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OPINIÓN - DOMINGO, 8 DE OCTUBRE DE 2006

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

Antigüos profetas - Profetas modernos

Por Flor Garrido


Hacía tiempo que había comenzado una historia sobre los antiguos Patriarcas de la humanidad. Cómo sus vidas de sacrificio, estudio y oración, se fundieron con la Sabiduría Divina, para enseñar a generaciones posteriores cuánto ama Dios al hombre, al que ha creado a Su imagen y semejanza, y hasta qué punto nos había dado absoluta libertad de acción, a fin de que desarrollásemos el intelecto y fuésemos introduciéndonos en el saber a través de los siglos.

Pero cuando lo concluí, no quedé del todo satisfecha, sabía que estaba inconclusa. Y dejé el escrito aparcado entre mis papeles.

Hoy he tenido la fortuna de leer un libro que le pedía a uno de mis hijos, de regalo. Y ahora sí creo que podré acabar esta historia con el final que me parece debe tener. Por lo que, aquí están las dos partes del relato.

PRIMERA PARTE


Quizás sea necesario recordar quiénes fueron los antiguos Patriarcas que nos cuentan los Textos Sagrados. Patriarca quiere decir “Cabeza de familia”, vivieron desde Adán a Moisés y descendían de Set, hijo de los Primeros Padres.

Como vivían muchos años podían transmitir las verdades reveladas por Dios desde un principio y conservaban intactas las costumbres, que se heredaban de padres a hijos. Toda su riqueza eran sus ganados, que como pastores controlaban y cuidaban ellos mismos y vivían en tiendas con las que acampaban en distintos lugares, como nómadas, adaptándose a las necesidades de su ganado. Entres los suyos era considerado como rey, con funciones de juez y sacerdote. Y por su sabiduría y experiencia era respetado y obedecido en el grupo humano al que pertenecía. Eran errantes, vivían en tiendas de campaña y cavando pozos para buscar agua trabajosamente en los desiertos.

Isaac, hijo de Abrahán, casado con Rebeca, tuvo dos hijos: Esaú y Jacob. El mayor según costumbre patriarcal debía recibir la bendición del cabeza de familia.

Se nos dice que Esaú llegó u día de la caza exhausto de cansancio y angustiado de hambre. Su hermano Jacob terminaba de cocinar un plato de lentejas y no pudiendo contener su voraz apetito le pidió la comida.

“Te la daré si a cambio me entregas tus derechos de primogenitura”. Y Esaú cedió enseguida sus derechos. Despreciaba con ello un derecho sagrado y era capaz de venderse por un “plato de lentejas”.

A solas con su madre, Jacob le refirió lo ocurrido y con engaños cuando de nuevo Esaú estaba fuera de casa, el menor obtuvo la bendición de su padre. por lo que se valía de engaños para robar la bendición paterna. Aprovechó la ancianidad del padre. Había dicho Isaac a Jacob: “Como soy viejo, próximo a morir, sal al campo a cazar una pieza para mí, la guisas y te daré la bendición”. Rebeca lo oyó, preparó la trampa para Jacob, como era lampiño lo cubrió con pieles de cabrito y ejecutó el engaño.

Se arrepintió el mayor de su cesión y resentido contra Jacob, odiándolo y profiriendo amenazas de muerte contra él, hizo que Rebeca aconsejase a éste que marchara hacia el valle de Harán, en Mesopotamia y se alojase en casa de su tío Labán.

¿Por qué debía emprender el joven la penosa huída? Es importante señalar una visión que tuvo Jacob una noche que descansaba en medio del campo. En sueños veía una escalera misteriosa que iba de la tierra al cielo. Muchos ángeles subían y bajaban por esta escalera, en cuya parte más alta se encontraba el Padre Eterno. Le habló así a Jacob: “Yo soy el Dios de Abrahán e Isaac. Te daré la tierra en que descansas. Tu posteridad será tan numerosa como el polvo de la tierra. Y todas las naciones serán benditas en Aquel que nacerá de Ti”.

