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OPINIÓN - SÁBADO, 7 DE OCTUBRE DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Pitagorines o soplagaitas
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

¿Les gusta a ustedes el análisis de la Teoría Política? A mí me gusta más que comer con los déos pintarroja en adobillo. Porque es apasionante y constituye un instrumento eficacísimo para debatir y batir al adversario ¿Qué quien es mi adversario? Bueno, aparte de mi casera que no me quiere arreglar los bajantes, es todo aquel que, ideológicamente o en plan bestiajez, atente contra los valores y principios de mi civilización, mi Historia y mi cultura. Amén de los estúpidos, los hipócritas, los pajilleros del agravio y los profesionales de la buena conciencia. Y los tontos de baba que van de listos.

Y no es que yo sea mejor que ellos, en absoluto, soy, sencillamente diferente y encima voy por la vida debiéndoles favores ya que constituyen un fiel reflejo y un ejemplo neuronal de lo que jamás quiero ser. Les observo y contemplo, hago primero una actividad analítica y luego una síntesis y decido, de inmediato, hacer todo lo contrario y no dejarme contaminar. Ya veo. Ustedes se ponen pesimistas y opinan que, la vida, a veces, es infinitamente más sencilla practicando el seguidismo y el clientelismo. Sobre todo al nivel en el que mueve la actual fauna política española, con ideologías descafeinadas, ligths y fluctuables a ritmo de encuestas sobre la opinión pública.

Y es que, en España, fallan los nexos inexcusables e irrenunciables entre los políticos y la ciudadanía, faltan, a la vera del político de turno, los “auténticos” consejeros que han de reunir como requisito indispensable, no el ser el cuñado de un amigo, ni buena persona, ni sumiso y palmero, sino ser filósofos, analistas, pensadores y politólogos, auténticos expertos en el área del conocimiento y cuyo intelectualismo consustancial les haga estar blindados a la tentación del pelotilléo y del amiguismo. Aquí cualquiera aconseja, mientras que, en otros países con sistemas democráticos más avanzados, los expertos en Teoría Política y los asesores de imagen, son profesionales cualificados que gozan del más alto prestigio, magos en el área del pensamientos, sobresalientes en Educación Emocional, matrícula de honor en empatía y auténticos pitagorines, con meritos académicos y humanos demostrables. Gente brillante y seres humanos deslumbrantes.

Precisamente ese tipo de individuos que, los políticos españoles, al más alto nivel, no consideran una fortuna a poseer sino un riesgo de competencia a abatir. Absurdo. El analista y el pensador , analizan, piensan, aconsejan y paren ideas que, el político electo está llamado a presentar al electorado. Y traman estrategias de marketing para vender el producto, que son las ideas. Pero, aparte del tal Arriola, esposo de la Villalobos, que fuera “asesor” de Aznar, no he tenido noticias de la existencia de ninguna lumbrera a la vera de una autoridad. Y no es que Arriola fuera lumbrera de nada, sino un triste sociólogo que, si asesoraba en imagen a Aznar y era culpable de su tupé planchado de tintes caobas y de su expresión distante y antipática, flaco favor le hacía al Presidente. Los rasputines serviles y ventajistas son un tipo de asesores de los que es conveniente huir como de la peste.

Y hago toda esta reflexión en plan politóloga rifeño-calorra, porque he asistido con una estupefacción no exenta de regocijo, a la monumental pamplina del supuesto “Hermanamiento” entre el Partido Popular y las ciudades de Ceuta y de Melilla. Cursilada eufemística aunque cargada de buenas intenciones, pero errónea. Y ya decía el genial Maquiavelo que, al Príncipe, un crimen puede disculpársele, un error jamás. Al Partido Popular se le disculpa el crimen ideológico de no tener una ideología exacta y de no respetar las sensibilidades de un electorado que se proclama de derechas y neoconservador, vale, todo por culpa de los complejos y de una fallida y ramplona estrategia que les hace creer, por falta de un asesoramiento realista, que, de proclamarse “centro” les va a votar “todo” el mundo, es decir, los socialistas que no sean “muy” socialistas y toda la derecha en bloque, porque no tienen otra opción política. Al PP se le disculpan los complejos. Pero el error de carecer de buenos pensadores, sólidamente anclados en la realidad social es inexcusable. Lo han hecho mal por culpa de profesionales cualificados para determinar el antes y el después, las repercusiones y los pros y los contras.

Si Rajoy y los que le rodean, algunos perfectamente sustituibles, querían realizar eso que se llama “un gesto” hacia las españolísimas ciudades y una mueca claramente burlesca a las reivindicaciones territoriales marroquíes, que tienen su fundamento en que “necesitan” perentoriamente los kilómetros de costas de Ceuta y Melilla para que, desde allí salgan más pateras y el país se vacíe antes de pobres y de descontentos aspirantes al islamismo radical, repito, hacerle al vecino un “tararí que te vi” no era la estrategia adecuada.

Los hermanamientos pueden ser entre pueblos, ciudades o autonomías, es decir, entre instituciones de un mismo rango y de hecho, hubiera sido plausible y aplaudible una especie de hermanamiento colectivo, en el seno del sopor consustancial a un Congreso, donde siempre acostumbran a disertar los mismos y a decir lo mismo ( las innovaciones son anatema), un hermanamiento entre “todas” las Autonomías gobernadas por el PP, la una con la otra y con Ceuta y Melilla como apetitosa guinda del pastel. Revoltillo geográfico e intercambio de diplomas, cerámica, pegatinas y pins, emotivos discursos reivindicando una españolidad que tan solo pueden poner en duda los mentecatos, los analfabetos y los botarates y, los que es más importante y trascendental, un guiño a la ciudadanía. El pueblo aprecia los guiños. Sobre todo si, el tic ocular consiste en celebrar grandes congresos en las dos perlas de España en Africa, desplazar los eventos del confort malagueño al confort ceutí o melillense, los congresistas haciendo las visitas turísticas de rigor, gastándose el dinero y visitando a los desfavorecidos profesionales para invitarles a que muevan el culo, produzcan y trabajen, que en Murcia hay mucho brócoli que recoger. “Mucho te quiero, perrito, pero pan poquito” Y será lo contrario cuando, las visitas a ultramar de los políticos peperos constituyan algo tan habitual que no sea raro el topárselos en el barco o en el helicóptero.

¿Qué las otras ciudades también merecen ser visitadas? Es evidente, pero Ceuta y Melilla merecen muchos más mimos y más cariño y los jerifaltes peperos tienen una obligación moral irrenunciable a ser mucho más afectuosos con aquellos que defienden el “ser español” en condiciones menos cómodas y con espíritu más numantino. Pero faltan politólogos, especialistas en marketing ciudadano, expertos en sentires y padeceres del pueblo llano, titulados en quereres de quienes no desean mercadear con las penas y huyen del victimismo como de un gato rabiando, es decir, de la gente sencilla. Aznar dijo en una ocasión allá por el año 2000 “Aborrezco el populismo” ¡Que inmensa insensatez! ¡Que nefasto asesoramiento de imagen gelidificada! Son necesarios los pitagorines que ensarten, elucubren y vomiten ideas brillantes en el laboratorio de las ideas de sus mentes maravillosas y hace falta que, al resultado, se le de un toque de ese populismo que es sinónimo de cercanía y de acercamiento, de “sentir” el latir del pueblo y saber expresar la reciprocidad de los sentimientos. La altivez, la prepotencia y la sensación de que, el Poderoso, permanece blindado tras un muro de soplagaitas, lameculos y vasallos, producen desencanto y un punto de hostilidad.

La cercanía es necesaria, pero la cercanía no son “gestos” cursis como la inevitable foto electoral del político con el niño en brazos, el político a la vera de la caricatura étnica y el político saludando en el mercado al pescadero. Todo ese marketing apolillado está tan manido que da vergüenza ajena el contemplarlo ¡Malaya sea!. Políticos: ¿Quién tiene los cojones de meterse en una conducción de presos entre Ceuta y Navalcarnero para latir con el pulso de la humanidad que sufre y compartir los ataques de claustrofobia y las vomiteras de los presos? ¿Quién los huevos de ir contabilizando por las calles a los mendigos, a los dementes, a los yonkis, a los jubilados que piden para un café después del día veintiséis de cada mes? Políticos ¿Me acompañáis a un hipermercado de la droga para sentaros al lado de sombras de venas rotas y tomaros una cervecita con ellos? Políticos, políticos…

Congresos de discursos declamados ¿Cuándo vais a poner coto a la especulación inmobiliaria que desesperanza y desmotiva a las familias? ¿Para cuando poner firmes a los banqueros y que toda España esté empobrecida por créditos, hipotecas y usura bancaria? Decidnos “algo” que pensemos y sintamos. ¿Cuándo van a comenzar a repatriar a los inmigrantes mayores de quince años por considerarles jóvenes emancipados? ¿Cuándo nos quitareis a las putas y a los chulos de las calles y jardines donde juegan nuestros hijos? ¿Cuándo dejareis de contratar a estúpidos cantamañanas para que toquen las palmas por bulerías cada vez que se os ocurra una simpleza?. Quiero que me responda el que tiene capacidad de decisión última. Que venza, pero que antes convenza. Y que tire de pitagorines, que todos tiren de pitagorines, bastante han usado, abusado y decepcionado ya con los soplagaitas.
 

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