Muchos pequeñas especies de ave cayerón ayer en una pequeña
trampa. Se trata de una serie de redes muy finas, difíciles
de percibir incluso para el ojo más avezado. Estas redes
fueron colocadas atadas a árboles en el Parque Mediterráneo
de Ceuta. Pese a lo que se pueda pensar las intenciones de
estos ‘capturadores’ no eran espurias sino científicas. El
pájaro no sufría ningún tipo de daño.
El día mundial de las aves se celebró ayer en todo el mundo
y una representación de la Sociedad Española de Ornitología
y de la Sociedad de Estudios Ornitológicos de Ceuta (SEOC)
prepararon todo el equipo necesario para realizar el
anillamiento. El objetivo es bien claro, identificar a las
aves que no llevan la anilla o bien tomar datos sobre
aquellas que ya están marcadas. Según José Navarrete,
coordinador del grupo CHAGRA, los trabajos llevados a cabo
ayer eran una magnífica oportunidad para que los ceutíes
conocieran más a estas especies.
Esta actividad viene realizándose desde hace unos años y
aunque tiene una acogida minoritaria siempre público que
decide acercarse a contemplar el trabajo de estos expertos.
Paralelamente al anillamiento los miembros de la Unión de
Radioaficionados de Ceuta (URCE) intenta contactar con
radioaficionados de todo el mundo para transmitir la
efeméride del día.
Especies
Pese a que esta actividad de anillamiento se realiza en todo
el mundo, en puntos como Ceuta cobra una especial
importancia debido a su situación geográfica, en el estrecho
con lo que según apuntó Navarrete “es un importante lugar de
paso”. Muchas especies distintas fueron capturadas ayer por
los miembros de la SEOC, desde un gorrión común a un
petirrojo o una curruca mosquitera. El proceso es bien
sencillo y en manos de un experto puede realizarse en un
corto espacio de tiempo de 2 o 3 minutos. La observación es
el primer paso, no se trata de ir a cazar a las aves sino de
ver si alguna ha quedado atrapada en las redes. Una vez
atrapada debe sacarse y llevarse a la toma de datos. Es
fundamental saber si la ave está anillada o no. Si no está
anillada significa que es la primera vez que se trata para
un acto científico. El siguiente paso es comprobar si es
macho o hembra y su edad, adulto o joven. Por último se
anotan una serie de datos biométricos como la medida del
ala, de una de sus plumas, la longitud del animal, de su
cola, de su pico, del torso y la grasa corporal y el peso.
Finalmente el ejemplar se suelta para que pueda proseguir su
camino.
Estas tareas teóricamente parecen sencillas, pero a veces a
los expertos les asaltan las dudas. Un matiz, un color, un
tamaño puede llevar a equívocos y estos lo tienen claro, “si
no hay seguridad de la especie que es, no se anilla para no
crear datos erróneos”. Para ello hay manuales con
fotografías de estos ejemplares que suelen ser muy útiles.
Las aves, quizás los animales más viajeros de este planeta
junto al ser humano, pueden vivir tranquilas mientras haya
amantes como los miembros de la SEO que trabajen por ellas.
El objetivo es claro, seguirles la pista vayan a donde
vayan.
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