La lucha entre los políticos, de
distintas ideas, son siempre interesantes para los que somos
neutrales y sólo queremos ver en qué va a terminar el
asunto.
Resulta, desde cualquier punto que se mire, curioso el
“amañamiento” que hay en determinadas luchas, puesto que no
son más que acuerdos entre ambos contendientes. Tú, sin
preocuparte por nada, me dices esto y, yo, te contestaré lo
otro, además bien sabes que contarás con una pasta gansa por
decir lo que dices de nosotros, poniéndonos de chupa domine.
O sea que menos bonito nos tienes que decir de todo.
La verdad del acuerdo al que hemos llegado, sólo la podemos
saber nosotros, a igual que la pasta que te damos. Lo que
nunca puede ocurrir es que el pueblo se entere, de que todo
esto está “amañado” entra ambos dos. Porque sería nuestra
perdición y, por supuesto la tuya también. A ver cómo le
ibas a explicar al personal que estás, por dinero, al lado
de lo que estás y no al de ellos. Con lo que te gusta
presumir de lado de quien estás, sabiendo que es mentira.
Cualquier fallo, por mínimo que sea, de alguno de nosotros,
sería como un “dardo envenenado” directo al corazón que
acabaría con la buenas relaciones que mantenemos mientras,
el pueblo llano y sencillo, sigue pensando que somos
enemigos a muerte. ¿Quieres creer qué, en ocasiones, me
gusta la situación y, sobre todo, ver cómo nos estamos
quedando con todos esos que, además, hasta nos admiran?.
Nada, lo dicho, tú a lo tuyo a seguir dando “caña “ al mono
que es de trapo y a poner el “cazo” para recibir lo
acordado, y el pueblo que siga admirándonos y viendo las
luces de la Navidad. ¡Anda que no somos listos ambos dos!.
En verdad hay que reconocer que, ambos dos, son algo
“listillos”, poner no llegan a listos por mucho esfuerzo que
hagan, a pesar de que, para llevar a cabo la empresa
acometida, cuentan con el apoyo incondicional de un tercero,
ese que se cree inteligente y no es más tonto porque no
entrena una par de minutos al día, y el pobre mío sólo
quiere que le llamen “señoría”, sin darse cuenta de que,
aún, lleva el aro del cubo pegado al culo. Seguro que, la
sabia de mí abuela, al verlo diría: “otro cateto jarto de
sopa”.
Ahora, tengo que decirlo, porque es justo reconocerlo, que
entre el “trincón” y el que paga al “trincón” que, por
supuesto, también es otro “trincón” de cuidado, hay una gran
lucha por ver quién se hace con el título de ser: “el niño
en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el
entierro”. La verdad es que, el “trincón”, ese que está
engañando al personal, haciéndoles creer lo que no es, le
lleva ventaja al aspirante al titulo que le quiere
arrebatar. El “trincón” ha llevado el título durante años y
lo ha defendido a capa y espada, contra todos aquellos
enemigos que se lo trataban de arrebatar, algo que poseía
por méritos propios.
Ahora, se enfrenta a un potente enemigo, dispuesto a
arrebatarle el título ya que es, ni más ni menos, el que le
suelta la pasta al “trincón”. Bonito combate el que vamos a
presenciar, durante estos meses de campaña, entre el
poseedor del titulo y el aspirante al mismo. Este combate no
me lo quiero perder ni por todo el oro del mundo. Servidor
apuesta por el “trincón” que es mucho más inteligente que el
“sopla gaitas” del aspirante.
|