“Las relaciones internacionales y la política exterior es
muy complicado y delante hay que tener todo el tablero de
ajedrez como tiene el gobierno, y si la ficha final que ha
movido el Gobierno es en términos que “pueden resultar un
poco agresivos” para Ceuta es porque el balance final de la
partida y la defensa de los intereses generales del estado,
que pasa por mucho vectores, han aconsejado llegar a este
acuerdo”. Con estas palabras el representante del gobierno
socialista en Ceuta, Sr. Arreciado, confirmaba el sacrificio
de una pieza del juego de ajedrez que Zapatero juega. Ceuta,
como un peón más y ya no necesario, ha sido comido por el
rey enemigo, y según las reglas del ajedrez ya no podría
jugar más; se ha prescindido de ella. Solo la victoria del
rey Zapatero, es la única finalidad de este juego. Sin duda,
si Erasmo de Rótterdam viviese, repetiría aquello de que:”la
democracia supone un contrato tácito entre el príncipe y sus
súbditos, por lo que el rey no puede enajenar de ninguna
manera la menor parte de su estado”.
Y sigue su terrible discurso, con palabras como
que.”Marruecos es un estado soberano, hay que negociar y
pactar, y han pasado los tiempos del Protectorado, donde se
podían imponer condiciones” Pero, ¿quien habla de imponer a
un estado soberano nada?. España también es soberana y por
ello tampoco debe someterse a la soberanía de nadie. Además,
hablar de protectorado en su mención a nuestra ciudad en el
año 2006 es inaudito. Pero es que ¿Considera que Ceuta, fue
o es en algún momento parte del protectorado español en
Marruecos?. Si la Real Cedula de 30 de abril de 1656,
otorgada por Felipe IV, decía específicamente:” Y, como tal,
hágola y constituyo por propia de estos mis reinos, para que
sea tenida y estimada como yo la tengo y estimo, por
comprendida en ellos, y en la misma forma hago y constituyo
con la misma plenitud de mi potestad a los hijos de la misma
ciudad de Ceuta que hoy son y en adelante fueren
perpetuamente para siempre jamás, y a cada uno de por sí,
naturales de estos mis reinos de la Corona de Castilla, León
y granada y de los demás a ellos sujetos….” ¿Donde esta esa
cierta falta de reconocimiento de Ceuta, como parte
irrenunciable del territorio español?, ¿En la política del
gobierno socialista?.
Señor Arreciado, si le ha sorprendido la solución final,
fíjese lo que nos sorprende y molesta a nosotros, los
ceutíes. El tiempo con paciencia y lentitud como ha hecho
las montañas, trabajando un día con otro por ellas, es lo
que ha hecho sólida la españolidad de Ceuta.
Españolidad que esta sustentada por una inmensa masa de
hechos, opiniones, hábitos, creencias, rutinas,
convicciones, ideas que son parte de nosotros: los ceutíes.
Y así, como no se derriban montes a bayonetazos, tampoco se
derriba la Ceuta con atropellos de coches regalados.
Mire, la constitución española se fundamenta en la
indisoluble unidad de la Nación Española , patria común e
indivisible de todos los españoles…(Art. 2 de la CE), que
jamás pueden justificar palabras como: “que estamos en un
proceso donde las relaciones entre ambos países pueden ser
más normales, porque ellos niegan la frontera del Tarajal y
es la realidad jurídica en la que Marruecos se mueve”
Sus palabras, tal como se expresan en la prensa, pueden
hacer pensar que no existe intento de reconciliar la
legitima realidad de Ceuta con el territorio español.. Y si
el gobierno se muestra incapaz de resolver el problema de la
legitimidad histórica de Ceuta en su integración nacional,
tendrá que permitirnos sospechar que es simplemente un
régimen anquilosado cuya única finalidad es la pretensión de
perpetuarse eternamente en el poder. Solo existe una
política de organización burocrática amorfa dirigida a
someter las formas libres y democráticas de la nación. Y
esta rápida descripción se completa por desgracia con las
palabras pronunciadas el día dos de este mes por usted Señor
Delegado de Gobierno.
Sin duda, el socialismo se esta mostrando como uno de los
mayores obstáculos con que hemos tropezado en Ceuta en
nuestro empeño de seguir placidamente nuestras vidas sin
sobresaltos. Y sobre todo, no critiquen nunca la actividad
del Partido Popular, cuya única mirada e interés se centra
exclusivamente en nuestra ciudad.
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