“La música es un proceso. Primero buscas un grupo, después
deseas tocar en directo, grabar una maqueta, un disco, hacer
una gira... es una espiral de circunstancias”. Una
definición personal del séptimo arte que forma parte, casi
sin quererlo, del estilo heavy en Ceuta. Y es que, tras
cuatro años de reveses y aciertos, la banda Espiral ha
acuñado esta frase al iniciar su particular movimiento
perpetuo con su primer disco homónimo. 500 copias sin
grandes ambiciones que, sin embargo, dejan lugar a las
sorpresas. “Si nos va bien, no nos importaría darnos nuestra
primera oportunidad en la península”.
El espíritu del grupo abre la veda a la variedad de
influencias (“desde Iron Maiden, Scorpions o Sober”), pero
sin ningún tipo de ataduras “porque cinco miembros dan para
múltiples perspectivas de gustos. De lo más clásico hemos
derivado en una mezcla de rock duro y heavy melódico”. Y así
lo han plasmado en los siete temas del compacto. Un proyecto
fruto del carácter de cada uno de sus integrantes: dos
policías, un trabajador del servicio de autobuses, otro de
la Biblioteca Municipal y un militar. “Es un buen momento,
aunque los noventa supusieron el declive musical del heavy
con la aparición del Nu Metal, ahora está surgiendo una
nueva escena en Ceuta que abarca más estilos, sobre todo con
el Hip-Hop”, aseguran Jorge C. (voz) y Rogelio Pitalúa
(bajista).
Ambos miran con nostalgia los 80’. “La actividad cultural en
el Revellín era asombrosa; bebimos de grupos locales como
Sheilan, había más incentivos, diez años después, todo
estaba muerto”, lamentan. Una situación que derivó en la
desaparición de la escena heavy ceutí. “Quedamos pocos”. En
el caso de Espiral -antes La Taberna de Moe-, el 2002 fue el
segundo declive en su trayectoria con la salida y entrada de
hasta tres cantantes. “Estuvimos un tiempo subsistiendo en
la incertidumbre, pero la llegada de Jorge marcó un antes y
un después”, explica Pitalúa.
La actuación de la banda en el festival de Navidad 2005
-junto a Skizoo y Juanjo y la Ruina Band- fue el comienzo
del ‘después’. Tras grabar algunos temas en un multipistas,
la idea de entrar en el estudio de grabación pisaba los
talones de Espiral.
El estudio de grabación C&C fue la clave. Bajo la producción
de Caco, el verano dejó de ser el tiempo de la ensoñación
para pasar a ser un sueño cumplido. Dos meses de trabajo.
“Cada uno tenemos nuestra profesión, pero esto era una
ilusión, estamos muy agradecidos a Caco”. Mientras tanto, el
disco está en Denia (Alicante) en proceso de copia. En
noviembre, verá la luz. La idea es presentar su obra con un
concierto, antes de navidad, en directo que, en definitiva,
es “lo que da vida y nutre a los grupos”. A juicio de Jorge
C., “si ensayar es terapia porque liberas tensión, lograr la
complicidad del público es energía”.
Alternativas musicales
Cuatro años de esfuerzos hasta llegar aquí. “Para montar un
grupo hace falta sudor y sangre, echamos en falta más apoyo
en la ciudad para que renazca una auténtica escena musical
variada”, apunta Pitalúa. “Hay que aprovechar el movimiento
actual de la gente joven de Ceuta para promover alternativas
musicales”, agrega el cantante de Espiral. De hecho, los
integrantes de la banda ofrecen opciones viables: una ruta
de pubs con música en directo en invierno y participación en
la Feria en verano; más locales de ensayo, macroconciertos,
festivales, y, sobre todo, un apoyo “decidido” del Gobierno
local, señalan al recordar que su disco es autofinanciado.
“Una mínima promoción serviría para reconciliar la música
con el grueso de la ciudadanía y, así, impulsar la actividad
cultural”, explica Jorge C.
De vueltas con el pasado, miran a una época en la que la
Feria de agosto dejaba un día para todos los grupos locales.
“Hay que volver a eso; si no hay repercusión, esto es muy
complicado”, lamenta Pitalúa. “Ganar no ganaremos nada, es
por pura satisfacción”, reconocen.
Espiral de intenciones recubiertas de melodía.
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