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					La rotonda de Pepe Caballa, por segunda semana consecutiva, 
					volvió a ser el lugar elegido por un gremio ceutí para 
					movilizarse y alzar la voz como protesta. En este caso 
					fueron los taxistas los que programaron un parón de media 
					hora en solidaridad con un compañero que sufrió una agresión 
					con intento de robo el pasado 31 de octubre. A la 
					concentración acudió cerca de una cincuentena de vehículos 
					que coparon los arcenes de la avenida Cañonero Dato. 
					 
					Ante la problemática de las agresiones y los robos que 
					sufren los taxistas en Ceuta la medicina es “estar unidos y 
					apoyarnos los unos a los otros”, según declaró el presidente 
					de la Asociación Autónoma del Taxi, Mohamed Said. Según 
					confiesan los propios taxistas, el problema no es algo 
					acuciante ya que las agresiones no suelen ser muy frecuentes 
					aunque sí lo son el hurto como irse sin pagar.  
					 
					El caso que ha obligado a movilizarse a gran parte del 
					colectivo de taxistas en la mañana de ayer en Cañonero Dato 
					es el de José Lara, que el pasado 31 de octubre recogió 
					cerca de las 22.00 horas a dos individuos en la Gran Vía con 
					destino a la frontera. Antes de llegar estos le pidieron que 
					se dirigiera al Príncipe por la zona del nuevo hospital, 
					algo a lo que este se negó y fue entonces cuando uno de los 
					dos individuos trató de ahorcarle con una cuerda. “Cuando 
					sentí que algo me apretaba el cuello pegué un gran frenazo y 
					estos individuos salieron corriendo”, relató Lara. 
					 
					Finalmente este taxista no sufrió más que magulladuras. Este 
					fue auxiliado por unas personas que iban conduciendo detrás 
					de él y que se interesaron por su estado de salud al 
					producirse el frenazo tan brusco. Los dos individuos, según 
					confirmó, todavía no han sido detenidos ni identificados. 
					 
					Como lo son otras tantas profesiones, ser taxista es un 
					empleo de riesgo en el que las familias sufren sobremanera. 
					“La familia lo pasa mal cuando no llego a casa a la hora que 
					suelo se preocupan y me llaman. Normalmente no ocurre nada y 
					les devuelvo la llamada tranquilizándoles”, explicó Lara. 
					 
					Inseguridad 
					 
					La inseguridad existe aunque esta crece sobremanera en 
					momentos puntuales del día, como la noche, y en determinadas 
					zonas de Ceuta, como los alrededores del Príncipe y la 
					frontera. Por ello los taxistas piden una solución que les 
					permita realizar su trabajo con mayor seguridad. Las medidas 
					que tienen en mente son la instalación de mamparas de 
					metacrilato que separen la parte del conductor de la del 
					pasaje o la instalación de sistemas gps y de alerta ante el 
					intento de robo. Para ello, según se anuncia desde el gremio 
					taxista se mantendrán contactos con las diversas 
					instituciones y los representantes de los cuerpos de 
					seguridad en Ceuta. 
					 
					El colectivo del taxi en la ciudad de Ceuta se encuentra 
					dividio en dos asociaciones que aunque en lo comercial miran 
					por sus intereses, ante un problema como este “estamos 
					juntos”, según precisó Said. Este, recién llegado a la 
					presidencia de su asociación preconiza la unión y el 
					acercamiento entre las dos partes. 
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