Lo dijimos y escrito está que, el
charnego Montilla, no ganaría las elecciones porque, en
Cataluña, los charnegos, yo lo he sido, tenemos poco que
hacer. Los catalanes nos quieren para lo que nos quieren y
punto.
No le den más vueltas a la cabeza eso es, sencillamente,
así. Como diría Tony Blake, el pensar que quieren a los
charnegos para cosas importantes, es sólo producto de
nuestra imaginación.
Montilla, por mucho que se empeñe en hablar catalán, lengua
que conoce y domina, para los catalanes es sólo un charnego
nacido en Córdoba.
Como servidor ha sido, para mi suerte, charnego en Cataluña,
por esa suerte de haberlo sido es por lo que me permito el
lujo de decir, que conozco al pueblo catalán donde, por
cierto, tengo grandes amigos y fue una época feliz en mi
vida.
Guardo un grato recuerdo de Cataluña y de aquella época, de
mi vida, que me tocó vivir en Barcelona.
Me he pateado sus calles de arriba abajo, para conocerla
bien, para vivir sus sensaciones y para poder hacerme rico
en paisajes y paisanajes. Un siglo de estos, no les quepa la
menor duda, volveré a visitar Barcelona para, de nuevo,
recorrer aquellos lugares, donde tantos momentos felices me
hicieron vivir junto a mi familia.
El Parque de la Ciudadela, la calle Fusina., La Plaza de la
Universidad, la Estación de Francia, El Borne, el Paseo de
San Juan, Canaletas, Las Ramblas de las flores y tantos y
tantos rincones que acuden a mi mente de aquella Barcelona
que conocí y de la que tanto aprendí sobre su cultura, sus
costumbres y la forma de pensar de sus gentes incluida la
paella de los jueves o el libro y la rosa.
Han sido tantas y tantas las caminatas y tantas y tantas las
conversaciones mantenidas con gente sencillas, gente de la
calle, en Barcelona, que toda ellas me han válido para tener
un amplio conocimiento de Cataluña y de los catalanes.
Esa Cataluña y esos catalanes, de los que escribí, cuando el
tan traído y llevado Estatut, que no lo votarían las mayoría
de ellos, como así fue.
Nos lo vendieron, como el sueño de todos los catalanes, y se
llevaron un triste despertar.
A los catalanes, en su mayoría, como se demostró en las
urnas , el Estatut, ese que nos vendieron a bombo y platillo
como el no va más para el pueblo catalán que suspiraba por
tenerlo, ni les va ni les viene. A las pruebas nos
remitimos, del porcentaje alcanzado en las urnas en las
votaciones sobre el tan traído y llevado Estatut.
A los únicos que, realmente, les importaba el Estatut era a
determinados personajes que veían en él, el aumento de su
poder. Nada más.
Ahora nos quieren vender que, Montilla, ha obtenido un gran
triunfo, cuando ha perdido cinco diputados. ¿Cuál es el
triunfo qué no lo veo por ninguna parte?. Las elecciones,
les guste o les deje de gustar, las ha ganado CiU y el gran
perdedor ha sido el PSC, a pesar de todo el apoyo que le ha
aportado el presidente del Gobierno.
Otra cosa es que por aquello de las alianzas gobierne
quienes menos votos han sacado, al unirse entre ellos. Y
eso, en verdad, no es lo que el pueblo ha votado. Luego, que
no venga nadie a venderme el rollo macabeo, en el que nunca
he creído, de que el pueblo es “soberano” cuando, simple y
llanamente, somos del peor de los “garrafones”.
El pueblo sería soberano, en esta democracia que tenemos, si
las elecciones se hiciesen en listas abiertas o al menos, se
fuese a una segunda vuelta. Desde luego, la mejor solución
para ser de verdad soberano, son las listas abiertas.
De esa forma se evitaría que pudiése llegar a ser presidete,
en este caso de la Generalitat, a quienes los catalanes no
lo han dado su confianza sino, al contrario, que le han
hecho perder votos, caso de Montilla.
Aunque, pensándolo con detenimiento. no sólo ha perdido
Montilla, sino Zapatero que se ha entregado, en esas
elecciones apoyando, con todas sus fuerzas al candidato del
PSC .
Desde algunas cadenas de televisión, se nos quiere vender
que, Montilla, no ha sido tan castigado en las urnas y que,
incluso, puede ser el próximo presidente de Cataluña . ¡Toma
y Carod Rovira, otro de los castigados, el segundo del
asunto!.
Algunas analistas políticos o al menos así se consideran
ellos, tienen el pleno convencimiento de que el pueblo
español es de una gilipollez supina, y que se nos puede
llevar fácilmente al “huerto”, contándonos algunas cosas que
no se creen ni ellos.
Los pobrecitos míos, nos quieren hacer creer, como si
fuésemos niños de pecho que, Montilla, ha salido triunfante
de estas elecciones y que puede ser el futuro presidente de
los catalanes.
Lo de poder ser, por supuesto, criaturitas mías, por aquello
de los pactos que nadie entiende y que lleva a gobernar los
pueblos quienes no quieren, precisamente, esos pueblos que
los gobiernen y en las urnas les ha negado su confianza.
Cada vez, hay más abstención porque los pueblos están
cansados de, siempre, lo mismo. Montilla no será president.
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