Siguen las luchas intestinas, los
abrazos de Vergara y las puñaladas de los Brutos, para poder
conseguir un buen número en la lista que les asegure el
camino del silloncito y la pasta gansa. ¿Qué tendrá el
silloncito para qué se produzcan todas esas cosas?.
Sin duda alguna el silloncito debe ser, algo así, como un
imán que atrae al personal, de la misma forma que las
sirenas, según cuentan, atraían a los pescadores. Digo yo
que será eso porque sino, la verdad sea dicha, no entiendo
que personajes del mismo partido se lancen al cuello de uno
de sus compañeros, para arrebatarle el silloncito del
poder.¡Cosas tiene el silloncito!.
Nada de extrañar, pues, que todos los que quieren
conseguirlo, se peguen al costillaje de aquellos que tienen
la responsabilidad de hacer esas listas de sus veinticinco
componentes.
Y ese es otro problema, porque los encargados de hacer esas
listas lo primero que piensan, al realizarla, es buscar
hombres de su confianza, para seguir aferrados al silloncito
del poder que, por supuesto, ellos tampoco quieren perder,
con el trabajo que les costó, que la tómbola de la vida les
diese el pito y la gorra de mando.
Ese es el gran problema al que se enfrentan los partidos, a
la hora de hacer la listas, que los de la gorra y el pito
quieren seguir mandando a costa de lo que sea, incluso el
borrar de ellas a hombres válidos que, con su buen hacer,
pueden hacer peligrar los puestos que consiguieron gracias a
la mentira y el engaña bobos, acompañado por la suerte de la
tómbola que les dio esa gorra y ese pito de mando.
Para comprobar la veracidad del asunto que estamos
comentando, sólo basta echar una mirada atrás, haciendo un
poco de memoria vieja, y verán cuantas personas válidas han
ido desapareciendo del mapa político, para dar paso a
algunos que como el del chiste, jamás la habían visto más
gorda, pero que son afines a los de la gorra y el pito con
mando y, a esos, hay que darle un buen puestecito para que
cumplan las ordenes recibidas sin rechistar y diciendo, a
todo lo que le ordenen, “si bwana”. Así nos crece el pelo.
No cabe otra cosa que “conmigo o contra mi”. A los que los
inútiles aspirantes a conseguir un silloncito, no se lo
piensan dos veces y, como en la película de “ Los tres
mosqueteros”, ¡¡Todos para uno!!.
No, no me he equivocado, al decir solamente “todos para uno”
es que, en esta ocasión no cabe lo de decir “Y uno para
todos”. Porque aquí todos tienen que trabajar para uno y ese
uno, por supuesto, no valdrá más que para darle las ordenes
de lo que deben realizar. Lo que impera es el “si bwana”. Y
no hay más cera que la que arde.
Al que le convenga bien y al que no, a ponerle par de velas
a San Pancracio que es le que lleva el asunto del curro. Y
al ponerle dos velas a San Pancracio, nada de decir aquello
de “ con la iglesia hemos topado, amigo Sancho” porque, el
santo del curro, nada tiene que ver con la confección de las
listas.
Esto que quede claro, para evitar malos entendidos que la
frase, de don Quijote, igual pegaría decirla en otro lugar
pero, nunca, ante San Pancracio que, en ese asunto, nada
tiene que ver. Las cosas claras.
Los de la gorra y el pito con mando serán, sin duda alguna
una de la parte más importantes a la hora de confeccionar
las mencionadas listas, desde las cuáles se repartirán los
silloncitos dependiendo, por supuesto, del número que les
haya tocado en suerte
No es los mismo ir el veinticinco, que ese no sale ni de
carámbola, que el seis o el siete, dependiendo del partido
al que esté afiliado y, por tanto, el cargo para el cual
vaya a ser designado por los de la gorra y el pito.
hay algunos partidos, sin señalar que está una jartá de feo,
que tienen menos porvenir que un mono con vértigo. Y ni te
cuento, serrana del alma, a la hora de confeccionar sus
listas, que van a tener que cazar a lazos a los que quieran
ir enlas mismas.
En esos partidos o partiditos, como ustedes prefieran
llamarlos, los únicos que están, de una claridad meridiana,
son los cabezas de listas que, a esos, nos les quitan el
número uno ni de broma. Menudo son, los personajes en
cuestión, para que venga alguien a quitarles ser el cabeza
de serie.
Y pensándolo bien llevan toda la razón del mundo. Esté usted
todo el año haciéndose una publicidad gratuita de lo buenos
que es usted como político y de lo maravillosamente que lo
haría de salir elegido par que, venga un gaché y se quiera
poner en cabeza de la lista. Las cosas como son. Y los que
son, son y los demás a la cola.
Y otros que han sido abandonados a su suerte por quienes más
les deben. Esos, también lo tienen una jartá de difícil
hasta para conseguir un sólo silloncito de poder
No es justo el trato que están recibiendo, pero así es la
política, y como actúan algunos politiquillos de medio pelo,
como pago a haberles prestado una muy considerable ayuda, en
momentos difíciles,
Ya lo decía aquel: “no te fies ni de tu padre”.
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