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OPINIÓN - DOMINGO, 8 DE OCTUBRE DE 2006

 
OPINIÓN / CARTA PASTORAL

San Francisco Javier, testigo y maestro de la misión

Por Antonio Ceballos Atienza, Obispo de Cádiz y Ceuta


Mis queridos diocesanos:

Me es grato comunicaros que el día 22 de octubre celebra la Iglesia el “Día del Domund” (Jornada Mundial de la Propagación de la fe) y el compromiso de todos para anunciar el Evangelio de Jesús a todas las gentes.

1-. San Francisco Javier. La figura de Francisco Javier, cuyo V Centenario de su nacimiento conmemoramos, ha servido de lema para la Jornada de este año 2006. Reza así: “San Francisco Javier, testigo y maestro de la misión”. La Iglesia ha propuesto a este santo navarro junto con Santa Teresa del Niño Jesús, como intercesores de la acción misionera de la Iglesia. La vida de San Francisco Javier es una de las aventuras misioneras más atrayentes de todos los tiempos. Como ha dicho el Papa Benedicto XVI, en su eslogan para estos días: “La caridad, alma de la misión”. Francisco Javier tuvo un corazón eminentemente misionero: su amor absoluto a Dios y su celo evangelizador hacen de él un apóstol extraordinario, un verdadero “testigo y maestro de la misión”.

2. Testigo... El testimonio de Javier aparece escrito, tal y como él mismo lo sintió al escribir a sus compañeros de París: “Muchas veces me mueven pensamientos de ir a los estudios de esas partes, dando voces, como hombre que tiene perdido el juicio, y principalmente a la Universidad de París, diciendo en la Soborna a los que tienen más letras que voluntad para disponerse a fructificar con ellas: cuántas ánimas dejan de ir a la gloria y van al infierno por la negligencia de ellos...”. Estas palabras reflejan el ímpetu apostólico de Javier y su celo evangelizador, de ahí sus llamadas incesantes y su insistencia en la responsabilidad misionera.

3. ... y Maestro.
Su figura, su gran personalidad y su profunda espiritualidad, hacen de San Francisco Javier “un testigo y maestro de la misión”. La mística de su espiritualidad misionera es muy sencilla: Trabajar incansablemente por las almas, darse generosamente a ellas conjugando maravillosamente la desconfianza en su nada, con la prodigiosa confianza en el poder de Dios. Considero que su testimonio nos debe animar hoy a vivir la misión con un impulso nuevo y renovado.

4. La misión. Es urgente, al estilo de Francisco Javier, llevar adelante la misión de Cristo de predicar el Evangelio a todos los hombres (cf. Mt 28, 19-20), que nos lleva al conocimiento de la verdad, convirtiendo nuestro corazón a la justicia, al amor de Dios Padre. Esta ha de ser una preocupación insoslayable de toda la comunidad cristiana. El Papa Juan Pablo II, de feliz memoria, nos recordaba que la misión ad gentes es aquella “a la cual se dirige la actividad misionera de la Iglesia: pueblos, grupos humanos, contextos socioculturales donde Cristo y su Evangelio no son conocidos”. Esta realidad del mundo reclama una actuación particular en la formación de cada bautizado para que sienta el compromiso de la misión universal.

Debemos entender la misión de la Iglesia con respecto a la del mundo de forma integral. La misión de la Iglesia, aunque es espiritual, implica también la promoción humana incluso en el campo temporal. El amor que impulsa a la Iglesia a evangelizar y comunicar la salvación, le hace también promover la liberación integral de todo lo que impide el desarrollo de las personas.

Por eso, es mi deseo, como Pastor de esta Iglesia de Cádiz y Ceuta que todos, iluminados como San Francisco Javier por la luz del Espíritu Santo, busquemos y sepamos vivir y encaminar a nuestros hermanos a esta celebración del 2006.

5. El manantial.
La Iglesia peregrina es misionera por naturaleza, puesto que toma su origen de la misión del Hijo y del Espíritu Santo, según el designio de Dios Padre, pero este designio dimana del “amor fontal” de la caridad de Dios Padre”. El manantial del amor, fundamento de cualquier otro amor, llega hasta nosotros. Es la obra de Jesús de Nazaret hacer sensible el amor de Dios, de tal manera, que todos nos sintamos verdaderamente llamados a compartir ese amor. El Papa Benedicto XVI afirma que “desde sus orígenes, el pueblo cristiano percibió con claridad la importancia de comunicar, a través de una incesante acción misionera, la riqueza de este amor a todos los que todavía no conocían a Cristo”. (Cfr. Discurso a los participantes en un Congreso sobre el Decreto “Ad gentes”, Roma, 11 de marzo de 2006). Esta es la esencia de la misión.

6. Acción misionera en nuestra diócesis
. Esta acción misionera, desde el amor, a nuestra Iglesia de Cádiz y Ceuta, está expresada en la presencia de países de misión de muchos misioneros, religiosos, religiosas y seglares y un sacerdote diocesano el P. Antonio Diufaín que hasta este mes de septiembre ha estado en la República Dominicana, en la Parroquia de San Pedro de Macorís, y este año ha venido para realizar un año sabático, y después continuar en la misión, donde el Señor quiera.

Os invito a fomentar y animar el espíritu misionero en las familias, comunidades cristianas, las parroquias, los centros docentes y los movimientos eclesiales, y así fomentar las vocaciones misioneras.

7. Oración y colaboración económica.
Dispongámonos por la oración, los sacrificios, el trabajo y la limosna, a hacer de este día del Domund, un día especial, donde descubrir y reafirmar nuestra vocación misionera, proclamando con María la liberación de Dios.

La Virgen María aliente, anime y sostenga la acción misionera en nuestra Iglesia de Cádiz y Ceuta. Reza por vosotros, os quiere y bendice,

Cádiz, 2 de octubre de 2006.
 

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