Jefe, le llamo desde Matalaburra
de Abajo, para darle una noticia que sé, positivamente, que
se va alegrar. Por fin, he encontrado un buen trabajo de
asesor de un pintor de brocha gorda, que me paga una pasta
gansa por asesorarle en la materia. Si, ya sé que no tengo
ni idea de asesorar algo sobre pintores de brocha gorda pero
como, a pesar de ser universitario y tener una carrera no la
puedo ejercer porque no tengo ni..., idea de la misma, de
algo tengo que vivir. Y he encontrado este magnifico trabajo
gracias a mi amigo Juan, ese que era cocinero y después puso
un restaurante engañando al propietario del mismo,
diciéndole que se iba porque no quería seguir de cocinero,
que se iba a dedicar a otra cosa. Y la verdad, jefe, no es
porque sea quien me ha encontrado este puesto de asesor del
pintor de brocha gorda, pero le va una jartá de bien. Ya ve,
usted, lo que son las cosas, de ser simple cocinero a dueño
de un restaurante.
No te puedes imaginar, enano, la satisfacción que me produce
el que hayas encontrado un trabajo de asesor de pintor de
brocha gorda ganando una pasta gansa porque, la verdad, tú
de eso no tienes ni ...idea. Del mismo modo me alegro de la
suerte que ha tenido tu amigo, pasando de ser un cocinero a
dueño de un restaurante y, además, le va bien a pesar de
haber engañado al propietario del local donde trabajaba
antes y donde, por supuesto, ha aprendido todo lo que sabe.
Me llena de satisfacción, el conocer tan buena noticia.
Pero, ahí, no acaba la cosa he creado una revista donde
gracias a los buenos oficios de mi amigo, Juan, tengo
asegurada una jartá de publicidad de las empresas más
importantes del pueblo. Por cierto, jefe, hablando de la
revista ¿le costaría, a usted, mucho trabajo escribirme un
par de artículos, sobre los pintores de brocha gorda. Basta
con que, usted, le dé un poco de “jabón” a ese
extraordinario oficio y de camino, si no tiene inconveniente
destaque la grandes cualidades que atesora el restaurante de
mi amigo. Que no es por decirlo, pero es canela fina los
platos exclusivos que ofrece. Hay uno, especialidad de la
casa, el “dedatil a la pasta gansa”, que está para chuparse
los dedos. Yo es que no paro de comermelo, cada día. ¿Y qué
decirle de la otra exclusividad “ser un inepto adobado a la
pasta gansa?. Bueno, jefe, si el primero está una jartá de
bueno, este último es el no va más del asunto culinario.
¿Qué me hace, usted, el artículo o no?.
Me da la sensación, no extraña, que tienes un morro que te
lo pisas. O sea, para enterarnos bien del asunto, tiene
publicidad por un tubo y para disimular, la cosa, me pides
que te escriba un artículo o un par de ellos mientras, tú,
te llevas esa pasta gansa sin dar golpe. Lo que yo te diga,
enano, tienes un “morro” que te lo pisas. Te buscan un
“enchufe” por la cara, te dan una pasta gansa por asesorar a
un pintor de brocha gorda sin tener ni...idea y, encima, te
dan una revista con una jartá de publicidad y, aún, tienes
la cara dura de pedirme que, por la cara, te escriba un par
de artículos.
Anda que si le cuento que me puedo llevar unos pocos
de”kilos” por hacer una campaña, me coge un rebote de aquí
te quiero ver. Esa es la vida, jefe, tener unos buenos
amigos que le den a ganar una jartá de dinero siendo, un
inepto en los asuntos. ¿Pasa algo, jefe?
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