Y una vez más se produce la PROMESA DEL MESÍAS.

La escalera simboliza a María para los cristianos, pues Ella rodeada de todos los ángeles, nos conduce con mayor facilidad a la Casa del Padre.

Jacob despertó y exclamó: “¡Qué terrible es este lugar! Verdaderamente es mansión de Dios y Puerta del Cielo”. Tomó la piedra donde había apoyado su cabeza y erigió u monumento como señal de su visión y dio a aquel lugar el nombre de Betel, que significa “Casa de Dios”.

Por fin llegó Jacob a Mesopotamia, se puso al servicio de los ganados de su tío Labán, trabajó siete años para él y se casó primero con Lía, engañado por su tío y luego con Raquel, viviendo en aquellos parajes durante veinticinco años. Y después trabajó otros siete años para alagar a su tío de nuevo.

Cuando regresaba a Canaán otra vez, ya era un hombre de grandes riquezas y con una familia muy numerosa. Pero se nos cuenta que durante el viaje estuvo luchando una larga e interminable noche con un hombre bastante misterioso, que no pudo derribar a Jacob, pero sí lo dejó cojo de una pierna. Supo que era un ángel del Señor.

El ángel le habló así: “En adelante, no te llamarás ya Jacob. Tu nombre será Israel, que significa: fuerte contra Dios”. Y después de bendecirlo, desapareció.

Nos enseña el Texto Sagrado la importancia de los regalos y la afabilidad, pues estas fueron las armas de Jacob para aplacar la ira de Esaú que en su deseo de venganza tomó a cuatrocientos hombres en señal de hostilidad. Sin embargo, el encuentro entre ambos fue tierno y emocionado. Se abrazaron y lloraron juntos, con insistencias, Esaú aceptó al fin los presentes y hechas las paces el uno se marchó a su casa y el otro acampó cerca de Sigueú, lugar en el desierto de Neguev, próximo a la ciudad de Gomorra, en el Mar Muerto.

Jacob tuvo doce hijos, cabezas de las doce tribus de Israel. Como curiosidad, ahí van los nombres: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Dan, Neftalí, Gad, Aser de Lía, Isacar, Zabulón, José, y Benjamín, de Raquel. De todos ellos, Judá debe contarse entre los más significativos, pues de su tribu salieron algunos reyes y fundamentalmente el Mesías, El Señor. Leví, cuya descendencia fue consagrada al servicio del altar. Y José, en donde encontramos una vida de extraordinarias experiencias. Podemos considerarlo como figura de Jesús de Nazaret, Salvador y Redentor, cuya existencia merece un capítulo aparte.

Se nos cuenta que Isaac ya con sesenta años, suplicó a Dios –a Yavé- porque Rebeca era estéril. La oración puede con todo y su mujer quedó preñada de mellizos. “Uno será más fuerte que el otro, el mayor servirá al menor”, dijo Yavé a Rebeca. El primero, Esaú, rojizo y peludo. El segundo, Jacob, agarraba el talón del hermano al nacer.

SEGUNDA PARTE


El autor Michael Drosnin, periodista norteamericano que escribió El Código Secreto de la Biblia, se ha convertido, junto con el doctor Eliyahu Rips, matemático ruso que vive en Jerusalén y es de origen judío, Alex Rotemberg, científico judío, el doctor Alex Polishuk (ambos crearon el software para las tablas del Código de la Biblia) y el biólogo Francis Crisck, premio Nobel que descubrió la estructura en forma de espiral del ADN, (el descubrimiento más importante de todos los tiempos, <<el secreto de la vida>>) y que trabaja en el Salk Institute, en San Diego, California, se han convertido, como digo, en verdaderos Profetas del mundo actual.

