Habiendo observado como el tema de la contaminación acústica
se encuentra en pleno apogeo en nuestra ciudad y el tímido
conocimiento que existe de ella, me he decidido a escribir
estas palabras, con el ánimo de informar de este mundo tan
desconocido y complicado
Primero debemos saber el concepto de Ruido, siendo difícil
de dar una definición concreta, ya que existen varias
definiciones:
Sonido DESAGRADABLE.
Sonido NO DESEADO.
Sonido Perjudicial, Perturbador o Dañino para quien lo
percibe.
La ciencia del sonido no empezó a desarrollarse hasta
aproximadamente 1600 d.C., a partir de aquella época, el
conocimiento del sonido avanzó con mucha rapidez, los
griegos, los filósofos Pitágoras y Aristóteles realizaron
suposiciones bastante acertadas sobre la naturaleza de su
generación y transmisión, pero no fue hasta 1.600 cuando
Galileo llevó a cabo un estudio científico del sonido y
enunció muchas de sus leyes fundamentales y así continuó la
carrera científica del sonido hasta nuestros días.
El ruido es uno de los peores contaminantes. Cuando éste se
convierte en un sonido molesto produce efectos fisiológicos
y psicológicos nocivos para las personas, llegando también a
afectar a poblaciones de animales (especialmente de aves),
provocando una disminución en la calidad de vida.
España tiene una cultura de calle, es un país que vive de
puertas para fuera acostumbrado a generar ruido, para
disminuir este tipo de contaminación pasa porque cada uno de
los individuos tome conciencia del ruido que produce e
intente disminuirlo: las charlas en plena calle en una
terraza y la música alta de establecimientos de ocio hasta
altas horas de la madrugada, fábricas que no están
insonorizadas colindantes con vecinos, tráfico, sólo son
algunos ejemplos.
Hasta la ley estatal del 2.003, el ruido lo legislaba cada
comunidad autónoma o ayuntamiento pero cada uno empleaba
distintos métodos. Con la nueva legislación se unen las
medidas que hay que tomar: medir el ruido; hacer mapas de
ruido; marcar las zonas en las que se debe reducir y señalar
las medidas que se deben tomar, hasta entonces solo existían
en España normativas de las administraciones locales.
Pero la contaminación acústica salta a la opinión pública y
de ello son testigos los medios de comunicación nacionales,
cuando Dña. Pilar Moreno, profesora, fue la pionera en
emprender la lucha en los tribunales españoles en este tema,
una lucha que la empezó judicialmente en 1.997, pasando por
todos los estamentos judiciales españoles y al no conseguir
tutela por parte de ellos, teniendo que recurrir incluso a
los tribunales europeos, cuando en el año 2.004, el Tribunal
de Estrasburgo de los Derechos Humanos condenó a España por
la pasividad del Ayuntamiento de Valencia para combatir el
ruido generado por los locales de ocio, ya que dicho
ayuntamiento es el responsable del problema, por haber
autorizado la apertura de los establecimientos.
El Tribunal consideraba que aunque adoptó las medidas para
garantizar los derechos de la Convención, ha tolerado la
vulneración reiteradas de las reglas por ella misma
establecida.
Por ello estima que la demandante ha sufrido una violación
de su domicilio y que la administración española ha sido
“pasiva” a la hora de frenar el problema. En una de las
entrevistas que le hicieron a Dña. Pilar Moreno, una vez con
la sentencia europea en las manos manifestaba: “YO QUERIA
VIVIR TRANQUILA EN MI CASA”, “Supongo que a partir de ahora
las autoridades se lo pensaran dos veces”.
|