La jornada ha venido protagonizada
por tres hechos muy marcados, que no son nada nuevos para
los seguidores de la información general de nuestra ciudad,
pero que se han convertido por sí mismos en las tres
noticias de mayor relevancia de las acontecidas ayer en
Ceuta.
El presidente de la Ciudad Autónoma con un discurso, una vez
más, moderado -como así se reconoce expresamente así mismo-,
escenificó ante los medios de comunicación la sorpresa y la
decepción con la que se ha recibido la respuesta del
Ministerio de Administraciones Públicas. El MAP de Jordi
Sevilla le ha jugado a Ceuta y a Melilla, a nuestro parecer,
una manifiesta faena en tanto en cuanto se ha negado mínimos
perfectamente asumibles por el Estado para ambas ciudades.
Es, sencillamente alucinante, el hecho de que el Gobierno
Central siga “estudiando” la petición de una mayor
competencia para Ceuta en Urbanismo. Sencillamente porque lo
que ha solicitado la Ciudad Autónoma, no es ni mucho menos
lo que se le respeta a las distintas Comunidades en sus
respectivas transferencias. El ‘Estado’ de este nuestro país
que representa el Gobierno Zapatero, está negando a Ceuta el
mínimo de los mínimos, es decir ni tan siquiera contar con
los derechos con los que cuenta cualquier municipio de
España de más de 50.000 habitantes. Esa es la muy penosa y
reprobable realidad. Alguien deberá, en coherencia,
reconducir este tránsito hacia la cordura, máxime teniendo
en cuenta el renovado ofrecimiento de Vivas a la moderación
no exenta de firmeza en las profundas convicciones de
solicitar lo justo para su tierra.
Mención aparte merece el CES que ya ha elaborado su dictamen
sobre los presupuestos generales de la Ciudad para 2007.
Análisis valorado por el Gobierno que atenderá sin niguna
duda las recomendaciones por el órgano que está,
precisamente, llamado a emitir objetivamente sus
apreciaciones sin presiones de ningún tipo y con la garantía
de no servir a intereses ni defender bandera alguna más que
la de la coherencia añadida a la vocación de servicio.
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