Tomando al premio Nobel como referencia, nos encontramos con que la única posibilidad, según él, de que el código de la vida del hombre estaba en el exterior de nuestro planeta, que el génesis del ADN llegó en un vehículo, puesto que ésta es demasiado compleja para haber evolucionado espontáneamente en la Tierra.

Sus investigaciones están completamente al margen de la religión. Sin embargo, sus conclusiones detalladas en un artículo científico de 1.973, se refieren a que <<una civilización más avanzada habría plantado en la Tierra una forma primitiva de vida, de forma deliberada.

Sabemos que existen otras estrellas con planetas. Es posible que existiese una civilización tecnológicamente avanzada en otra galaxia, incluso antes de que se formase la Tierra>>. Probablemente en vías de desaparición, se perpetuó en la Tierra.

¿No afirma el Génesis que Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza, y toda forma de vida en la Tierra? ¿Entran en conflicto las creencias religiosas escritas en el Texto Sagrado, con los nuevos descubrimientos científicos?

Según las investigaciones el religiosos judío Rips, y del periodista Drosnin, que se confiesa ateo, el Código oculto de la Biblia dice: <<ADN FUE TRAÍDO EN UN VEHÍCULO>>; <<TU SEMILLA EN UN VEHÍCULO>>; <<EN ADÁN EL MODELO>>; <<A PARTIR DE UN CÓDIGO>>; <<CREACIÓN DEL HOMBRE>>; <<OS LO DI COMO HERENCIA. YO SOY DIOS>>.

El libro descubre una serie de Lenguaje Cifrado que la Biblia desvela, y que ha sido una labor tremenda la desarrollada por su autor. Aunque, sin embargo, su trabajo es el comienzo de una investigación que sólo está en sus albores, y que si bien la ignorancia Medieval dio lugar a que Galileo sufriese la Inquisición, hoy también podría, por un espacio de tiempo, interceptarse lo que viene de Dios y que no está en pugna con la Ciencia, pues la Ciencia también le pertenece a Él.

Por ejemplo, las Antiguas Profecías del Antiguo Testamento, adaptadas a la inteligencia de la época, se dice: <<En Oriente Medio se iniciaría la batalla final que acabaría engullendo a todo el Mundo>>; están en consonancia con el Apocalipsis de San Juan, del Nuevo Testamento.

El Profeta Isaías nos dice: “¿Es éste el varón que hacía temblar la Tierra, que trastornaba los reinos y destruía sus ciudades?” Refiriéndose al hombre con capacidad de destruir la humanidad.

Por tanto, no son las fuerzas sobrenaturales, sino los hombres, que con el odio y la guerra, destruyen fácilmente el equilibrio pacífico de la humanidad.

En el Talmud y el Midras, nos cuenta Rips, se habla de “los dolores de parto de los últimos días”, que significa “el sufrimiento que entiende el judaísmo interior al advenimiento del Mesías”.

Para el Cristianismo, la llegada del Salvador fue en el período de Paz del Emperador César Augusto, y ésta será su Segunda Venida, así profetizada por Nuestro Señor: “El mundo experimentará un sufrimiento terrible”. “cuando Yo venga, ¿habrás Paz en el mundo?”.

Mucos más acontecimientos se han descifrado en El Código de la Biblia, que ya vemos y padecemos: <<TERRORISMO>>, <<HOLOCAUSTO ATÓMICO>>… Una fecha que puede ser muy significativa: 2.006. Año que deberíamos tomar de reflexión y de penitencia, si queremos sobrevivir a esta locura.

¿Por qué es ahora cuando se abre lo que estaba <<sellado>>. Porque se necesitaba una maquinaria muy inteligente para descubrir el velo: las COMPUTADORAS capaces de fondear e indagar más allá del Plano escrito.

Lo más importante es que nosotros podemos cambiar el destino, pues el hombre puede propiciar la Paz y excluir la ANIQUILACIÓN. Tenemos libertad absoluta para modificar pacíficamente nuestra conducta. Tenemos la solución en nuestras manos.
 

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