La reunión entre los propietarios de los barracones del
Sardinero (Borrás y Eroski) con los representantes de la
Ciudad Autónoma se hará efectiva a finales de esta semana
con el objetivo de derribar las naves de manera inminente.
Las posturas entre los titulares y el Ejecutivo ya están
“muy próximas” por lo que la idea es demoler
“definitivamente” los edificios días después del encuentro,
tal como confirmó el consejero de Fomento, Juan Antonio
Rodríguez Ferrón.
Miembros de Fomento y de Presidencia han mantenido, a lo
largo de septiembre, “continuo” contacto con los dueños de
los inmuebles para agilizar las negociaciones. La intención
de la Ciudad es que los barracones desaparezcan para
edificar viviendas, pero cuentan con el obstáculo de que el
Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) denomina el suelo
como zona industrial.
Sin embargo, la previsión de Fomento es que el acuerdo se
cierre sin mayor inconveniente para proceder a la
recalificación de la zona dentro del PGOU y pase a ser
terreno urbanizable porque, a juicio de Ferrón, la ubicación
de las naves es susceptible de “mucha construcción”.
De esta forma, la semana entrante sería el punto de
inflexión en la controvertida problemática tras numerosos
sellados y trabajos de limpieza desde Dotación y Servicios.
Desde ambas partes, se espera que la resolución definitiva
se materialice en la reunión que tendría lugar, “con
bastante probabilidad”, entre el jueves y el viernes y, así,
llevar a cabo el derribo “pocos días después”, señaló
Ferrón.
Inmigrantes
La propuesta de la Ciudad a los dueños de los barracones
también afectaría a los inmigrantes que residen en su
interior. Aunque, tras las últimas actuaciones, el acceso a
los edificios resulta complicado, las naves siguen siendo
habitadas por personas indocumentadas. La solución que
aporta el Ejecutivo pasa por, una vez demolidos los
barracones, proceder al traslado de estos individuos al
centro Cruz Blanca para que sus condiciones “no sean tan
insalubres”.
Aunque, la entidad religiosa había venido aportando la toma
de agua, la congestión de inmigrantes que utilizaban los
inmuebles como vivienda era más que habitual a pesar de las
actuaciones policiales.
Al respecto de la recalificación de los terrenos, una de las
opciones más barajadas por la Ciudad era levantar un
aparcamiento público y provisional, pero de momento, el uso
futuro no está decidido.
|