PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura


Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 8 DE OCTUBRE DE 2006

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

¿Qué debatimos?

Por Andrés Gómez Fernández


El curso escolar ha empezado en toda España, y, sobre la mesa, muchos temas que van a marcar su desarrollo. El más importante, aunque los cambios no se producirán en este curso, es la puesta en marcha de la LOE. Los puntos importantes procederán del contacto Gobierno-Comunidades Autónomas, para dar salida al texto aprobado, a los desarrollos en aspectos curriculares y en el de la Educación para la Ciudadanía. Es fundamental el referido contacto, ya que sin él y, por supuesto, el apoyo de las Comunidades Autónomas, la LOE quedaría en nada, sobre todo existiendo el riesgo de la posibilidad de que el principal partido de la oposición consiguiera aglutinar sus comunidades en el intento de presentar un proyecto educativo común. También, si otras comunidades siguen el ejemplo de Cataluña de abortar los “novillos” escolares o deciden bloquear la presencia de concejales en los Consejos Escolares de los centros educativos.

La Escuela se encuentra sometida a cambios, tensiones y presiones. En nuestro entorno, en Francia, por ejemplo, tratan de resolver los problemas de violencia escolar que intimidan a los docentes, también de presentar una importante modificación en la metodología de aprendizaje de la Lengua, volviendo al “método silábico”. En el Reino Unido, prever la exclusión social proveniente de la marginación de las familias de procedencia, al tiempo que se prosigue con su proyecto de escuelas públicas gestionadas por entidades privadas, sin olvidarse de la violencia y acoso escolar…

En nuestro país, con tantos cambios en el sistema educativo y con el advenimiento de la LOE, el debate está servido. Se augura un “otoño caliente”. La inclusión de la asignatura de Educación para la Ciudadanía y la más que probable desaparición de la clase de Religión, como materia curricular, son algunas de las cuestiones que más preocupan a los distintos sectores educativos, algunos de los cuales han amenazado con recurrir “a cuantas medidas fueren precisas” incluyendo la convocatoria de una gran manifestación, para salvaguardar el derecho de los padres a decidir la educación que quieren para sus hijos, y el de los docentes para acogerse a la objeción de conciencia a la hora de aplicar una supuesta “moral de Estado”.

Otro problema que preocupa a algunos sectores es la errática política inmigratoria que lleva el Gobierno actual, que supondrá un gravísimo problema para escolares y profesores, quienes tendrán que adaptarse al escaso nivel de los menores inmigrantes que están accediendo a nuestro país. Según datos facilitados por el Ministerio, el número de alumnos extranjeros matriculados en estudios no universitarios se ha multiplicado por ocho en una década, pasando de 57.406 en el curso 1995-96 a 529.461 el curso pasado. Esto supone que el alumnado procedente de familias extranjeras –parte del cual ya ha nacido en España- el 7.4% del total de alumnos de las enseñanzas no universitarias de régimen general.

A la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), le gustaría debatir sobre la naturaleza de la escuela, sus funciones y medios, y sobre la mejor manera de conseguir resultados que prevengan el enorme fracaso escolar. La escuela como espacio de aprendizaje y convivencia, particularmente en la zona de Secundaria, va a ser objeto de debate, análisis y estudio. No está bien concebida la Secundaria: se insiste en que la LOE prolonga los errores de la LOGSE. No se encuentran los docentes con soluciones que les permitan actuar con serenidad y constructivamente.

Desde la CECE se piensa que es necesario impulsar los cambios necesarios para conseguir que la escuela recupere su papel de enseñanza en un ambiente pacífico. Los esfuerzos de las autoridades por erradicar la droga y la violencia de la Escuela no van a ser muy útiles, pues los procedimientos policiales, no son adecuados para la educación de los jóvenes. Es preciso un esfuerzo de educación y formación que procure mejorar las formas, introducir elementos de urbanidad en los comportamientos, criterios éticos en la toma de decisiones; todo eso es una tarea social de envergadura, que tiene la urgencia de salvar a las generaciones que ahora se encuentran en la escuela, y a la sociedad entera que no sabe cómo resolver los retos de los nuevos tiempos.

Habrá que aprender en la escuela. Quizás por sabido no es menos importante este aspecto. Recuperar la escuela como ámbito de aprendizaje y como lugar de encuentro. Como modo de incorporar y hacer propios los avances sociales y tecnológicos, como manera de inculturizar a las nuevas generaciones, especialmente las procedentes de la inmigración. Estos nuevos españoles deben ser objeto de especial atención por parte de la escuela, para conseguir de ellos buenos ciudadanos del futuro, evitando guetos y exclusiones sociales como los que se producen en otros países occidentales. Hay que atacar con decisión este problema, con medidas concretas, específicas, generales y claras.

Educación para la ciudadanía, Religión, violencia y acoso escolar, fracaso… Demasiados temas para debatir. Pero ¿por qué fracasa la enseñanza? En reciente colaboración di a conocer el “Informe sobre Educación 2006 de la OCDE” con gran profusión de datos. Ocupamos el tercer lugar… por la cola, y sólo superamos a Brasil, Turquía y Mexico en porcentaje de alumnos que finaliza la ESO, un 60%, mientras que la media de la UE se sitúa en el 83%. Asimismo, presentamos una tasa de repetición del 28,6% mientras que la media de la UE se sitúa en el 13’4%. ¿Por qué sucede esto? Es cierto que el gasto público español es menor que el de la OCDE. Pero esto no lo explica todo, porque, si analizamos país por país, podemos observar que no existe una relación clara entre un mayor gasto público y mejores resultados. Además, depende de cómo se gaste el dinero.

¿Puede ser la causa el excesivo intervencionismo de los Gobiernos por transformar la sociedad? ¿Nos encontraremos con peores resultados con la nueva asignatura Convivencia para la Ciudadanía? Con respecto a esta nueva asignatura si se despojara de los elementos manipuladores que conlleva, podría servir para ordenar la convivencia y retomar valores que desgraciadamente se han apartado, con el resultado que estamos viendo.

Esta situación requiere una respuesta urgente para conseguir un pacto escolar que deje a un lado los objetivos políticos y se plantee, con seriedad lo que debe ser un sistema educativo en que los protagonistas principales sean nuestros niños y consecuentemente los padres y el objetivo a conseguir sea un sistema educativo para todos y de calidad. ¿Y a qué vamos a aspirar después de siete leyes orgánicas?, si, “desde la aprobación de la Constitución hasta ahora llevamos siete leyes orgánicas de educación y eso no ha ocurrido en ningún país”.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto