PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura


Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

SOCIEDAD - JUEVES, 5 DE OCTUBRE DE 2006


María Luisa Navas (d). REDUAN.

reportaje / homenaje
 

El Hospital Español celebra el centenario de María Luisa Navas

La malagueña recibió la visita del cónsul general de España en Tetuán, de varios representantes del MTAS en Rabat y el homenaje del resto de los residentes
 

CEUTA
Mada M.
madamartinez@elpueblodeceuta.com

El Hospital Español de Tetuán encendió ayer las luces de su patio central para festejar el centenario de una de las residentes de su centro de ancianos. María Luisa Navas Pradas, malagueña de nacimiento, recibió emocionada un collar de perlas y una ramo de rosas de manos del cónsul de España en Tetuán, Javier Jiménez, del administrador del antiguo Hospital Militar, José Carlos Iríbas, y del consejero en Rabat del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Eduardo Martín, las principales autoridades presentes en la celebración.

Un acto cuasi familiar en el que se ensalzó la labor social de las instituciones españolas en el norte de Marruecos que sólo en el recinto del antiguo Hospital Militar Español reúnen un programa de maternidad a cargo del colectivo Clinique, una guardería, enseñanza media en el centro educativo Juan de la Cierva, o el impulso a la formación profesional de la mano de Forja 21, organismo con el que también la Ciudad Autónoma firmaba recientemente un convenio de colaboración en materia de inserción laboral. El cónsul general llamó a la “reflexión” sobre lo que España es capaz de emprender más allá de sus fronteras físicas y auguró un “largo futuro” al trabajo que desempeña el Hospital Español de Tetuán. A pesar del giro institucional de las intervenciones, la protagonista era ayer María Luisa Navas Pradas que, a sus cien años, conserva intacta su vitalidad y la inquietud de quien no acaba de comprender cómo un cumpleaños puede generar tanta expectación y congregar a tantas personas a su alrededor.

Recibió algo emocionada los presentes y las felicitaciones de los asistentes. Incluso el consejero Laboral hizo que la homenajeada recordara sus ‘años malagueños’ -ambos nacieron allí- y le entregó en mano una felicitación del embajador español en Marruecos, Luis Planas.

Además del resto de residentes, asistieron al acto las Hijas de la Caridad, comunidad de religiosas que se encarga del cuidado de los ancianos y que también recibió las felicitaciones de las autoridades españolas. A pesar de que, con el tiempo y con la consecución de la independencia de Marruecos en 1956, el país magrebí ya no acoge a los 40.000 o 50.000 españoles que vivieron allí durante la época del Protectorado, los proyectos de cooperación han ganado en intensidad y prestaciones, sólo ensombrecidas, en el caso del Hospital Español, por las deficiencias que registran algunas de sus infraestructuras. Sobre todo los edificios anexos que presentan grietas en el techado roturas en sus paredes.

Adaptación

Por lo demás, y como también destacó Javier Jiménez, la dirección del centro ha sabido adaptarse a la coyuntura actual y ha dispuesto una serie de programas sociales que puedan beneficiar, en un principio, a la comunidad española en Marruecos aunque también a la población marroquí cuyos recursos económicos son limitados.

El administrador del centro, José Carlos Iribas, considera que el trabajo que se desarrolla en el Hospital Español -que en realidad en un compendio de instalaciones dedicadas a fines sociales- necesita una ampliación de contenidos. Según explicó es una tarea que comenzó en tiempos del Protectorado, a comienzos de siglo, momento en que se levantaron parte de los edificios del recinto del Hospital que también comprende una pequeña iglesia dedicada a La Milagrosa. El espacio que antes ocupaban las caballerizas y las cuadras es ahora un inmenso trozo de terreno sin utilidad fija que desde la dirección del centro se quiere concretar.

María Luisa

La residente centenaria disfrutó ayer de una jornada intensa. Las manos se multiplicaron en la eucaristía matinal a la que asistió y que ofició uno de los cuatro miembros de la comunidad franciscana que sigue trabajando en la zona. Jesús Varela, sacerdote de la orden, presta auxilio espiritual a las monjas y coordina varios programas de atención social en Tetuán y sus alrededores. Destacan las actuaciones de apoyo a los estudiantes universitarios de confesión cristiana. Ayer también asistió al cumpleaños en el que el protagonismo recayó en una mujer menuda que saludaba con la misma efusividad a conocidos y desconocidos.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto