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OPINIÓN - JUEVES, 16 DE NOVIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

Josep Piqué ¿un problema
para el Partido Popular?

 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Las elecciones catalanas han puesto de manifiesto que tanto el Partido Socialista como el Popular han perdido electores, habiendo sido la opción de derechas, claramente de carácter nacionalista, Convergencia y Unión, la ganadora aun cuando sin conseguir el apoyo suficiente para optar a la gobernabilidad de la Generalidad dado el acuerdo de tres partidos progresistas (¿) cuestión que se vislumbraba ya antes de las elecciones recientemente celebradas y que, como era de esperar, candidatos que ni lograron mayoría de escaños ni de votos, pactaron el mandato del ente autonómico para el período 2006/10, caso de que todas las circunstancias políticas discurran normalmente (teniéndose en cuenta que “todo pecado lleva su penitencia”) y no se tengan que anticipar las elecciones.

Lo que si se viene demostrando es que, desde la cota de 17 diputados de 1995, el Partido Popular en Cataluña no ha conseguido superar este listón ni su líder, Josep Piqué, incrementar la confianza de los electores a su favor. Y es que no se puede estar en misa y repicando. O se sigue, con todas las consecuencias, la línea política de un partido que defiende la españolidad de la región, la defensa del idioma castellano, la Democracia y el Estado de Derecho, la Constitución Española como base de convivencia pluralista en libertad y se promueve la solidaridad territorial de una sola nación compuesta por todas las regiones y habitantes de las mismas salvando las especificidades de cada autonomía, postulados que constituyen los principios básicos de convivencia de los españoles que en 1978 optaron mayoritaria y libremente por el establecimiento de una norma única para regir nuestros destinos, o se desiste de ello y se dedica uno a sus menesteres profesionales desentendiéndose de la política.

Josep Piqué ha visto como un nuevo partido, siguiendo los mismos postulados que su formación política, impulsado por entornos mediáticos como el periódico El Mundo y la COPE, que a nivel nacional vienen haciéndolo a favor del Partido Popular, logró la división del electorado -Ciudadanos de Cataluña ha obtenido 90.000 votos y conseguido tres escaños, o sea, que podemos considerar que el Partido Popular con estos votos se hubiera colocado con 22 escaños en dicho Parlamento-. Aun cuando luego, Piqué, para justificarlo recurra a la comparación de Ciudadanos con el GIL y acuda a Convergencia y Unión proponiéndole “colaborar en la oposición”. Y decimos nosotros, ¿la firma de este acuerdo, después de expresar la socorrida crítica de “lo absurdo del discurso nacionalista”, caso de que los dirigentes de CIU aceptaran esta colaboración, se formalizaría en el despacho de un notario?.

No estamos de acuerdo con las ideas que se derivan de las actuaciones del político catalán que hoy nos ocupa ni creemos, como hemos dicho, que un importante colectivo de su partido lo esté, por lo que tienen de ambigua y clara indefinición sus actitudes y opiniones que no acaban de plasmar el ideario político de una entidad que propugna la solidaridad territorial para la convivencia pluralista y en libertad (llevando implícito el uso del idioma castellano para manifestarse) de todos los españoles, incluidos, claro está, los catalanes. Por lo tanto ello nos induce a preguntarnos si la causa de esta marcha descendente de los populares en Cataluña es Josep Piqué o si, por la citada causa, ¿es él mismo quien constituye un problema para el Partido Popular?.
 

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