Existen dos temas que considero
claves para las próximas elecciones: seguridad e
inmigración. Y quien de con la clave de las soluciones
capaces de confiar a la ciudadanía, sencillamente, ganará.
Los buenistas y los espíritus puros ponen el grito en el
firmamento cuando se asocia inmigración con delincuencia y
realmente no es justo el castigar a personas que vienen a
trabajar honradamente con la sombra de la sospecha. Pero
nunca ha habido tantos extranjeros en cárceles españolas,
hasta el punto de que existe Topas en Salamanca que es casi
exclusiva para los foráneos. Que son multitud. Si entre mil
extranjeros que llegan a España hay solamente cincuenta que
lo hacen con el propósito de delinquir y aprovecharse de los
garantismos de nuestro Sistema y del confort de nuestras
cárceles, que son para ellos hoteles de cinco estrellas,
esos cincuenta se hacen notar y alborotan. Mucho.
Hasta el punto de que son las temibles y crueles bandas del
Este quienes han motivado que tenga que reformarse el Código
Penal para penar con más severidad los robos en casas
habitadas, que son moda importada. Como son importados de
Sudamérica los terribles secuestros-express. De Rumania las
falsificaciones de tarjetas de crédito y la manipulación de
los cajeros de los bancos, así como las redes duras de trata
de blancas y los atracos violentos, volviendo a tener los
sudamericanos la casi exclusiva modalidad de ser cogoteros.
De África nos llegan la lotería nigeriana y el timo de los
billetes tintados así como multitud de trajines por Internet
así como un proxenetismo con tintes de vudú. Al parecer
somos un Eldorado para la delincuencia que no viene en
patera ni en cayuco, sino de la que entra por los
aeropuertos y por una frontera norte que hay que blindar.
Pero el más apetecible caramelo electoral con respecto a la
delincuencia y el único modo de conseguir que España y sus
cárceles dejen de ser el coño de la Bernarda es llegar a
acuerdos y convenios puntuales con los países de origen de
los delincuentes para que estos, una vez juzgados, cumplan
las penas en sus propias cárceles, con el lógico desembolso
para gastos del Gobierno Español.
Se trata, sencillamente, de dinero, en caso de los
extracomunitarios apretar para sacarles de la UE con
prohibición expresa de entrada y penas de cárcel a la suiza
si la inflingen y en caso de ciudadanos del Este una muestra
de buena voluntad de sus gobiernos para reimportar a sus
malhechores y hacerles cumplir en sus presidios que no
suelen ser muy confortables. ¿Recuerdan ustedes al temible
Arkán, el que asesinó a sangre fría a un abogado madrileño,
violó a la hija pequeña, hirió de gravedad a la madre y
protagonizó una orgía de sangre en Madrid? Pues ese tipo
tenía un asesinato pendiente en Rumanía y en los juzgados
amenazaba a gritos con que, antes de ser repatriado a su
país, estaba dispuesto a asesinar a funcionarios de
prisiones para que no pudieran extraditarle.
Si la amenaza es que cumplirán en sus propias prisiones
España dejará de ser atractiva, aunque en la detención no te
peguen, te lean los derechos y te den un bocadillo de atún y
un botellín de agua. Hay medidas coercitivas que ilusionan a
la ciudadanía, será porque la frase más comentada ante cada
nuevo atraco, asalto, paliza o muerte es la de “Así no se
puede vivir”. Y el que garantice, sin mentir, medidas
eficaces, aunque sea IU ganará.
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