PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura


Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MARTES, 7 DE NOVIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Empachera de información
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Creo que, todos los españoles, tenemos alma de tertulianos y nos encontramos dispuestos a opinar sobre todo lo divino y lo humano, porque el estar informados, es una especie de vicio nacional. Somos oleóres y curiosos por naturaleza y parece que, en el alma, llevamos las charlas en torno a los trovadores de nuestro Mester de Juglaría, los corrillos para contemplar las ejecuciones, los parloteos en las ferias y mercados y más adelante las tertulias de rebotica, donde se cocía el saber popular entre el alcalde, el maestro, el boticario y el padre cura del pueblo. ¿Saben como se llaman las conversaciones en la mesa de la cocina y al amor de la lumbre? Pues se llaman “filandón” el nombre de un premio literario que me dieron en 1998 en la capital leonesa donde acepté el talón con júbilo y el león, que no era rampante, con cierta incertidumbre.

Lo cierto es que, hoy en día, las noticias, más o menos manipuladas y clientelistas de los grandes partidos, sobresaturan los medios. Y la información es poder. Estamos informados de que, en la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre va abriendo la mano ante los excesos y los melindres de la ley contra el tabaco y ya se puede fumar en las bodas. De hecho, no se como iba a impedir Elena Salgado, Ministra de Sanidad, fumarse los clásicos y apestosos puros en los banquetes, tal vez estudiaba meter a un comisario político en cada celebración camuflado como sommelier. Todos nos hemos enterado del espíritu aperturista de los madriles y pedimos lo mismo, en virtud del art.14 de la Constitución que señala que todos somos iguales ante la Ley, excepto Su Majestad el Rey que, al tener carácter divino según los monárquicos españoles, es decir según Ansón, porque no conozco a otro monárquico, no tiene responsabilidad penal. Los humanos, genéticamente descendientes de Atapuerca, si somos responsables de todo en plan igualitario, porque somos cascarilla y decididamente inferiores a la realeza y en este caso a los madrileños, que pueden fumar con placer el piti matinal en multitud de ambientes y de lugares, en plan ser felices, disfrutar unos minutos y gozar de la calidad de vida que da el ser libres para hacer cuanto nos venga en gana y nos salga del pelotamen, con nuestro organismo.

Cuando los gobernantes se ponen paternalistas y se deciden a “salvarnos” y “redimirnos” utilizando una batería de normas prohibicionistas, lo único que consiguen es alentar una especie de colectivo “motín de Esquilache” ¿Se acuerdan? Cuando antaño se quisieron acortar las capas con las que se cubrían los ciudadanos y recortarles las alas de los sombreros, para que se les viera el careto y los malandrines fueran menos ocultos. Y el pueblo se sublevó y se empecinó. Ahora no salimos, florete en ristre ni dando espadazos, pero nos vamos churrascando anímicamente y volviéndonos profundamente “maverick” que es como se autodefinió Orson Welles en un acto de entrega de un premio cinematográfico. Maverick es ser antisistema sin ser marginal ni zarrapastroso, una especie de anarquistas de espíritu cultivado, nada decadentes, por supuesto, un poco BOBO que es como se autodenominan los de la movida bohemien-bourgueois o derecha divina francesa. Vamos, anarcochic que no anarcochusma, porque estos últimos son los antiglobalización y los del Movimiento Okupa, que, en lugar de BOBO serían VAVA es decir, vagos-vacilones.

Nos sale la información por los orificios, en todos los temas: en la política, en sociedad, en salud y calidad de vida… La serie televisiva House, con su atractivo y políticamente incorrecto doctor, nos tiene al día de las dolencias más estrambóticas, si rechazamos la comida por temor a los adipocitos, corremos el riesgo mental de temer caer en la anorexia.

Tener hambre por la noche y recurrir al frigorífico también puede ser trastorno alimentario y ahora está fashion el tema de la vigorexia que a quienes andamos buceando entre el Omega 3 para huesos, colesterol y sistema neuronal, glucamano saciante que no sacia nada, alcachofa e hinojo para desintoxicar el hígado y supuestamente eliminar las grasas ¿?, ortisifón y camilina para drenar y lo último, la L-carnitina con Q 10 para quemar grasas y transformarlas en energía, quienes indagamos en el proceloso mundo de los antiaging domésticos sin pasar por la clínica Dexeus de Barcelona y dejarnos un perraje, nos emparanoiamos un poco ¿tendré vigorexia? ¿Y eso como se controla? Y a informarnos de los métodos de control con libros de autoayuda, manuales y suplementos de salud dominicales. Pero es que sabemos pechá, nos estamos convirtiendo en una nación de pitagorines y saludamos cualquier novedad con alborozo. Ahora seguro que, como Julián Muñoz tiene problemas circulatorios en la cárcel de Jaén, nos van a agobiar con anginas de pecho, tromboflebitis, infartos e ictus, pero no en los programas de divulgación científica, sino en las tertulias de casquería del colorín y acabaremos todos siendo legos en materia de arterias e intentando fluidificar nuestra sangre, temerosos de correr la suerte del desventurado ex alcalde.

Con la publicación de las memorias de la descansada Carmina Ordoñez, el que más y el que menos se mete a experto en el tema de los efectos secundarios de la coca y de los somníferos, sale un sujeto que se enfarlopa, con perdón de la vulgaridad del verbo enfarlopar y otros que no y todos opinan y critican. Y todos, en el filandón, opinamos, criticamos y sentamos cátedra porque aquí, el que más o el que menos, es el Oráculo de Delfos, lo que ignoramos lo deducimos. Y nada puede extrañar cuando se entrevista en los programas rosa a los espíritus de las fallecidas Carmina y Encarna Sanchez a través de una médium especialista en contactar con el más allá y que se llena la faldriquera en el más acá.

Todos sabemos que a un zoológico australiano han llevado elefantes desde Sri Lanka y que han alertado a los niños para que avisen si ven mohínos a los paquidermos por si no se adaptan y hay que darles antidepresivos. Tenemos enteramiento y curiosidad, ambas cualidades preventivas del Alzheimer porque conllevan actividad intelectual y encima nos han informado de que, las neuronas, se regeneran y que hay que hacer sudokus como deporte aeróbico cerebral. Digerir la información y seleccionar para determinar lo desechable es también actividad, aunque tendrían que inventar una molécula devora-información porque, de lo contrario, la empachera está garantizada y esa no se quita con sal de frutas. ¿No se han parado nunca a reflexionar sobre lo sabelotodo que nos hemos vuelto? Y es que hoy, hasta para ser el tonto del pueblo, te exigen un Master , una Diplomatura, don de gentes y nivel de ofimática.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto