Bajo el título ‘Los programas de vivienda joven en la
Comunidad Autónoma de Castilla la Mancha’, Alexander
Carrillo, técnico coordinador de la Bolsa de Vivienda Joven
de Toledo, expuso ayer, en el seno de la I Jornada de
Emancipación Joven en la UNED, su visión del funcionamiento
de su propuesta que en el ámbito de alquiler ha alcanzado un
nivel de confianza “total” entre arrendador y arrendado como
se comprueba en el 0.2% de incidencias de impago.
Desde 1997, año en que echó a andar el programa, se ha
logrado que “más de 14.000” jóvenes accedan a las 6.700
viviendas que han gestionado. “El boca a boca ha sido
fundamental para que de 284 contratos en el primer año,
pasaremos a 1.229 en 2005”, completó Carrillo.
La ausencia de inmobiliarias ha generado beneficios tanto
para el propietario como para el inquilino. Un ahorro del
15% que obliga a la Oficina correspondiente a mantener una
labor de seguimiento para comprobar el grado de cumplimiento
y las garantías establecidas.
En temas de compra de inmueble, la perspectiva cambia y
aunque la flexibilidad es determinante, las exigencias
también aumentan. La hipoteca que ofrece la Bolsa de Toledo
está financiada por Caja Castilla-La Mancha y para cumplir
el acuerdo han tenido que ser menos indulgentes porque, en
algunos casos, “la gente mentía y resultaba que tenía 2 o 3
viviendas”.
Alquiler o compra el perfil medio ronda los 24 años y el 51%
son mujeres estudiantes y trabajadoras a media jornada, en
un sistema que ha recogido programas de otras comunidades
porque, en opinión de Carrillo, “copiar en materia de
vivienda es hacer un bien sea del partido político que sea”.
Dada la complejidad del acceso a la primera vivienda, la
perspectiva no es demasiado positiva, por ello, “cualquier
medida puede ser beneficiosa”, agregó.
|