Atunasa presentó ayer el nuevo modelo de batea adquirida por
la empresa ceutí para la cría de mejillones en el litoral de
la Ciudad Autónoma. Se trata de la ‘batea modular
autoflotante’, un producto resultante de las investigaciones
del departamento de ingeniería e investigación de la
Universidad de Vigo y la empresa gallega ubicada en Lalín,
Metal Marina.
El diseño de las bateas modulares autoflotantes parte del
intento de convertir el cultivo del mejillón en una práctica
industrial “que mejore el laboreo y aumente la
productividad”, según explicó el director comercial de Metal
marina, Fidel Fernández. Tras un primer intento de batea
sumergible, Metal Marina se enfrascó de lleno en el proyecto
de la batea autoflotante, que ocupó “ocho meses de duro
trabajo”.
Las ventajas de la batea parten de su fácil transporte al
contar con piezas ensambladas, la posibilidad de repararse
‘in situ’ sin paralizar la producción ni llevarla a puerto o
sus buenes prestaciones ante “solicitaciones técnicas
severas”. “La razón de escoger Ceuta para la presentación de
la batea es por las condiciones severas de su litoral. Si
pasa esta prueba de fuego tendríamos la mejor carta de
presentación de nuestro producto”.
La batea está construida en acero pero unida por elementos
elásticos, concretamente caucho vulcanizado con relleno de
acero trenzado, capaz de soportar una tensión de 40
toneladas. Como contribución a la eliminación de riesgos
laborales, la batea cuenta con pasillos de hasta un metro de
ancho y superficie antideslizante.
Su calidad de batea modular permite configurar distintos
ensamblajes y obtener diversas geometrías, necesarias para
adaptarse a las necesidades de producción. “Las bateas
consideran, por primera vez, la incidencia solar, que
reducen el crecimiento del mejillón en un 70%”.
El gerente de la empresa, José Manuel Guerrero, destacó el
mejillón como uno de los cultivos de “mayor rendimiento en
la acuicultura”, gracias a su capacidad para autoalimentarse
por filtración de partículas orgánicas. La producción
prevista por Atunasa es de 10.000 toneladas, cuya plataforma
básica para la cría y explotación del mejillón, una vez esté
consolidada, se verá completada por una fábrica de conservas
y otra de congelado. “Durante la fase de construcción y
explotación se necesitará formación y contratación de mano
de obra especializada, dando una oportunidad de trabajo al
sector de los pescadores, tratando de activar la economía
local en todos sus sectores a través de una industria
complementaria”.
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