Días atrás, hemos visto en
televisión como don Manuel Ruiz de Lopera, máximo accionista
del Real Betis Balompié, manifestaba: “si vuelvo a ser
presidente del Betis lo hago campeón de liga”. Y no nos cabe
ninguna duda que por todos los medios posibles lo
intentaría, pues tiene mas que demostrada su entrega
(entiéndase apoyo económico) al club de sus amores, aun
cuando no siempre se le ha correspondido a estos desvelos.
Últimamente se ha presenciado, también, como parte de la
masa social le entonó el cántico preferido por los
aficionados cuando la marcha de sus equipos no son del
agrado de los mismos, que es como decir que no se encuentran
en lugares altos de la tabla dentro de la clasificación de
la División de Honor del Fútbol Nacional: “Lopera vete ya”.
Y quienes hemos sentido desde dentro, desde puestos
directivos, y padecido, porque padecimiento es lo que
produce la responsabilidad de pertenecer a la directiva de
un equipo de fútbol y más si éste se encuentra entre los que
participan en competiciones profesionales, sabemos cuan
laborioso y difícil resulta llevar a cabo una buena labor,
entiéndase una clasificación de privilegio del equipo de sus
“tormentos”, como le viene sucediendo a Don Manuel, a pesar
de sus desembolsos, de las empresas que crea para la gestión
económica directa del equipo, de atender los déficits (9,6
millones y 6,7 millones de euros en 2004 y 2005,
respectivamente), de la lucha que mantiene para que el grupo
opositor “Béticos del Villamarín” no se haga con los
destinos del Club ya que, según el Sr. Lopera, lo que
persiguen es la venta del actual estadio y la consiguiente
especulación de los terrenos que ocupa el mismo, llevando al
equipo a jugar al Estadio Olímpico de Sevilla, lugar que no
consideran adecuado ni los mandamases del Club ni los
propios aficionados béticos.
Viene ahora la época de las vacas flacas. El Betis no
levanta cabeza. Jugadores como Oliveira y Joaquín han sido
traspasados. Los aficionados le echan en cara al máximo
accionista de la entidad que no han sido empleados los
cuarenta y cinco millones percibidos por los traspasos. Que
los refuerzos para la actual temporada llegaron tarde y no
todo lo óptimos que hubieran deseado sus socios y que
necesitaba la entidad. Para colmo de todo ello, el cuadro
blanquiverde se encuentra a 15 puntos, en diez partidos que
van de liga, de su eterno rival el Sevilla C. de F. O sea,
toda una vorágine de situaciones que han hecho que “D. Manué”
haya tenido que salir a la palestra mostrando sus poderes,
dando cuenta del rechazo a las ofertas de compra del equipo
que se le han ofrecido y convocando unas peculiares
elecciones (los candidatos han de ser de total moralidad y
desempeñados de deudas, según sus propias manifestaciones a
una emisora de radio), todo ello sacando a relucir su “genio
y figura” al anunciar a bombo y platillo lo ya dicho de “que
si vuelve a ser presidente del Betis lo hace campeón de
Liga”.
Esperamos que todo resulte según los deseos de Don Manuel
Ruiz de Lopera, ya que se podrá decir o comentar de él lo
que se quiera, pero lo que no se le puede negar es su
desprendido aprecio y entrega desinteresada por el club al
que, según él mismo manifiesta, “si no fuera por Lopera
hubiera desaparecido del fútbol español como le ocurrió hace
unos años al C. D. Málaga”.
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