral sino de bajunerío moral y
lo digo con exacto conocimiento semántico de la acepción,
porque soy de barrio y soy abogado penalista desde hace
veintiséis años y de bajunerío y de abyección pocos me
pueden ilustrar, porque he contemplado muy de cerca ese tipo
de aberraciones espirituales y he aprendido a identificarlas
con rigor y pocos riegos de equivocarme. Aunque de sabios
sea errar y de necios insistir en el error.
El chisme de corrillo del “guiño” de Zetapé a lo más
repugnante del proterrorismo es un horror, pero es también
un inconmensurable error. Porque el de la Moncloa, no
inventa nada que, el hediondo batasunerío, no haya inventado
antes. De hecho, si hemos seguido la trayectoria de esa
chusma a lo largo de los últimos treinta años les habremos
visto cambiar y recambiar de siglas para camuflarse y eludir
la acción de la justicia. Queman un nombre y unas siglas con
su hermanamiento visceral con ETA y cambian a otra en plan
los mismos perros con distintos collares. Una estrategia
gastada, sobada y que a nadie a engañado jamás.
Pero nunca, por higiene democrática y hasta ahora, es cuando
ha trascendido la charla inoportuna y necia de un
determinado corrillo que ni ustedes ni yo jamás
frecuentaremos. Yo porque prefiero los corralones de mi
barrio y ustedes porque les presumo españoles, serios y
honestos. Y es en estos momentos cuando nos hemos enterado
de esa morisqueta infame del guiño de ojo de Zetapé. Nunca
un presidente español había “invitado” a esa podredumbre
independentista a solaparse con descaro, inventarse otras
siglas y tratar de torear las causas pendientes con la Ley.
¿Eso que es? ¿Una especie de indultillo solapado? ¿Forma
parte esa burda maquinación de los previsibles pactos con
los asesinos de ETA?. Si hay que pagar el altísimo precio
político de perdonar a los terroristas y diseñarles un nuevo
partido para que puedan presentarse a las elecciones, que
les voten los cien mil hijos de puta de siempre y que se
aferren a los cargos públicos para vivir chupando de los
españoles, si es así, no queremos “esa” paz.
Porque más vele honra sin barco que barcos sin honra. Aunque
para hablar de conceptos inmensos e innegociables para
España y para nosotros, los españoles, conceptos como
“honra” y “honor”, primero hay que haberlos mamado y segundo
hay que lavarse la boca con el ácido bórico que sirve para
conservar explosivos pero también para el hedor de los pies.
Y toda la historia, chapucera, increíble, vergonzosa, hiede
a cobardía y a poner el culo para que los etarras nos den. O
les den. Porque nosotros, los españoles, nada tenemos que
ver con las triquiñuelas abominables de ignorantes supinos,
frívolos y descerebrados, capaces de pasarse por la ingle
peluda la Ley de Partidos, trabajosa y laboriosamente
parida, para volver a legalizar a delincuentes y gentuza. ¿O
es que lo vamos a consentir?
En el tablero de ajedrez donde, la clase política, mueve con
torpeza las piezas, distinguiendo malamente un alfil de un
peón, es decir, una decisión apresurada y torpe del
bajunerío chirriante de indultos camuflados, en ese tablero
de ajedrez, aunque no tengamos el privilegio de ser
jugadores, mandamos mucho y muy principalmente porque, el
tablero y las piezas son propiedad del pueblo español y, los
políticos, los ajedrecistas, son simples circunstancias, que
si se equivocan pierden, si fallan les echamos y si no nos
gustan les echamos también. Para el mamoneo con ETA y para
no tomar decisiones erradas, erróneas y para no cagarla
directamente, mejor una consulta popular.
Los socialistas exponen las claves de sus negociaciones y el
precio a pagar por la supuesta tregua o por la aún más
supuesta e incierta paz con ETA. Los populares exponen su
negativa a pagar nada en absoluto y sus opiniones acerca de
todo el proceso. Los nacionalistas traicionan, como siempre
porque son unos mierdas. Y los comunistas se pueden ir
directamente a tomar por el culo porque a nadie interesa lo
que opinan y son unos zarrapastrosos. Entonces el pueblo
español hace como en las rebajas: busca, se informa y
compara. Porque existen las rebajas pero no en palabras como
“honor” “dignidad” “honra” y “unidad” esas mantienen el
precio fijo, será que, los artículos de gran lujo y de gran
categoría se venden solos y no necesitan que empiecen a
rebajarles tantos por ciento ni corren el riesgo de aparecer
con el letrero “Restos de temporada”. Y me niego a cantar
algo que tengo en mente, porque no quiero tararearlo y me
hace sentir deprimida ¿Qué lo cante? No. ¿Qué si no lo canto
me lanzan sus furiosas fulminaciones? Bueno, “no” quiero
jamás tener que cantar eso de “El honor español ¿Dónde está,
donde está? Lo ha tirado un mamón en el fondo del mar”.
Nada de indultillos solapados, que hay muchos españoles que
se morirían por recibir un indulto de al menos unos meses.
Que en la cárcel de mujeres de Brieva en Ávila hay un primer
grado que es algo como de Turquía y del que algún día les
hablaré. Que hay muchas penas y muchos dolores latentes en
nuestra España, en esa Patria donde, en los años ochenta,
los niños andaluces jugaban a las adivinanzas “¿Y cual es el
río más largo de España? El de la Guardia Civil, que nace en
Andalucía y muere en el País Vasco”.
Que el Zetapé nos devuelva la honra y convoque un referéndum
sobre el pacto con ETA y el supuesto proceso de paz. Porque
sabemos que, el Presidente muere por aparecer como el
“factotum” de la paz con ETA, pero, para el pueblo llano, lo
único que quiere el terrorismo es colocar a sus parados
batasunos, que andan lampando por un duro, recapitalizarse
entre el impuesto revolucionario que no cesa y las
presumibles jugosísimas subvenciones de ese ente que clama
por una inspección de la Udyco que es el gobierno vasco. No
una tregua-trampa, sino una colosal tomadura de pelo
encaminada a crédulos vanidosos como son quienes nos
gobiernan.
Hablan de “los corrillos” y me enciendo, los españoles
lanzan sus abominaciones contra los pontificadores que dicen
hablar en nombre de “todos” y hablarán, si un caso, en
nombre de los “suyos” que no de los “nuestros” y España
aparece más dividida que nunca “Españolito que vienes al
mundo, te libre Dios, que una de las dos Españas ha de
helarte el corazón”. ¿Indultos y parabienes a los
proterroristas que piden la independencia y que quieren
encima que les paguemos un sueldo? ¿Medidas de gracia para
quienes tienen las manos manchadas con nuestra sangre? Con
nuestro honor no se mercadea, Zetapé que “Al Rey, la
hacienda y la vida se han de dar, pero el honor, es
patrimonio del alma y el alma solo es de Dios” ¡Ay mi España
de “El alcalde de Zalamea” que nos la quieren quebrar!.
¿Indultillos solapados para el batasunerío? No. Medidas de
gracia para los criminales no, el pueblo español a, los
asesinos y adyacentes, no concede medidas de gracia, concede
medidas de mierda.
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