Decía antesdeayer Juan Luis Aróstegui (CC.OO) que la Mesa
por la Economía, desde el momento en que la Delegación del
Gobierno “de manera inexplicable ha decidido dar por
concluida su participación con un portavoz, entendemos que
éste órgano ha muerto”. Por su parte, el otro agente
representado en la Mesa, (UGT) sentenciaba por voz de su
secretario general, tal y como reflejábamos en nuestra
edición del viernes, que “la Mesa quedará suspensa porque
entendemos que no se dan las condiciones de participación de
todas las personas y entidades que tenían que estar ahí. Es
lo que vamos a hacer público la próxima semana” –literal y
tal como quedó grabado y, por tanto, reflejado en la página
5 de nuestro diario del pasado viernes-. A estas
declaraciones sobre la actual situación de la Mesa por la
Economía se añadió la de otro miembro de este especial foro,
la Cámara de Comercio que, a través de su presidente indicó
al respecto: “estamos emplazados para tomar una decisión fin
dentro de unos días. Estamos de acuerdo en que lo dejaremos
para otras circunstancias más propicias”.
Ante este panorama, de manera muy coherente en su análisis,
el presidente del CES, Basilio Fernández que parece ser que
para algunos de los miembros del foro de la ‘Mesa’ no debe
ser pieza apetecible, para nosotros, como para el resto de
órganos o instituciones con representantes nada ‘figurones u
aparentones’, es la figura prevalente en Ceuta a la hora de
analizar cuestiones de índole social y/o económica. El
máximo exponente del Consejo Económico y Social de Ceuta a
quien recurrimos como analista de la actual situación dijo
que “las circunstancias políticas, desgraciadamente, ante la
cercanía de unas elecciones, no son excesivamente propicias
para afrontar peticiones tan necesarias para Ceuta como las
que solicita la Mesa por la Economía”.
La Ciudad Autónoma de Ceuta (gobierno PP) sólo puede apoyar
como lo viene haciendo, pero el Estado (gobierno PSOE) es
quien tiene realmente la llave de la puerta donde hallar las
soluciones para la ciudad y no parece que ande muy dispuesto
a sentirse presionado por un texto “reivindicativo” como ya
lo ha calificado el delegado del Gobierno. Eso sí, en una
alarde de máximo respeto por el trabajo realizado, García
Arreciado ha indicado que pese a su posicionamiento de estar
fuera de la famosa ‘Mesa’ no significa “menosprecio” a la
labor que se haya llevado a cabo.
Básicamente el representante del Gobierno de la nación ha
venido a decir que no hace falta que le pongan en un papel
los problemas de la ciudad y sus posibles soluciones, porque
tanto los problemas como las soluciones “son de sobra
conocidas por la Delegación”.
Ante esta coyuntura, vengo a recordar situaciones similares
en las que organismos e instituciones unidos como nunca,
incluso con plataforma incluida y multitudinario respaldo
popular, no llegaron a ningún puerto dado que la verdadera
llave estaba en el Gobierno central. Ceuta se quedó sin
Transitoria V, ¿recuerdan? Pues la llamada Mesa por la
Economía cuenta con una pinta muy similar.
Algunos querrán, erre que erre, seguir topándose contra el
muro que representa actualmente el Gobierno de la Nación que
es quien quiere protagonizar la mejora sustancial de la
economía ceutí porque es su absoluta competencia y no la de
otros. Ese el escenario. Las medallas si es que hay que
ponerlas, se las querrá imponer el propio Gobierno de la
Nación (PSOE) y no otros. Estas son las probables
“circunstancias políticas en las cercanías de unas
elecciones” a las que se refería Basilio Fernández, por lo
que la deducción lógica que han interpretado algunos de los
miembros del foro económico es la de su disolución hasta la
llegada de momentos más propicios.
Quien sabe leer entiende, quien sabe mirar ve, y quien sabe
oir escucha. Pero quien lee, ve y oye sistemáticamente un
mismo entorno, cae en el clamoroso error de perder la
objetividad, la coherencia, la calma y la justicia,
responsabilidad que debe ser inherente en quien representa a
todo gran colectivo. Pero qué cierto es que esta ciudad está
plagada de ‘chiquilicuatres’ del tres al cuarto venidos a
más o subiditos en exceso por el carguito que ocupan,
mancillando con sus maneras y modos siglas absolutamente
respetables e históricas.
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