Tres mil ceutíes adultos son diabéticos aunque no todos
tienen que pincharse las tres dosis diarias de insulina para
regular la cantidad de azúcar que va a la sangre. Algunos lo
controlan con pastillas mientras que otros lo hacen con una
dieta y ejercicio. Los niños, sin embargo, se tienen que
pinchar en todos los casos.
Las cifras de Ceuta no distan demasiado de las del resto de
provincias españolas: entre un 6 y un 8% de la población
padecen diabetes.
A pesar del miedo que a muchos les produce escuchar el
nombre de esta enfermedad, lo cierto es que las cosas han
cambiado mucho para los pacientes en estos años ya que,
según explica la directora de Enfermería de Atención
Primaria, María del Carmen Ruiz, el Ministerio de Sanidad
pretende siempre darle al paciente la mayor autonomía
posible y para ello establece programas de prevención y
control de esta enfermedad que facilitan el acceso a la
información sobre esta dolencia crónica que acompaña a los
pacientes durante el resto de sus vidas.
Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Diabetes,
que ayer se celebró en 125 países, se instalaron mesas
informativas en los tres centros de salud de la ciudad. La
enfermedad afecta a 140 millones de personas en todo el
mundo de las que el 85% padecen la tipo 2 que afecta a los
adultos (el tipo 1 afecta a los niños y los jóvenes).
Además, y este es el dato más preocupante para las
autoridades sanitarias, el 50% de los diabéticos no sabe que
padece la enfermedad lo que, sin duda, dificulta su
tratamiento y puede redundar en complicaciones que, de
saberse antes, podrían evitarse. Por este motivo, las
autoridades sanitarias recomiendan a la gente que realice
revisiones periódicas a partir de los 45 años para descartar
que padezcan diabetes.
“Los pacientes con problemas de obesidad son más propensos a
desarrollar la diabetes por ello es fundamental llevar una
vida sana basada en una dieta equilibrada” explica Ruiz.
Tampoco hay que olvidar que ésta es una enfermedad que, en
muchos casos, es hereditaria por lo que puede aparecer
incluso en aquellos pacientes que llevan una vida muy sana y
que hacen mucho ejercicio aunque, sin duda, la incidencia
que la enfermedad pueda tener sobre ellos es mucho menor por
estos motivos, tener información es básico.
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