Con un público entregado, más de cien personas en las gradas
del Díaz Flor, el equipo que dirige Miguel Ángel Ríos no
podía fallar.
Y así fue, la jornada de ayer fue uno de esos días bonitos
en los que todo sale bien. El equipo gana ante un rival
directo con la piscina a rebosar, haciendo un gran partido,
y para acabar de rematar la jugada los juveniles se dan un
paseo por la mañana, venciendo su compromiso por veintitrés
a cero.
Además, el triunfo de ayer supone la segunda victoria
consecutiva en liga, después de vencer en la piscina del
Algeciras. Un hecho que evidentemente, y teniendo en cuenta
el mal arranque que tuvo el equipo, es un dato muy
importante.
El Club Natación Caballa tuvo ayer un partido duro, contra
un rival que se empleo con dureza en la piscina ceutí, como
reconoció al final del partido Miguel Ángel Ríos. “No ha
sido fácil, porque nosotros no estamos acostumbrados a jugar
con rivales tan agresivos”.
Quizás por eso al equipo ceutí le costó entrar en el
partido, saldando el primer cuarto con un empate a tres, y
marchando a remolque en el marcador durante esos minutos
iniciales.
En el descanso entre el primer cuarto y el segundo, Miguel
Ángel Ríos y su equipo técnico llamaron al orden a sus
jugadores, que entendieron perfectamente el mensaje, porque
desde el principio del segundo cuarto hasta el pitido final
se mantuvieron por delante en el marcador.
Este segundo cuarto fue precisamente el que rompió el
partido, ya que la perdida de concentración del Wuca Cádiz,
por lo que consideraron decisiones erróneas de los
colegiados, fue aprovechada por los caballas para endosarle
un nueve a cinco al final de este tiempo reglamentario.
En lo referente al tercer cuarto, fueron los ceutíes los que
se desconectaron un poco del encuentro, permitiendo a los
gaditanos acercarse peligrosamente en el marcadr hasta
terminar con un trece a nueve, que aunque contundente no
dejaba resuelto el choque.
El acto final del encuentro, fue un reflejo del resto del
partido, es decir, los gaditanos empleándose con dureza, y
los caballas dedicándose a mantener su ventaja en el
marcador, una estratégia que dió como fruto el resultado
final, diecinueve a trece para los locales.
Una victoria que fue un premio para la afición caballa, que
dió un ejemplo de amor a los colores presionando al duo
arbitral y a los rivales durante todo el encuentro. Este
esfuerzo fue agradecido por los jugadores, que al finalizar
el encuentro se lanzaron a la piscina para agradecer desde
el centro de la misma el ánimo recibido de las gradas del
Díaz Flor.
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