Jose Luis Burgueña entró en la sala de prensa de muy buen
humor y bromeando con los periodistas, quienes le hicieron
recordar su paso por la Agrupación Deportiva Ceuta en la
temporada 78-79. Su actitud no era para menos ya que su
equipo había conseguido tres puntos en un partido que se le
puso muy cuesta arriba en la primera mitad debido al gol de
Sandro en el minuto 21. El técnico vasco reconoce que su
equipo hizo una primera mitad muy mala y que el trabajo
físico lo hizo en la segunda: “La victoria ha sido trabajada
en la primera parte ya que hemos hecho una primera muy mala,
creo que la peor de todo el campeonato. Sin embargo en la
segunda parte y sin jugar brillante sí hemos echado más
casta. Hemos tenido una actitud diferente a la de la primera
parte, y cometiendo menos errores hemos tenido la suerte de
ganar este partido.” Aunque Burgueña destaca el buen juego
de su equipo en la segunda parte, no deja de pensar que el
empate hubiese sido el resultado más justo: “A pesar de la
buena segunda parte que hemos realizado, creo que el
resultado justo hubiese sido un empate.”
El técnico rojiblanco señala que su equipo salió en la
segunda parte con una actitud distinta a la de la primera:
“Creo que hemos salido en la segunda mitad de otra forma,
jugando también de otra forma y presionando más arriba.
Cuando se gana un partido no puedes decir si es demérito de
uno o acierto de otro, los goles son aciertos y fallos del
contrario. Hemos marcado dos, consiguiendo así ganar el
partido.” A pesar de la victoria del Portuense, su
entrenador reconoce que la A.D.Ceuta fue un rival muy duro:
“El Ceuta ha hecho un trabajo impresionante y ha trabajado
fenomenal, siendo uno de los equipos que más problemas nos
ha creado fuera de casa. Está claro que el Ceuta ha sido un
rival muy difícil para nosotros.”
El entrenador rojiblanco afirma que no pensaba conseguir la
victoria en Ceuta diciendo que “yo veía muy complicado ganar
aquí, por como estaba nuestro equipo y ellos.”
A pesar de la victoria, Burgueña se lleva de Ceuta el mal
sabor de boca de haber visto una tarjeta amarilla “sin
merecerla ya que estaba pidiendo al árbitro que parase el
juego porque un jugador se había lesionado. Al final se ha
demostrado porque el jugador tuvo que salir del terreno de
juego con la pierna izquierda inmovilizada.”
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