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OPINIÓN - VIERNES, 6 DE OCTUBRE DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

El román paladino, patrimonio común
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Hace un par de días, ojeando los titulares de este periódico en el Corte Inglés, pero sin comprarlo, porque lo leo por Internet que es gratis y el euro que me ahorro me lo gasto en un cafelito, repito, mirando con ademán despistado este Pueblo para que la dependienta no se mosqueara conmigo, me topé con una frase sorprendente en un diario español “Hay que proteger el árabe porque es patrimonio común”. Lógico y natural. El árabe es patrimonio común de todos los árabes, como el español es patrimonio común de cuatrocientos millones de criaturas, entre nosotros y nuestros primos sudamericanos, a quienes, en su mayoría, corre por las venas sangre de nuestra sangre que es de poetas, monjes y guerreros y con quienes compartimos el maravilloso patrimonio cultural, intelectual y espiritual del Humanismo Cristiano.

Tal vez el titular me pareció inapropiado y algo fatuo, amén de excesivamente forzado y claramente equivocado. Ceuta es España. Y el único patrimonio lingüístico español que podemos reivindicar en toda su grandeza es el latín, ese idioma maravilloso cuyas raíces se hunden en todas las lenguas europeas y que, en nuestra Patria, parió, tras muchas vicisitudes el román paladino. ¿De que y de donde va a ser el idioma árabe patrimonio común de los hispanos? ¿Qué carajo en salmuera tienen que ver las raíces etimológicas latinas con las árabes? Me parece que, el aspirante a cultureta que emitió la opinión de que “Hay que proteger el árabe porque es patrimonio común” tenía las neuronas en los cuarteles de invierno, o bien nos quería hacer comulgar con ruedas, no de molino, sino de Renault Megane, por cierto, el automóvil es un invento de la cultura occidental y el avión también y Leonardo Da Vinci ya dibujó los primeros prototipos y, por cierto, el árabe no es “patrimonio común” del gran Leonardo, el latín si lo es.

Correctísimo el que, el árabe, lo defiendan en los países árabes y encima que escriban con el obras maestras de la literatura universal y espectaculares avances científicos y tecnológicos en las revistas del género ¿Qué no es el caso? Vale. A mi que me registren. Además, de chiquita yo era cheljaoui como mi padre, porque vivía en el Rif y allí se habla el tamazigth, aunque, protegerse a nivel institucional poca cosa y eso que es una lengua bellísima que se canta en la Kabilia argelina y trinan los rifeños de ahí al lado. Más antigua que el árabe e infinitamente más hermosa. ¿Qué si mi abuelo, el tío José era cheljaoui? No lo sé porque nunca le conocí aunque me figuro que, como era analfabeto, hablaría malamente un español con sones calós. Pero árabe no hablaba, sino que, su vocabulario, que tendría cien palabras, procedía de fuentes latinas y de nuestro román paladino. ¿Qué puñetas tiene que ver el árabe con nuestro Mester de Clerecía y nuestro Mester de Juglaría? Niente, que se dice en italianini que es también lengua latina, “más quisiera el gato lamer el plato” que se dice en el Palo, donde se tira y estira el idioma hasta extremos inauditos y ,en cada tirón, evoluciona y se enriquece.

Pero hoy no me voy a enfadar ante inexactitudes históricas y linguísticas, es más, me siento muy benevolente porque sé, a ciencia cierta que, por mis afanes de integración del pueblo gitano y por pertenecer a una auténtica minoría desfavorecida, mi nombre suena y resuena, como campanas tocando el Ängelus, para Asuntos Sociales ceutíes. Y sé que lo haría muy bien, porque soy la maestra liendre, que de ná sabe y de tó entiende y por entender, entiendo que, el árabe será patrimonio particular del tipo que emitió la frase, pero que, al no ser lengua romance, ni nos pertenece ni nos pertenecerá jamás. Aunque quien quiera y a nivel personal, tiene todo el derecho de hablarlo, estudiarlo e inventar algún prodigio de la tecnología con él, o hacer periodismo de categoría y ganar el Pulitzer, o un descubrimiento físico fabuloso y acceder al Nóbel. ¡Ale, ale majetes, que hay muchos retos que encarar!.

