Esta semana se ha celebrado en nuestra ciudad el primer
seminario sobre ‘Actuaciones especializadas ante el acoso
escolar y las bandas juveniles’ organizado por la Unión
Federal de Policía, la Plataforma de la Mujer Policía y el
Departamento de la Mujer del CSI-CSIF y que ha contado con
la presencia de la psicóloga e inspectora del Cuerpo
Nacional de Policía madrileña, Pilar Alvarado.
Un centenar de personas entre profesores, policías,
psicólogos y alumnos de las academias de la Guardia Civil,
la Policía Nacional y la Policía Local, han participado en
esta cita en la que lo fundamental ha sido tratar el acoso
escolar desde distintas perspectivas para saber cómo
afrontarlo de forma multidisciplinar.
Aunque éste no es un fenómeno nuevo, la mediatización del
problema y la proliferación de dibujos, series, imágenes y
videojuegos violentos, han hecho que el acoso escolar sea un
fenómeno social conocido y relativamente frecuente en los
centros de enseñanza tanto de primaria como de secundaria.
Para la portavoz de la Plataforma de la Mujer Policía, Ana
Moya, la situación es más o menos la misma desde hace años
si bien ahora hay más acoso físico mientras que antes el
acoso era de carácter psicológico.
Lo fundamental para hacer frente a este problema es, por una
parte, lograr la máxima coordinación de todas las
instituciones implicadas y terminar con ese “vicio que
tienen de pasarse la pelota de unas a otras”, reseña Moya.
Pero por otro lado, también hay que implicar a la familia y
al profesorado para, al menor indicio de violencia, poner
soluciones que eviten que ese niño termine perteneciendo a
una banda juvenil o convirtiéndose en un maltratador cuando
llegue a la edad adulta. Según apunta, “el perfil del
acosador es muy similar al del maltratador ya que se sirve
de su superioridad física para maltratar a aquellos a los
que se siente inferior psicológicamente”.
Lejos de lo que a muchos les pueda parecer, la clase social
o el nivel cultural o económico de los alumnos y sus
familias no es determinante del perfil del acosador: “lo que
importa son los valores morales que transmiten los padres a
los hijos y eso no depende de la clase social sino de la
preocupación que muestren los progenitores por sus hijos”,
señala.
Ceuta
En la Ciudad Autónoma no se ha producido ninguna denuncia
por acoso escolar en la Policía en los dos últimos años
aunque si hubo un caso que se gestionó por la vía judicial.
Eso no quiere decir que no se produzcan situaciones de abuso
escolar pero suele tratarse de insultos, vejaciones o
lesiones leves que no pueden catalogarse como acoso ya que
no son reiteradas.
Aunque asegura que los medios de que se dispone actualmente
son “escasos” valora la iniciativa del Ministerio de
Educación y Ciencia de repartir dípticos en los centros de
enseñanza para enseñar a los padres y a los profesores a
detectar posibles casos de acoso escolar.
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