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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 4 DE OCTUBRE DE 2006

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

No sé a quién se le habrá ocurrido la genial idea de poner en intermitencia el semáforo de la convergencia entre Marina Española y la bajada de Teniente Arrabal.

Oiga, amigo guardia, es para darle mis más sinceras felicitaciones. Sin duda alguna, esa confluencia es casi nula para la circulación debido a la escasa afluencia de vehículos.

Hay que reconocer, porque es de justicia, que apenas hay circulación de vehículos, en ambas direcciones por Marina Española y que, muy de tarde en tarde, bajan vehículos procedentes de Teniente Arrabal

A algunos de los conductores que bajan por Teniente Arrabal, al llegar a la confluencia con Marina Española, se les va a quedar, a los pobres míos, el cuello como a los pavos de Manolo de tanto mirar de un la do a otro, como si estuviesen viendo un partido de tenis.

Bueno y ne te cuento los sufridos peatones, esperando que algún conductor tenga la amabilidad de parar, ante el paso de cebra, porque aunque algunos no lo crean hay un paso de cebra y todo, para dejarlos pasar al otro lado.

Tanto los vehículos que bajan de teniente Arrabal, como los sufridos peatones, ante la imposibilidad de que haya algún conductor que haberlos haylos, les deje pasar, empiezan a desesperarse y, en muchas ocasiones deciden jugarse el todo por el todo, pisando a fondo el acelerador o jugándose el tipo cruzando por el paso de cebra

Un día, Dios no lo quiera, puede ocurrir algo lamentable y de difícil solución. Ese dia, como pasa siempre, se tratará de poner remedio a algo que ya no lo tiene. Hay que poner el parche antes de que salga el grano.

Y ese día, insisto, Dios no lo quiera, quién o quiénes serán los culpables. Esa es la pregunta del millón aunque, la verdad sea dicha de paso, servidor no tiene la menor duda. Las culpas serán de quienes lo han realizado y de quienes lo han permitido.

Igual, todo ello, tiene su explicación pero me lo tendrán que explicar, muy bien explicado, para que me pueda enterar. Cosa bastante difícil porque, desde mi particular punto de vista, eso no tiene más que una explicación, que el semáforo esté averiado. Claro que en tres días ya lo podían haber reparado. Vamos, digo yo

En esta tierra mía, hay cosas que no entiendo y otras que me cuestan un trabajo enorme entender.

Quizás porque las solución es a esas cosas que me cuestan entender, desde mi punto de vista, tienen una fácil solución, sin darle muchas vueltas a la cabeza y, por supuesto, sin ser ningún “genio”, sólo utilizando algo que se lleva encima de los hombros y que se llama cabeza, que nos la pusieron, precisamente, en ese sitio para pensar los pros y los contras, de cualquier asunto, a la hora de resolverlo de una u otra forma.

Porque si la cabeza, ese lugar donde está el disco duro del más perfecto de los ordenadores, el cerebro, en vez de ponérnosla encima de los hombros, nos la hubiésen puesto donde las espaldas pierden su nombre, nuestros razonamientos,.siempre, serían de diarrea mental.

Como decía la sabia de mí abuela, cuando alguien se las daba de listo y tomaba una decisión errónea, “ese, lo ha pensado con el culo”.

Y como en tantas y tantas ocasiones, no tengo más remedio que pensar, lo acertada que estába mí adorada viejecita al decir las cosas que decía, sobre determinados personajillos, a la hora de calificar sus decisiones.

Y es que,como hay tanta igualdad en la mente de todos esos personajillos que se las dan de listo y meten, constantemente, la patita hasta el corbejón, ninguno de ellos le puede echar en cara nada al otro. Ya lo decía aquél, que por cierto no se quién lo dijo, pero que era una vedad como un templo: “Dios los cría y ellos se juntan”

Total que les estába hablando de los grandes problemas que se les plantean a los vehículos y a los peatones, en el asunto de la Marina Española y la bajada de Teniente Arrabal y, una vez más, se me ha ido el santo al cielo. Que me imagino que es lugar donde están los santos. Porque si no están allí ya me dirán, ustedes, dónde pueden estar.

Desde luego pensando en mí abuela y lo que ella opinaba, los santos no están en la tierra. Mi adorada viejecita decía: “santo que mea maldito sea”. ¿Cuál era la razón que tenía para decir esa frase?.

Nunca se lo pregunté. No hacía falta alguna, sólo me bastaba el contemplar, a todos esos que se las dan de buenos, dándose golpes de pecho y que sólo son sepulcros blanqueados, falsos, hipócritas e incapaces de ayudar al necesitado.

En fin que haya cada quisqui con su problema. El que avisa no es traidor y, servidor, avisa de lo que puede pasar un día de estos, si el semáforo sigue en las condiciones que está en estos momentos.

Ojalá que no pase nada y, por tanto, nada tengamos que lamentar pero, de momento, dicho queda por aquello, insisto, más vale prevenir que curar

La solución es de una facilidad tremenda. No hay que darle muchas vueltas. Las vueltas habrá que darlas si ocurre, lo que puede ocurrir.
 

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