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DEPORTES - MIÉRCOLES, 15 DE NOVIEMBRE DE 2006


Unos jinetes de élite. S.I.

polideportivo / instituto ceutí de deportes
 

Una terapia especial

Un trabajo que se puede usar como
 tratamiento médico, para pacientes
con disfunciones de movimiento
y otras enfermedades
 

CEUTA
Susana Iñesta
susanainesta@elpueblodeceuta.com

Ya los griegos aconsejaban la práctica de la equitación para mejorar el estado anímico de las personas con enfermedades incurables. En el siglo XVII, algunos médicos recomendaban montar diariamente a caballo para combatir la gota. Las primeras investigaciones para demostrar el valor terapéutico de la equitación se fijan en 1875. Pero se empieza a usar de forma sistemática a partir de los años 50-60, que comienza en Alemania desde donde se extenderá a toda Europa.

La Hipoterapia es una actividad rehabilitadora que consiste en aprovechar los movimientos tridimensionales del caballo para estimular los músculos y articulaciones del paciente. El jinete siente los movimientos simétricos y rítmicos, iguales a los que produce el hombre al caminar. Éste se ve obligado a reaccionar y adaptarse frente a los estímulos que produce el caballo. La reacción es sensorial, muscular, articular y laberíntica; mejorando así el enderezamiento de la espalda y adquiriendo equilibrio y coordinación en los movimientos y marcha.

Este año, los cursos de hipoterapia que se imparten en el aula hípica de Viña Acevedo, han superado todas las expectativas y cuentan con más alumnos que nunca.

Los beneficios de esta terapia son evidentes nada más personarnos en las instalaciones y observar a los especiales jinetes.

Los monitores del curso aseguran que una vez superado el miedo inicial al caballo, lógico en cualquier niño, los alumnos de estos cursos se vuelven unos avezados jinetes, que disfrutan al máximo de esta actividad.

Se aplica para corregir problemas de conducta y alteraciones del sistema motriz. Se usa, especialmente, en discapacitados psíquicos, en niños o adolescentes con problemas de adaptación y en personas con movilidad reducida. Entre los avances de la hipoterapia están: reducción de la ansiedad, aumento de la confianza y la concentración, desarrollo de la autoestima. Además es un antídoto eficaz contra la depresión porque mejora las relaciones sociales y la comunicación.

Los campos de aplicación suelen ser:

- Parálisis cerebral

- Esclerosis múltiple

- Autismo

- Síndrome de Down

- Distrofia muscular

- Enfermedades neurodegenerativas

- Enfermedades traumatológicas

- Anorexia

- Bulimia

- Afecciones crónicas


Los resultados de la monta a caballo multiplican los beneficios de la fisioterapia: se activa la circulación sanguínea, se favorece el equilibrio y se estimulan los músculos.

Las primeras sesiones del tratamiento son esenciales para su éxito: se debe generar el clima de confianza entre el niño y el animal. Si el alumno no confía en el caballo es imposible que se mantenga firme y relajado sobre él.

Los monitores del aula hípica intentan favorecer la proximidad con el animal. El vínculo no debe ser únicamente físico. Se motiva al alumno a acariciar al caballo, darle de comer, ayudar en su limpieza. En pocas palabras, se pretende que el alumno se relacionar con el animal, porque es casi tan importante como montarlo. Montar a caballo resulta una terapia, pero también una diversión: es una actividad médica y lúdica a la vez.

Los beneficios de trabajar a campo abierto y con estos animales, según los especialistas, son mucho mayores respecto a los que se logran en una sala de rehabilitación.

Uno de los alumnos del curso es Agustín. Sufre parálisis cerebral, pero cuando siente la proximidad del caballo su amplia sonrisa se hace más evidente. Su madre, Ana, asegura que desde que inició esta terapia Agustín ha mejorado mucho la verticalidad sobre el caballo, ya que al principio montaba totalmente recostado sobre el mismo, y en estos momentos ya cabalga prácticamente erguido.

Hay un grupo de alumnos que ya llevan cinco años asistiendo a estos cursos, y ya son unos expertos en el arte de la equitación. Son Aaron, Germán, Lucia, Fran y Ruben. Los tres primeros pertenecen a la Asociación Síndrome de Down. Ellos ya montan sólos.

Javier Pérez, gerente del aula, habla de la importancia de la implicación de los padres: “Es fundamental que los padres se impliquen, porque la continuidad es importantísima para los niños, y se nota mucho en su evolución y progresión cuando un niño asiste con regularidad a las clases”, es lo que más destaca el gerente del aula.
 

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