20. LUNES
El Cerro Reyes tuvo que ser el que hiciera posible el primer
triunfo de la Asociación Deportiva Ceuta en el Alfonso
Murube. No podía ser de otra manera. Ya que el equipo
pacense, un grupo de barrio, es la clásica víctima que se
prestaba a tal hecho. De cualquier manera, conviene
celebrar, y así lo hacen los aficionados, la obtención de
esos tres puntos imprescindibles para un equipo que, formado
para competir por los primeros puestos, lucha todavía por
salir de los últimos lugares de la clasificación. Ahora
bien, para que la victoria sea valorada, lo más inmediato y
necesario es que la ADC gane en Granada, el próximo domingo.
Estadio propicio el de los Nuevos Cármenes, sin duda; pues
las dimensiones del césped pueden permitir a los hombres
entrenados por Carlos Orúe desplegar ese buen fútbol que les
resulta imposible hacer, según sus componentes, cuando
actúan en campos pequeños. Así, y ateniéndonos al dicho de
que en Granada todo es posible, a ver si ganan. Falta le
hace a una directiva que camina hasta el momento con la
cabeza gacha y la mirada perdida.
21. MARTES
Será que a mí me gustan las plazas recoletas por lo cual
quedé prendado de la que lleva por nombre África. Una plaza
donde, cada vez que venía a Ceuta, me sentaba a degustar el
latir silencioso de la ciudad, enmarcado en un espacio
frondoso y con sabor a misterio. Luego, cuando decidí
quedarme en esta tierra, estuve durante varios años siendo
visitante asiduo de la nocturnidad de un sitio que
desprendía un halo religioso que a mí se me estaba escapando
sin solución de continuidad. Un día, cuando los 80 estaban
más allá de su mitad, se celebró en el revellín un festival
flamenco. Hizo de telonero Pansequito y en cuanto acabó su
actuación me presentó a José Mercé. Genio jerezano que
comenzaba a destacar ya en el mundo del cante. ¿Quieres que
José te cante por bulerías?, me dijo Pansequito. Ahora
mismo. Aunque quedé sorprendido. Puesto que es muy difícil
que un profesional se arranque porque sí y en la calle.
Vayamos a la plaza de los Reyes, habló nuevamente Pansequito.
Respondí: podría ser en la de África. No, Manolo, está más
lejos del Revellín. Mercé cantó como sólo él puede cantar.
La plaza de los Reyes estaba solitaria. Era muy distinta a
la actual. Aun así, convendría que al Gobierno de la Ciudad
no le dé por cambiarle también el estilo a la de África.
Sería un crimen urbanístico imperdonable.
22. MIÉRCOLES
El lunes, Carlos Lamorena, a quien me encuentro en el barrio
donde vivo, me puso al tanto de que Emilio, su hermano,
había sufrido un infarto. Trato de saber de lo suyo, pero me
responden que está en la UCI y, lógicamente, espero
impaciente para saber de él cuanto antes. Hoy, por la tarde,
he vuelto a insistir y me han comunicado que ha sido
trasladado a Málaga. Llamo a Carlos y me dice que a Emilio
lo están operando. En estos momentos, cuando el amigo pasa
por un trance tan delicado, a uno sólo se le ocurre desearle
toda la suerte del mundo y hasta invocar a todos los santos
para que hagan posible su recuperación. Llevo veintitantos
años de charlas casi diarias con él y siempre, incluso
cuando el desacuerdo ha sido evidente, ha prevalecido
nuestra amistad por encima de cualesquiera malentendidos.
Emilio, picha, haz el favor de echarle bemoles al asunto y
vente pronto para Ceuta.
23. JUEVES
Un jueves más he comprobado de qué manera arrecian los
insultos del secretario General de CCOO, Juan Luis Aróstegui,
contra el presidente de la Ciudad. En esta ocasión, el
motivo ha sido por no responder Juan Vivas a la información
publicada por el País, el pasado día 11, relacionada con la
amenaza a Ceuta y Melilla de ataques terroristas. Más que
artículo tiene trazas de libelo infamatorio. Puesto que en
él aparecen palabras como cobarde, materialista, indigno y
persona que al ejercer un liderazgo como presidente, está
arrastrando a toda la ciudad por unos derroteros de
ignominia y sumisión. Entendemos que más que critica acerba
en ese llamado Dardo de los Jueves existe un ataque feroz
contra la figura del presidente. Y aunque con semejante
escrito se aprecia, claramente, que su autor trata de
demostrar que no le hace el trabajo sucio al PP y, además,
no forma parte de ningún clan de empresarios, se impone ya
que el presidente le pare los pies. Dado que callar es
otorgar.
24. VIERNES
La Federación Española de Fútbol es noticia desde hace ya
bastantes días. Y, desgraciadamente, está de actualidad
porque no le cuadran los números en ningún aspecto. Está
demostrado que ha presentado subvenciones por duplicados por
un valor de 2,3 millones de euros; que utiliza subvenciones
públicas para pagar primas de jugadores internacionales;
tampoco ha podido justificar el gasto de 23 millones de
euros, y así podría seguir enumerando un rosario de
actuaciones condenables. Por lo leído, parece ser que
algunas federaciones territoriales también llevan las
cuentas al estilo del Gran Capitán. Conque, en cualquier
momento, el Consejo Superior de Deportes dejará de
otorgarles subvenciones por estar sus cuentas bajo
sospechas. No olvidemos que los más altos directivos de la
RFEF están imputados en graves delitos de tipo económico. De
modo, que cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las
tuyas a remojar. Me refiero a los presidentes regionales.
Sin duda.
25. SÁBADO
Jerónimo García Arreciado no se corta lo más mínimo a la
hora de responder a las críticas que recibe el Gobierno de
la nación, por parte de cualquier componente del Gobierno
local, o bien de algún sindicalista o empresario. Sus
comentarios son mordaces y dejan entrever que no está
dispuesto a pasar por alto que nadie se permita el lujo de
denunciar lo que él considere mentira. Se nos ha revelado el
onubense como un político de gran dureza y, sobre todo,
capacitado para sentenciar de forma que los contrarios
queden disminuidos. Dos frases suyas han destacado este fin
de semana: la primera, dedicada a Juan Vivas: “A la política
hay que venir llorado”. Y se ha debido a las quejas del
presidente por el trato epistolar negativo, recibido por el
ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla. La
segunda, cuando dice que “ni vistiendo a los niños de Loewe
se puede gastar tanto dinero”, es una muestra evidente de la
ingeniosa malignidad con que se emplea.
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