Robert y Michael Rodríguez -trompetista y pianista- tocaron
ayer la última nota en el Festival de Jazz 2006 de Ceuta.
Una nueva edición a la que se han sumado más de
cuatrocientas personas para disfrutar de la oferta musical
que Candelaria, Pee Wee Ellis Quartet y Rodríguez Brothers
habían preparado. Éstos últimos vinieron desde Nueva York,
dentro de una gira que les llevará por Zamora, Palencia,
León, Valladolid y Valencia, para presentar su segundo album
en común: ‘Conversations’: una libre interpretación del
género Latin Jazz.
PREGUNTA.- Dos hermanos sobre el escenario, músicos por
separado, acompañantes de otros artistas, ¿cuando surgió la
idea de juntaros para componer?
ROBERT.- Hace mucho tiempo que planeábamos grabar este disco
juntos. Antes de llegar a este punto ambos grabamos y
tocamos con otros músicos. Por fin, cuando grabamos
‘Introducing the Rodríguez Brothers’, decidimos ponernos de
acuerdo y llamarnos músicos. Ahora, en este nuevo trabajo
destacan las influencias afrocubanas y los ritmos diferentes
como la cumbia o la bomba puertorriqueña.
MICHAEL.- Crecimos juntos, somos los mejores amigos y
tenemos amistad musical, sabemos dónde vamos. El nuevo disco
suena como nosotros, pero más grande. Es un intento de
documentar nuestra vida musical. Es importante como artista
estar siempre creciendo.
P.-El entendimiento creativo es vuestra seña de distinción?
R.- Sí. A veces toco y trato de seguir a mi hermano,
como en una conversación. Nuestra forma de tocar se basa en
vivir la vida y viajar mucho. Vas cambiando y creciendo, el
primer disco fue hacer 4 años y se nota.
P.-A la hora de tocar, ¿En el Jazz es más importante una
formación académica o la pura intuición?
M.- Uno puede estudiar lo mas que pueda, y nosotros
estudiamos todos los días, pero al final se trata de abrirse
y tocar de corazón al publico. Es un servicio a la
humanidad, que no prime la intelectualidad, que no suene
como una computadora.
M.- Siempre pensamos que la música que escribimos
debe ser de corazón y sobre todo con honestidad. El público
que nos escucha, no tiene que conocer nada de la parte
académica sino quedarse con cómo se sienten.
P.- La crítica americana os incluye dentro de la ‘Nueva
Generación’ del Latin Jazz, ¿cómo se está cociendo esta
escena?
R.- Danilo Pérez y David Sánchez abrieron una puerta
para la nueva generación. La idea es ver este tipo de música
con una onda más abierta, con el toque latino, pero que
prime la parte jazzística, dejar un poco atrás la salsa y
fijarse en las armonías y la improvisación. Aparte de
nosotros, esta generación está compuesta por gente como
Miguel Zenón, Luis Perdomo o Carlitos Enrique. Es cierto,
hay un movimiento real.
M.- Esperamos que estemos dando otra voz.
P.- Para llegar a tocar Jazz, muchos músicos han pasado por
otros estilos, toda una vida de experiencia hasta llegar
aquí. Con 27 y 28 años, ¿os habéis sentido pretenciosos por
haberos zambuido desde el principio en el Latin Jazz?
M.- Nunca porque nuestro padre es músico baterista y
desde pequeños había ambiente musical ‘jazzero’ en nuestra
casa. La introducción fue fácil, siempre supieron que íbamos
a ser músicos.
P.- ¿Podrías dar vuestra autodefinición musical?
M.- Siempre trato de tocar algo nuevo y diferente que no
puedan decir que ya lo han oído. Somos sonido orgánico, pero
siempre hacia adelante, a otro nivel, que no suene nunca
como una computadora. Mucha gente escribe cosas difíciles,
sin sentido, no se trata de eso.
R.-La música clásica nos influye. Las melodías vienen
bailando del corazón a la cabeza.
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