¿Qué los catalanes hablan en lengua catalana? Normal. Lengua romance que algunos dicen que procede del limousín que es el antiguo dialecto que se hablaba en Limoges, en Francia, de raíces idénticamente latinas. Como el valenciano y el mallorquín que se parece mucho al dialecto sardo que se habla en Cerdeña. ¿Qué el vasco no tiene raíces latinas? No.Las tiene íberas, que son más españolas y más antiguas todavía, aunque se nos haya hecho una lengua antipática por la mierda del independentismo. Pero ya hablaba Estrabón, el primer periodista de la Historia, que era un romano muy cultureta que, los montañeses vascos vivían aislados, se cubrían con pieles de animales y se comían, por este orden, a los prisioneros y a los caballos. ¡Como pa fiarse!

El bable de los asturianos es también lengua romance y el gallego y el portugués, con sus sones que se me asemejan celtas, aunque nada tiene que ver La Coruña con el Algarbe salvo la raíz única y rotunda. ¡Ay Tartessos de mi vida! Nuestras raíces son celtíberas y romanas, nuestra cultura y nuestro conocimiento se gestó en latín y en el seno de piedra de los monasterios, escritos en el scriptorum e iluminado por los mojes iluminadores , bóvedas y capiteles pétreos que eran cunas de la sabiduría, el Mester de Clerecía, mientras que, el pueblo llano atendía gozoso a la tradición oral de los juglares que hablaban en román paladino y transmitían gestas, noticias, chismes e historias. Hasta que llegó Gonzalo de Berceo, poeta y peregrino, que tomó un pergamino y una pluma y decidió que, ya estaba bien de latinajos y que había que escribir en el idioma que hablaba el pueblo “Yo quiero hacer un verso, en román paladino, en el cual suele el pueblo, fablar a su vecino…” Cada vez que he leído las primeras palabras escritas en español se me han llenado los ojos de lágrimas y me he sentido extraordinariamente importante, porque, pese a mi sangre entremezclada con los morenos de verde luna que cantara Federico, por esas pinceladas romanís, me siento aún más española y más feliz de serlo.

Por cierto ¿Hay en Ceuta algún problema con los gitanos? Tanto “crisol” de culturas y tanta cursilada dicha con voz de falsete que parece que están doblando una película de los años cincuenta, tanta palabrería y no existe una genuina representación de una quinta cultura. Nuestra desde hace más de quinientos años y que ha dado maravillosos exponentes de la música, de la danza y de las artes. ¿Qué el flamenco no es gitano? ¿Me lo dicen o me lo cuentan? Por supuesto que no, ya en el Imperio Romano, las bailarinas de Gades, la antigua Cádiz, deleitaban a los nobles de Roma bailando y tañendo sus crótalos, antecesores de las castañuelas y el baile al resplandor de la flama, la llama de la hoguera, alumbró al flamenco que los gitanos supieron hacer suyo, mejorar y enaltecer como expresión poética y artística hasta extremos inauditos.

El flamenco es “nuestro” el árabe no. Por muchos que nos ocuparan los ejércitos invasores, ellos hablarían la lengua de su tierra, pero llegaron aquí y se convirtió en la algarabía que era una mescolanza y la algarabía se extinguió, no así el auténtico román paladino, abuelote del español y que, nuestros primos hermanos sefarditas, guardan y conservan como un auténtico tesoro, porque es un tesoro.

Y en este plan puedo seguir varias docenas de páginas más, aunque expresando mi profundo disgusto por la cerrazón de Ceuta al pueblo gitano,que tiene perfecto derecho a que le brinden oportunidades de formación y empleo, viviendas sociales y demás ventajas en la ciudad Autónoma. Disculpen, pero esto va a cambiar muy mucho si, las campanas de las iglesias me chivan con verdad mi irrupción triunfal en Asuntos Sociales, porque gitanos y mestizos también camelamos naquerar, que es romaní y traducido es “queremos comer” y participar activamente en todo cuanto sea ventajoso a nivel social ¿O es que el pastel tiene “numerus clausus”?. Por cierto, el caló es también lengua romance. El árabe no. Y no fuercen, les ruego: nuestro único patrimonio común es el román paladino. ¿Estamos de acuerdo en eso?. Yo también. Y aceitunita comía, huesecito en mano. Y, tanto va el cántaro a la fuente…
 

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